Vid Muscat Rouge de Madère

La Vid Muscat rouge de Madère es una variedad de vid de mesa muy antigua, probablemente originaria de Portugal. Se trata de una variedad precoz, con bayas rojo violáceas, cuya pulpa tierna y poco jugosa es muy dulce, con un ligero sabor a moscatel. Esta vid no es autofértil, por lo que necesita otra vid cerca para poder ser fecundada. Aunque es resistente, es bastante sensible a las enfermedades habituales de la vid. Poco exigente, crece en suelo ordinario, incluso pobre, bien drenado y a pleno sol.

La vid para vino (Vitis vinifera) crecía en estado salvaje hace más de 5000 años en América del Norte y Central, Europa y Asia Central y Oriental. La subespecie sylvestris aún existe, se trata de una liana trepadora, que crece en los bordes del bosque y es capaz de alcanzar grandes alturas en los árboles. Su introducción en Francia, para el cultivo, se produjo gracias a los fenicios en Provenza, alrededor del 600 a.C. Las variedades actuales, denominadas cepas en el caso de la vid, están relacionadas con la subespecie vinifera (aunque existen otras especies cultivadas, pero muy minoritarias). Económicamente, la vid para vino predomina ampliamente sobre la vid de mesa, con más de 200 cepas autorizadas en Francia, fruto de un largo trabajo de selección a lo largo de los siglos.

El Muscat rouge de Madère proviene de un cruce intraespecífico natural, esta cepa está hoy casi en peligro de extinción. Se encuentra en producción en varios países como Portugal -de donde sería originaria- Italia, Rumanía, Moldavia... Pruebas genéticas han permitido identificar a sus progenitores: el Muscat à petits grains blanc (una cepa griega cultivada desde la antigüedad) y el Sciaccarello (o Mammolo nero), una vid negra para vino, presente en vinos corsos.
Esta variedad presenta un porte semi-erecto a erecto y un buen vigor. Puede alcanzar 4 m de altura, o más, una vez entutorada en una espaldera o carpa de jardín. Sus hojas muestran 5 lóbulos generalmente bien marcados, con una lámina foliar con dientes bastante pronunciados en todo el contorno, algunas de las cuales se vuelven rojizas en otoño. A diferencia de la mayoría de las variedades de vid, cuyas flores son hermafroditas y por tanto autofértiles, la floración de este moscatel solo tiene flores femeninas. Estas necesitan ser polinizadas por otra variedad plantada cerca. Este cruce entre una blanca y una negra dio como resultado una vid roja, con bayas rojo oscuro tirando a violeta, cubiertas de polvillo. Los racimos se forman temprano, ya que este moscatel es precoz y pueden ser recolectados desde agosto. Bastante grandes, de forma cilíndrica a cónica, estos racimos portan bayas medianas, bastante irregulares, esféricas a aplanadas, de un hermoso color rojo violáceo en madurez. La pulpa tierna es fundente, poco jugosa y muy dulce, con un sabor a moscatel.
Desafortunadamente, propensa a la caída de flores y al corrimiento (aborto de flores que resulta en caídas antes de la madurez, y racimos formados por granos de tamaño y madurez diferentes), esta variedad es bastante poco productiva. Además, hay que saber que es bastante sensible a las enfermedades clásicas como el oídio, el mildiu, la podredumbre gris y la antracnosis. En cambio, en cuanto al suelo, se conforma con poco, un suelo pobre le basta, siempre que esté bien drenado.

La Vid Muscat rouge de Madère interesará a los amantes de las variedades antiguas, pero su sensibilidad a las enfermedades no la convierte en la mejor opción para principiantes. No obstante, sus bayas muy dulces tienen un interés real para los aficionados a las buenas frutas. En general, la vid es rica en vitaminas B, es una fuente de fibra y manganeso y está bien provista de antioxidantes. También podría jugar un papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares, y sobre todo, es un postre sano, natural y sabroso. Para disfrutar de sabores diferentes, planta junto a ella una variedad de uva blanca como la vid Bianca, con una pulpa también muy dulce. O también la Zarzamora sin espinas Loganberry cuyos frutos podrás disfrutar frescos o cocinados en postres o mermeladas.