
¿Tu cactus se está poniendo amarillo? Descubre las causas y las soluciones
Descubre los factores del amarilleamiento de los cactus y cómo solucionarlo
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Las plantas robustas, resistentes a todo, autónomas, casi indestructibles… Esa es la reputación que tienen los cactus de interior. Sin embargo, puede ocurrir que un cactus se ponga amarillo sin razón aparente, de manera progresiva o más repentina, muy localizada o difusa. Este amarillamiento a menudo oculta un desequilibrio en las condiciones de cultivo. Pero, ¿qué desequilibrio? ¿Es un signo de enfermedad o un problema de riego? ¿O simplemente un sustrato que se empobrece? Entender el origen del amarillamiento te permitirá salvar tu cactus.
Descubre cómo identificar las diferentes causas del amarillamiento de los cactus, para implementar mejor las soluciones más adecuadas.
¿Un riego inadecuado?
En su medio natural, generalmente desértico o árido, un cactus está sujeto a cierta irregularidad en las lluvias. Por eso ha desarrollado mecanismos para sobrevivir en condiciones difíciles. Sin embargo, necesita reponer sus reservas. El amarillamiento de una parte del cactus suele estar relacionado con un problema de riego. Y, contrario a lo que se podría pensar, un follaje que se vuelve amarillo no siempre se debe a un exceso de agua; la falta también puede ser la causa.
Demasiada agua o muy poca agua
Un exceso de riego es peligroso: las raíces de los cactus, poco profundas y finas, pueden asfixiarse rápidamente en un sustrato constantemente húmedo. Esto provoca un estrés hídrico: la planta se vuelve amarilla porque ya no puede absorber el agua correctamente. Este tipo de amarillamiento suele ir acompañado de un ablandamiento de la base o un ennegrecimiento progresivo, signo de pudrición.
Por el contrario, un cactus puede volverse amarillo cuando se le priva de agua durante demasiado tiempo en su periodo de crecimiento activo en primavera y verano. En este caso, el amarillamiento suele ser difuso, la planta parece debilitada, retraída o incluso marchita.
¿Qué hacer?
- Riega solo cuando el sustrato esté completamente seco, incluso en profundidad. Introduce un dedo en la tierra para comprobarlo.
- En periodo de crecimiento, realiza un riego abundante, pero espaciado: deja que el agua fluya por los agujeros de drenaje y luego vacía el agua residual del platillo para maceta o del cubremacetas.
- En invierno, suspende casi por completo el riego. Un riego al mes es suficiente.
- Si sospechas un exceso de agua, saca la planta de su maceta, examina las raíces, elimina las partes podridas, déjala secar al aire libre durante unos días y luego trasplántala a un sustrato seco.
¿Un problema de luz o de sol directo?
Aunque los cactus son plantas originarias de zonas áridas, esto no significa que todas toleren cualquier exposición sin problemas.
Demasiada o poca luz
Un amarilleamiento localizado, a menudo en la parte superior o orientada al sur de la planta, puede ser el signo de una quemadura solar. Esto ocurre frecuentemente en primavera o al inicio del verano, cuando la luz se vuelve repentinamente más intensa, especialmente si el cactus ha pasado el invierno en el interior o en un invernadero sombreado.
El tejido clorofílico puede degradarse bajo el efecto de los rayos UV, provocando una decoloración que va del amarillo al blanco, e incluso marrón si los tejidos están quemados. Este fenómeno afecta especialmente a las especies de piel fina o clara, como los Astrophytum o algunos Echinopsis, pero puede afectar a cualquier tipo de cactus mal aclimatado.
Por el contrario, un cactus cultivado en una habitación con poca luz se etiolará. Su epidermis puede decolorarse y adquirir un tono amarillento.
¿Qué hacer?
- Si tu cactus acaba de salir de la invernada o estaba en un lugar poco luminoso, muévelo gradualmente hacia una luz más intensa. Es fundamental evitar cambios bruscos de luminosidad.
- Si tu cactus está cerca de una ventana, filtra la luz con una cortina translúcida o colócalo detrás de una ventana orientada al este o al oeste en lugar de al sur.
- A finales de primavera y en verano, los cactus agradecen estar en el exterior. Es preferible aclimatarlos lentamente durante varios días, aumentando la exposición solar hora tras hora.
¿Un sustrato inapropiado?
Un sustrato mal adaptado es una causa sutil, pero frecuente, del amarilleamiento en los cactus.
Los problemas relacionados con un mal sustrato
Con demasiada frecuencia, las plantas se cultivan en sustratos universales, ricos en materia orgánica, diseñados para plantas de interior de crecimiento rápido. Este sustrato no se ajusta a las necesidades de los cactus, que son plantas frugales.
Este sustrato inadecuado puede tener varias consecuencias que explican el amarilleamiento. Retiene demasiada agua y favorece la asfixia de las raíces, no es lo suficientemente drenante y el aire no circula alrededor de las raíces, provocando su pudrición. Además, acumula sales minerales o cal en regiones donde el agua es dura.
Estas condiciones de cultivo privan a la planta del oxígeno necesario para sus raíces, lo que provoca no solo el amarilleamiento, sino también un enlentecimiento del crecimiento, e incluso la muerte del cactus.
¿Qué hacer?
Claramente, en este tipo de situación, es necesario trasplantar el cactus con urgencia:
- Elegir una maceta que tenga un agujero de drenaje.
- Utilizar un sustrato especial para cactus, perfectamente drenante y pobre en materia orgánica. También puedes preparar una mezcla con 1/3 de tierra de jardín, 1/3 de sustrato y 1/3 de arena gruesa (o grava, pouzzolana o perlita).
- Colocar una capa de bolas de arcilla o grava gruesa en el fondo de la maceta.
¿Parásitos?
Cuando un cactus se pone amarillo de forma anormal, especialmente si este amarillamiento viene acompañado de otros síntomas (manchas, deformaciones, debilitamiento), es momento de inspeccionar de cerca la planta.
Los parásitos comunes
Las cochinillas, los pulgones de la raíz o las arañas rojas pueden ser la causa del amarillamiento del cactus. A veces difíciles de detectar, contribuyen a la decoloración de la epidermis.

Ataque masivo de cochinillas en un cactus
¿Qué hacer?
El primer paso es inspeccionar con detenimiento tu cactus. Las cochinillas son bastante visibles, las arañas rojas suelen detectarse por las telas que dejan. En cuanto a los pulgones de la raíz, se alojan en los más mínimos intersticios del sistema radicular y bloquean la absorción de nutrientes.
En caso de cochinillas, elimínalas manualmente con un hisopo empapado en alcohol al 70 °C, luego trata con una solución a base de agua, jabón negro y aceite vegetal. Las arañas rojas se eliminan con una pulverización de agua no calcárea. Y para combatir los pulgones de la raíz, es necesario trasplantar la planta. Y no olvides aislar el cactus, ya que los parásitos se propagan fácilmente.
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