Abies nordmanniana - Abeto del Cáucaso

El Abies nordmanniana, es el famoso Abeto del Cáucaso que decora nuestros hogares en Navidad. Este gran conífero es apreciado por su porte piramidal perfecto y su follaje ligeramente aromático con agujas flexibles de un verde oscuro brillante que resisten bastante bien al calor seco de nuestras casas. De crecimiento lento pero resistente y rústico, también es un árbol majestuoso que podrás plantar aislado o en los límites de un jardín lo suficientemente amplio para acogerlo. Esta bella especie montañosa prospera especialmente bien en clima fresco y húmedo, en un suelo ordinario pero profundo.

El Abies nordmanniana, que a veces también se llama abeto del Cáucaso o abeto de Crimea, es un conífero de la familia de las pináceas originario de las regiones templadas de Asia occidental: Georgia, Rusia, Armenia, hasta el sur del mar Negro en Turquía y Crimea. Crece en bosques de media montaña, bajo un clima continental bastante húmedo, aunque soporta temporalmente la sequía. En la naturaleza, esta especie de porte piramidal regular puede alcanzar hasta 60 metros de altura, con un tronco de hasta 2 metros de diámetro. Fue introducido en Europa hacia 1848.

En nuestros jardines, alcanzará 30 metros de altura y 6-7 metros de envergadura después de muchos años, por lo que deberás tener en cuenta su desarrollo futuro al comprarlo. Este árbol tiene un tronco corto y recto, con ramas bajas muy extendidas. Su crecimiento es muy lento. Sus hojas en forma de agujas planas, de 2 a 3,5 cm de largo y 2 mm de ancho, son de un verde muy oscuro y brillante, con dos bandas claras en el envés. Truncadas en su extremo, son agradables al tacto y desprenden al frotarlas un aroma muy agradable que puede recordar al de la naranja. Las ramitas tienen forma redondeada, debido a la implantación radiante y muy densa de las agujas. Su corteza gris-marrón es lisa, aunque puede arrugarse en ejemplares viejos. Los frutos son conos cilíndricos, de color marrón-rojizo, de 10 a 20 cm de largo y 4 a 5 cm de ancho. Están erguidos, son escamosos y liberan en la madurez semillas aladas que se dispersan con el viento. Este Abies es bastante sensible a la contaminación urbana y no soporta la salinidad.

El Abies nordmanniana es el árbol de Navidad tradicional, elegido a menudo para decorar la casa durante las fiestas de fin de año. Una vez pasada esta época festiva, el jardinero concienciado, habiendo hecho lo posible por acortarla al máximo, lo plantará en terreno abierto, como manda la tradición. Por su silueta perfecta, su presencia imponente, su resistencia y su facilidad de cultivo, quedará maravilloso como ejemplar aislado o en los límites de un gran jardín.