Smilacina racemosum

El Smilacina racemosa (sinónimo Maianthemum racemosa), también conocido como "Falso Sello de Salomón", es una vivácea muy resistente y robusta que puede recordar a un lirio de los valles gigante, por el aspecto de sus hojas y el color blanco de su floración primaveral. A las panículas de flores vaporosas les suceden racimos de frutos rojos, muy decorativos en otoño. Originaria de los bosques frescos a húmedos de América del Norte, esta vivácea muy rústica y poco exigente se extiende lentamente mediante sus rizomas, formando con el tiempo una cubresuelos exuberante y sin mantenimiento.

El Falso Sello de Salomón pertenece a la familia de las liliáceas. Su hábitat natural corresponde a zonas boscosas húmedas y sombreadas de gran parte de América del Norte. Se trata de una planta herbácea vivaz gracias a sus rizomas, cuya vegetación comienza en primavera y desaparece en invierno. Si su establecimiento es un poco lento, el Smilacina racemosa forma con el tiempo una hermosa mata de tallos foliados de 50 a 80 cm de altura y al menos 50 cm de ancho, dependiendo de la riqueza del suelo que lo acoge. Una vez establecido, no requiere ningún mantenimiento.

De su tocón brotan en primavera tallos elegantemente arqueados, cubiertos a lo largo de hojas brillantes, de un verde intenso, enteras, de 12 a 15 cm de largo, estrechamente ovaladas a elípticas, fuertemente acanaladas, dispuestas de manera alterna. Se vuelven amarillas en otoño, antes de caer. La floración ocurre en mayo y junio. En el extremo de los tallos florecen notables espigas blancas y tupidas, densas. Están cubiertas de numerosas pequeñas flores de 6 pétalos, de 5 a 6 mm de ancho, blancas a blanco-crema, a veces teñidas de verde. Tras la polinización se forman pequeñas bayas globulares primero verdes, volviéndose rojas con motas púrpura al alcanzar la madurez.

El Smilacina racemosa es una planta fácil y duradera, adaptable a muchas regiones. Crece en cualquier suelo sin demasiada caliza, fresco o incluso bastante seco en verano, y florece tanto a la sombra como al sol. Esta vivácea, que no se ve afectada por la competencia radicular de árboles y arbustos, es valiosa para ajardinar esas zonas del jardín, a menudo difíciles de vegetar. Las vincas, el geranio vivaz macrorrhizum, el eléboro de Córcega o el Helleborus sternii, así como el lirio sapo (Tricyrtis), precederán, acompañarán o relevarán su floración, en luz tamizada.

Uso: sus rizomas son comestibles cocidos, tras maceración en una solución alcalina, al igual que sus brotes jóvenes que pueden consumirse como espárragos blancos. Los tallos adultos desarrollan un amargor muy marcado. Los frutos, comestibles pero laxantes cuando se consumen crudos y en gran cantidad, poseen un sabor dulce-amargo que recuerda al de la melaza. Son ricos en vitamina C.