Abies balsamea Nana

El Abies balsamea Nana es una forma enana del abeto balsámico, con un porte compacto y muy denso, cubierto de un follaje fino y suave, de color verde intenso. En primavera, sus yemas claras y prominentes, situadas en el extremo de ramas casi verticales, aportan luminosidad al conjunto. Gracias a su crecimiento lento y su pequeño tamaño, es perfecto para pequeños jardines, rocallas o cultivo en maceta.

El abeto balsámico es una conífera de la familia de las pináceas, originaria de América del Norte, que en su entorno natural alcanza entre 15 y 20 m de altura y forma un tronco de 60 cm de diámetro.

La forma 'Nana' representa en cierta manera una miniatura de esta especie. No superará los 50 cm de altura por 65 cm de diámetro, incluso después de muchos años de cultivo. Presenta un porte compacto, primero globular y luego más extendido, formando un gran cojín muy suave, compuesto por ramas erguidas donde se insertan, como en un cepillo, acículas muy finas y flexibles, de color verde intenso en el haz y marcadas con dos líneas blancas en el envés. Sus grandes yemas primaverales coronan su follaje verde oscuro con un velo verde lima. Cabe destacar que esta variedad, al igual que la especie tipo, está impregnada de una resina aromática (un bálsamo) que desprende un perfume especiado muy agradable.

El Abies balsamea Nana es ideal para el cultivo en maceta en una terraza o en pequeños jardines gracias a su crecimiento lento y su reducido tamaño. Por su silueta en forma de cojín denso, que no requiere poda, quedará maravilloso en tus rocallas, especialmente si se planta en grupos de 3 ejemplares. Las cualidades gráficas de las coníferas enanas se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, siluetas y texturas sobre la de las flores. Estas plantas de fuerte personalidad estructuran de manera duradera un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia marcada del boj podado. Sirven de marco para pequeños rosales, peonías o gramíneas despeinadas de temperamento muy complementario. También puedes combinarlas con plantas cubresuelos como las aubrietas, los cerastios y con arbustos de flor. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.