Frutilla chilena - Fragaria chiloensis

El Fragaria chiloensis es una fresa salvaje originaria de Chile que se encuentra entre los principales ancestros de nuestras fresas cultivadas. Es una planta vivácea que se extiende mediante estolones, para formar con el tiempo una cubierta vegetal densa, de un verde oscuro brillante, persistente en invierno. Esta frutilla florece desde primavera hasta verano, con pequeñas corolas que pasan del amarillo pálido al blanco, pero rara vez produce frutos en nuestros climas. Cuando alcanzan la madurez, sus fresas son de buen tamaño y de color rojo parduzco en el exterior, pero contienen una pulpa blanca. Esta frutilla chilena se utiliza a veces como alternativa al césped, o para adornar una rocalla, un talud, en climas suaves. 

El Fragaria chiloensis pertenece a la familia de las rosáceas. Nativo de Chile, está extendido a lo largo de la costa del Pacífico de las Américas, así como en Hawái. Cultivado desde tiempos inmemoriales por los indígenas, esta frutilla fue llevada a Francia en 1714 por el explorador Amédée-François Frézier. Se trata de una planta herbácea vivácea y persistente que mide aproximadamente 10-15 cm de altura pero se extiende lateralmente por el suelo hasta ocupar una superficie de 1 m². Sus hojas, de color verde oscuro, brillantes, están divididas en tres folíolos dentados en los bordes, midiendo unos 5 cm de largo. La floración se extiende desde finales de abril hasta finales de junio. Las flores de 5 pétalos, en forma de copa, poseen un corazón de estambres amarillos y miden aproximadamente 1 cm de ancho. Esta frutilla es dioica, es decir, existen plantas masculinas y femeninas. La presencia de ambos sexos en el jardín es indispensable para la fructificación. Tras la polinización por los insectos se forman frutos del tamaño de una nuez que necesitarán calor para madurar correctamente. Son fresas con una pulpa blanca y aromática. 

Esta frutilla chilena es poco exigente en cuanto al suelo, y forma rápidamente hermosas alfombras de follaje que permanecen decorativas todo el año. Es una curiosidad botánica y un gran atractivo para un jardín natural. Déjala extenderse en las zonas de semisombra del jardín, en una rocalla o en el borde de un camino: es un excelente cubresuelos para jardines de clima suave, incluso bastante seco. Su interés es principalmente decorativo, pero el Fragaria chiloensis femenino podrá igualmente producir algunos frutos que son completamente comestibles, si ambos sexos están presentes en tu jardín.