Colección de 3 groselleros rojo, blanco y rosa

Planta el Grosellero de racimo de octubre a marzo. Aprecia los suelos ordinarios, incluso pobres, sin demasiado calcio. El Grosellero se desarrolla bien en una tierra bien drenada, fresca pero no húmeda permanentemente. Como el Grosellero teme el calor y la sequía, plántalo al sol en las regiones al norte del Loira o a media sombra en el sur. Elige un lugar protegido de los vientos fuertes. Durante la plantación, separa los arbustos 1,20 m en todas direcciones. Sumerge el cepellón en agua unos instantes antes de plantarlo. Cava un hoyo, incorpora a la tierra estiércol descompuesto o compost maduro, coloca el arbusto y cubre con tierra. Riega abundantemente. Después, acolcha el suelo para mantener la frescura en verano. Una aplicación de abono orgánico al inicio de la vegetación apoyará la producción de fruta y la salud de los arbustos. Es un arbusto adaptable, poco sensible a enfermedades. Tiene algunos enemigos, como los pulgones, que pueden eliminarse pulverizando agua jabonosa o una decocción de ajo. En caso de ataque de oídio, pulveriza mezcla bordelesa. En junio-julio, protege la cosecha con filamentos para evitar que los pájaros se la coman. Para deshacerte del gusano de la común frambuesa, a veces presente también en las grosellas, puedes sembrar nomeolvides a lo largo de la plantación; se dice que estos los ahuyentan. Es importante en una plantación de groselleros, como en cualquier plantación, alternar variedades y especies cuando el espacio lo permita: se favorecerá la polinización y se limitará el desarrollo de epidemias o enfermedades.