
Gramíneas XXL: las variedades imprescindibles para dar volumen a los macizos
Gramíneas que aportarán volumen y verticalidad fácilmente al jardín
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Las grandes gramíneas son plantas perfectas para aportar volumen y verticalidad al jardín. Cuando hablamos de gramíneas altas, algunos pensarán inmediatamente en los plumeros de la Pampa. Pero actualmente están prohibidos para la venta, ya que esta planta está considerada como una especie exótica invasora con un impacto negativo en nuestra biodiversidad.
Sin embargo, el reino vegetal es vasto: existen muchas otras especies ornamentales que encontrarán fácilmente su lugar en el jardín: Eulalia, cañas, Panicum, cañas de Provenza, estípite gigante… Todas ellas son grandes gramíneas que serán candidatas perfectas para vestir el fondo de un macizo. Veamos cómo elegirlas e integrarlas fácilmente en el jardín para conseguir un macizo armonioso.
Diseño de un macizo: la importancia de las gramíneas
Para diseñar un macizo de forma armoniosa, hay algunas recomendaciones. Para simplificar, primero hay que elegir las plantas adecuadas al lugar definido, según el clima, el tipo de suelo, la exposición y otras limitaciones de cultivo. Luego, es importante definir un estilo y mantener cierta coherencia en cuanto a los colores. La escalonación de las flores también es un elemento a tener en cuenta, para disfrutar de un macizo animado durante varias semanas.
Sobre todo, es importante variar las formas y las alturas. Ahí es donde nuestras gramíneas van a ser interesantes, colocadas entre plantas de porte más redondeado y arbustivo. Sus siluetas tupidas, erguidas o en cascada suave, aportarán verticalidad, ligereza y volumen. Pero tienen la ventaja de mantenerse bastante sobrias, lo que permitirá valorar las otras flores sin crear cacofonía. Las gramíneas también estructurarán el fondo del macizo y romperán la monotonía que generarían plantaciones todas a la misma altura. Por último, aportarán profundidad al macizo, creando un efecto visual a veces muy impresionante. Por el contrario, las variedades más pequeñas serán excelentes plantas cubresuelos para primeros planos.
¿Por qué elegir gramíneas altas en el fondo del macizo?
Las gramíneas altas pueden alcanzar al menos 1,50 metros de altura, e incluso más de 3 metros las más impresionantes. Son interesantes en más de un aspecto para el jardín.
En primer lugar, muchas de ellas son persistentes, es decir, su follaje permanece en su lugar durante todo el año y viste el jardín incluso en invierno.
Además, suelen ser bastante fáciles de cultivar, incluso para jardineros principiantes. Son plantas poco sensibles a enfermedades y parásitos. Casi no requieren mantenimiento (quizás una poda al final de la temporada). Son capaces de soportar condiciones frugales (suelo pobre, seco, filtrante…), difíciles (suelo pesado, encharcado, calcáreo…). Al mismo tiempo, también saben resistir el frío y los embates del viento.
Más allá de su follaje, algunas presentan una floración decorativa interesante.
Las gramíneas grandes son versátiles, aportando volumen y estructura tanto aisladas como en un seto, una gran maceta o al fondo de un macizo. También sirven para crear cortavientos o pantallas de privacidad estéticas.
Por último, su sobriedad les permite adaptarse a todos los estilos de jardines, desde los más contemporáneos hasta los más campestres, pasando por ambientes románticos, exóticos, de inspiración inglesa, mediterránea o japonesa.

Gramíneas altas al fondo de un macizo detrás de kniphofias
¿Cómo combinar las gramíneas altas en macizo?
En el fondo del macizo, las gramíneas altas se combinarán con diversas plantas:
- arbustos, interesantes por su follaje (arce japonés, palmera…), su floración (hortensias…) o sus ramas decorativas (bambúes, cornejos…);
- coníferas;
- viváceas de porte vertical como los Delphiniums, los Eremurus, los Dahlias, las anémonas del Japón;
- plantas trepadoras;
- etc.
Por ejemplo, las gramíneas altas se asociarán muy bien con rosales en el fondo del macizo. Así crearás un ambiente romántico si eliges rosales con floración sofisticada, o campestre si optas por variedades con flores simples de apariencia natural. Un Panicum amarum, gramínea alta de 1,50 metros con follaje verde azulado, podrá perfectamente acompañar a un rosal trepador en el fondo del macizo, como el ‘Décorosier Opalia’ trepador o ‘Libertas’. Como complemento, descubre nuestro artículo: «Gramíneas y rosales: una combinación ganadora».
Las gramíneas altas con follaje colorido
¿Crees que las gramíneas son un poco tristes con su follaje verde? En realidad, existen variedades con follaje colorido que serán muy interesantes para alegrar el fondo de un macizo.
Este es el caso de las gramíneas altas con follaje abigarrado. Entre las Eulalia, podemos mencionar la Miscanthus sinensis ‘Strictus’, con su follaje verde que muestra bandas laterales amarillo dorado. También destacamos la ‘Cosmopolitan’, con sus hojas anchas abigarradas, verdes y estriadas en blanco, al igual que la ‘Cabaret’.
Por su parte, la caña común Arundo donax ‘Aureovariegata’ muestra pajas y hojas de un verde ampliamente estriado en amarillo crema. En cuanto a la ‘Variegata’, el follaje verde estriado en blanco plateado es muy luminoso.
La caña de azúcar Saccharum officinarum violaceum nos regala un follaje verde oscuro, teñido de rojo y púrpura.
También mencionemos el carrizo Phragmites australis ‘Variegatus’, con follaje abigarrado en verde y oro, que se volverá blanco con la edad.
Entre los panics, el Panicum virgatum ‘Dallas Blues’ muestra cintas verde azulado con reflejos metálicos.
Finalmente, aunque no son gramíneas, los Phormiums producen un follaje muy similar. Algunas variedades son especialmente coloridas, como el gran Phormium tenax ‘Purpureum’ con sus cintas púrpuras.

Miscanthus ‘Cosmopolitan’ y Phormium tenax ‘Purpureum’
Las gramíneas altas persistentes
Son gramíneas que mantendrán su follaje en todas las estaciones, para alegrar los macizos incluso en invierno. Cubiertas de escarcha o nieve, su fino follaje creará incluso hermosas escenas poéticas.
Adopta, por ejemplo, el estípite gigante, impresionante con sus 2 metros de altura y 1 metro de envergadura. Formará una mata densa, ideal en el fondo de un macizo con bonitos volúmenes. Su follaje fino y ligero tiene un color verde azulado. Persistirá en clima suave, si las heladas no son demasiado intensas y prolongadas.
También mencionemos la molinia, como la Molinia caerulea ssp arundinacea ‘Transparent’, con su follaje en láminas arqueadas, que forma una verdadera fuente vegetal en todas las estaciones.
No olvidemos el Carrizo, menos conocido, quizás debido a su rusticidad más limitada (-10 °C aproximadamente). Forma una mata de hojas finas colgantes de color verde claro, que permanecen en su lugar incluso en invierno.

Stipa gigantea, una floración alta sobre una mata persistente más modesta
Las gramíneas altas con floración muy ornamental
Pero las gramíneas no se limitan a un follaje ornamental. Algunas también tienen una floración muy interesante. A menudo aéreas y muy flexibles, las inflorescencias ondulan al ritmo del viento, aportando mucho movimiento y poesía a un macizo.
Es el caso de las Eulalia, que producen bonitas espigas florales, bastante grandes en la variedad ‘Roland’, rosas nacarados y luego blancos en ‘Kaskade’, cobrizos y tornándose dorados en ‘Sarabande’. Son espigas plumosas plateadas en el Miscanthus transmorrisonensis.
También mencionemos la Sericura, que produce largas espigas algodonosas muy ornamentales, cuyo color pasa del blanco al beige. ¡Perfectas para aportar ligereza a un macizo de otoño!
En el Calamagrostis acutiflora ‘Karl Foerster’, el follaje se adorna en verano con hermosas espigas rosa-bronce, que se alzan en Vertical como grandes plumas. ¡Una gramínea que hará maravillas al fondo de un macizo para crear un telero ligero y gráfico!

La floración del Miscanthus transmorrisonensis
Las gramíneas altas para fondos de macizos húmedos
Para vestir el fondo de un macizo en semisombra, con suelo más bien fresco a húmedo, prioriza la caña comun. De hecho, se encuentra de forma natural en las zonas húmedas de las regiones mediterráneas. No dejará de estructurar un fondo de macizo, gracias a sus grandes cañas con aires de bambú y su follaje colgante.
La molinia también preferirá los suelos frescos e incluso soportará los sustratos ligeramente calcáreos.
No olvidemos el carrizo, que será perfecto para crear un macizo junto a un punto de agua. Produce largas hojas acintadas y bonitas espigas plumosas durante todo el verano.

Arundo donax
Las gramíneas altas para fondos de macizos secos y bien expuestos
Por el contrario, otras gramíneas prefieren suelos ligeros, incluso pobres, secos y bien expuestos. Este es el caso del pasto varilla, como la variedad ‘Northwind’ con sus anchas hojas verde azulado. Una vez establecido, resistirá sin problemas la sequía estival y siempre disfrutará del pleno sol.
Los estípites también aprecian los suelos bien drenados, incluso secos en verano, con exposición a la luz.

Panicum virgatum ‘Northwind’
Las gramíneas altas muy resistentes
Si vives en una región con inviernos rigurosos, deberás elegir plantas capaces de soportar fuertes heladas para adornar tu macizo. Para gramíneas altas muy resistentes al frío, opta por las Eulalia, los Panicum o el Carrizo, todas resistentes por debajo de los -25 °C.
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