Palmeras

Las palmeras, de la gran familia de las Arécáceas, simbolizan para nosotros, franceses metropolitanos, los lejanos trópicos. Nos hacen soñar con vacaciones, playas bordeadas de cocoteros o avenidas plantadas de Phoenix canariensis. En el jardín, cada uno ha podido comprobar la rusticidad del palmito elevado (Trachycarpus) y del palmito enano (Chamaerops). ¡Para embellecer nuestros interiores, nada como un Maíz dulce o un Kentia! Estas plantas no son árboles, sino hierbas gigantes provistas de un falso tronco llamado estípite y una corona de grandes hojas palmeadas o pinnadas. Gigantes, enanos, procedentes de trópicos, montañas o desiertos, adornados con grandes plumas verdes o sorprendentes palmas rígidas en colores de acero, ¡descubre el mundo fascinante de las palmeras! Son insustituibles para aportar al jardín, a la terraza o al invernadero un elemento decorativo verdaderamente exótico. Los primeros cinco años de cultivo son determinantes para el establecimiento de un joven ejemplar: lento en arraigar, requiriendo cuidados atentos, ya no dará más problemas al jardinero una vez bien establecido. Para conocer todo sobre el Maíz dulce, descubre nuestro completo dossier: "Maíz dulce: plantar, cultivar y mantener"