Los aloe, entre los que el Aloe vera es el más conocido, pertenecen a la familia de las Asphodelaceae. Son plantas suculentas con hojas gruesas y carnosas, frecuentemente utilizadas por sus propiedades medicinales y su valor estético en jardines secos. Su propagación es una excelente solución para ampliar tu colección o compartir esta planta con otros entusiastas.
En esta guía, veremos las diferentes técnicas para propagar los aloe, los períodos ideales y los cuidados necesarios para garantizar un crecimiento óptimo.

Los aloe: plantas adaptadas al jardín y al interior
Los aloe forman un género que agrupa más de 500 especies de plantas suculentas, originarias principalmente de África, la península Arábiga y Madagascar. Su popularidad se debe tanto a su aspecto gráfico, con hojas carnosas generalmente bordeadas de espinas.
Algunas especies, como el Aloe aristata o el Aloe striatula, son más resistentes y pueden cultivarse en terreno abierto en regiones donde la temperatura no baja de -5 a -10 °C, en suelos perfectamente drenados. Estos aloe aprecian los suelos pobres, arenosos o pedregosos, que evitan el estancamiento de agua, principal causa de pudrición de raíces. Instalados a pleno sol, resisten bien la sequía una vez establecidos.
Por el contrario, las especies más sensibles al frío, como el Aloe vera, el Aloe ferox o el Aloe juvenna, deben cultivarse en macetas en interior en regiones con inviernos rigurosos. Aprecian una ubicación luminosa, incluso soleada, y un sustrato bien drenado, compuesto por una mezcla de sustrato, arena y perlita. En invierno, se recomienda un riego muy moderado para evitar cualquier exceso de humedad.
Ya sea en el jardín o en interior, los aloe son plantas fáciles de cuidar, siempre que se respeten sus necesidades de luz, drenaje y temperatura.

¿Por qué propagar los aloe?
Propagar los aloe presenta varios beneficios:
- Obtener nuevas plantas gratuitamente y distribuirlas en diferentes zonas del jardín.
- Preservar las características de la planta madre, especialmente en variedades raras.
- Renovar plantas envejecidas y evitar que se agoten.
- Compartir aloe con amigos o familiares.

¿Cuándo propagar los aloe?
El mejor momento para propagar los aloe depende del método elegido:
- Por rechazos: en primavera o verano, cuando las temperaturas son suaves.
- Por esquejes de hojas: en primavera, para favorecer el enraizamiento.
- Por siembra: en primavera o principios de verano, cuando el calor estimula la germinación.
Material necesario para propagar los aloe
- Un tijeras de podar o un cuchillo limpio para cortar los rechazos o las hojas.
- Macetas de barro para una mejor aireación de las raíces.
- Un sustrato drenante: sustrato aligerado con arena o perlita o un sustrato especial para cactus.
- Un pulverizador para un riego moderado.
- Polvo de canela o carbón para cicatrizar las heridas de corte.
¿Qué método usar para propagar los aloe?
Existen dos métodos para propagar los aloe:
1. Propagación por rechazos (método más simple y efectivo)
Los aloe suelen producir rechazos en la base de la planta madre. Estos brotes son fácilmente separables y permiten una reproducción fiel.
Pasos:
- Elige un rechazo de al menos 5 a 10 cm de altura con raíces.
- Desentierra con cuidado la planta madre y separa el rechazo con un cuchillo limpio.
- Deja secar la herida 24 horas al aire libre.
- Replanta el rechazo en una maceta con un sustrato drenante (mezcla de sustrato y arena).
- Riega ligeramente y coloca en luz indirecta.

2. Propagación por siembra
La siembra es un método más lento, pero útil para experimentar con nuevas variedades.
Pasos:
- Recoge semillas de aloe maduras*
- Siémbralas sobre un sustrato arenoso, sin enterrarlas demasiado.
- Mantén una temperatura de alrededor de 20-25 °C y una humedad constante.
- La germinación puede tardar de 2 a 6 semanas.
*¿Cómo recolectar las semillas? Las semillas de aloe se recolectan cuando las cápsulas se vuelven marrones y comienzan a abrirse, generalmente unas semanas después de la floración, a finales de verano o en otoño. Basta con cortar las cápsulas secas, dejarlas secar unos días y luego abrirlas con cuidado para extraer las semillas negras y planas. Consérvalas en un lugar seco y protegido de la luz hasta el momento de la siembra.

Después de la propagación: cuidados y mantenimiento
- Riego: moderado, aproximadamente una vez por semana en verano, y muy espaciado en invierno.
- Luz: coloca los plantones en una zona luminosa, pero sin sol directo demasiado intenso.
- Temperatura: evita temperaturas inferiores a 10 °C.
- Fertilizante: una aplicación ligera de fertilizante para cactus y plantas suculentas en primavera puede estimular el crecimiento.
- Trasplante: cuando la planta se quede pequeña en su maceta, trasplántala a una más grande.
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