Lechuga Verpia

La Lechuga Verpia es una lechuga de tipo repollo de muy grande calibre que forma cabezas voluminosas compuestas de hermosas hojas verdes poco rizadas. Es una variedad resistente al frío y, por lo tanto, bien adaptada a los cultivos de otoño, pero su siembra es posible de febrero a mayo y luego en agosto-septiembre para una cosecha de abril a septiembre.

Si la lechuga es una de las verduras más apreciadas (se consumen 4,2 kilos al año por persona), es tanto por su frescura, su crujiente como por sus cualidades gustativas y nutricionales. Se consume cruda en ensalada pero también cocida, para acompañar guisantes verdes, por ejemplo.

Verdura de hoja por excelencia, la lechuga es una planta anual que pertenece a la gran familia de las Asteráceas. Su nombre latino, Lactuca sativa, hace referencia tanto a la savia blanca (lactuca) que fluye cuando se corta como al hecho de que sea cultivada (sativa).

Es una verdura imprescindible en cualquier huerto que se precie y existen tantas variedades que es posible cultivarla casi todo el año.

El cultivo de la lechuga es fácil siempre que respetes el calendario de cultivo de cada variedad. Su crecimiento es rápido y se adapta a cualquier suelo, siempre que sea rico y se mantenga fresco.

Cosecha: Se realiza simplemente con un cuchillo, cuando las lechugas están bien desarrolladas.

Conservación: La lechuga se conserva unos días en el refrigerador pero, para disfrutar al máximo de su frescura, te recomendamos consumirla justo después de haberla cosechado. La congelación de la lechuga cocida es totalmente posible.

El truco del jardinero: Pesadilla de los jardineros, las babosas y caracoles adoran las hojas de lechuga. Cuando comienza la caza, hay que admitir que estás dispuesto a todo para repelerlos o eliminarlos: el cordón de ceniza (que será rápidamente lixiviado por las lluvias), la trampa casera llena de cerveza (de la que los erizos se embriagan hasta el coma etílico), las tiras de cobre que supuestamente los electrocutan (y que solo les hacen cosquillas)...

En lugar de perder tu tiempo y, de paso, tus lechugas, te recomendamos usar un producto anti babosas compuesto de fosfato férrico conocido como Ferramol. A diferencia de los anti babosas a base de metaldehído, peligrosos para la fauna y contaminantes, el Ferramol es natural, no tóxico y muy eficaz, siempre que recuerdes "tratar" tu parcela unos días antes de realizar la siembra.