
Muhlenbergia: plantar, cultivar y cuidar
Contenido
Los Muhlenbergias en pocas palabras
- Los Muhlenbergia prefieren una exposición a pleno sol y en suelo drenado
- Su floración, a menudo rosada y vaporosa, aparece en otoño, de septiembre a noviembre
- Su follaje verde azulado adquiere tonos dorados en otoño
- Un mantenimiento mínimo es suficiente, con una poda ligera al final del invierno
- Son resistentes a la sequía y toleran suelos pobres
La palabra de nuestro experto
Los Muhlenbergia, y en particular la Muhlenbergia capillaris, son gramíneas ornamentales imprescindibles para aportar ligereza y elegancia a los jardines. Lo que las distingue es su floración vaporosa y espectacular, con inflorescencias de un rosa vibrante que aparecen en otoño, generalmente de septiembre a noviembre. Además de su belleza, son muy fáciles de cultivar: prefieren pleno sol y un suelo seco, bien drenado, y toleran condiciones difíciles como la sequía y los suelos pobres.
El follaje, de un tono verde azulado durante el verano, adquiere magníficos matices dorados en otoño, lo que realza aún más su atractivo. En cuanto al mantenimiento, estas plantas requieren muy poca atención. Basta con una simple poda a finales de invierno para limpiar las hojas secas. Se pueden multiplicar por siembra o división, lo que también las hace fáciles de reproducir. En resumen, las Muhlenbergia son perfectas para macizos modernos, jardines de pradera o espacios secos, y crean ambientes naturales y ligeros con un impacto visual increíble.

Muhlenbergia capillaris
Botánica y descripción
Documento de identidad
- Nombre latino Muhlenbergia sp.
- Familia Poáceas
- Nombre común Muhlenbergia
- Floración septiembre a noviembre
- Altura 1 m
- Tipo de suelo calcáreo y drenante, incluso pobre
- Rusticidad -18°C
El género Muhlenbergia pertenece a la familia de las Poáceas (las gramíneas) y fue nombrado en honor al botánico estadounidense de origen alemán Gotthilf Heinrich Ernst Muhlenberg (1753-1815), quien realizó importantes contribuciones a la clasificación de plantas en América del Norte. Las Muhlenbergia son originarias principalmente de América del Norte y Central, pero también se encuentran en Asia. Se localizan principalmente en regiones áridas o semiáridas como praderas secas, sabanas, matorrales y zonas rocosas. Sin embargo, algunas especies también están presentes en áreas ligeramente más húmedas, como riberas de ríos y laderas montañosas.
Existen aproximadamente 170 especies de Muhlenbergia, entre las más conocidas y cultivadas se encuentran:
- Muhlenbergia capillaris (Hierba de cabello rosa): la más popular por sus inflorescencias vaporosas rosadas.
- Muhlenbergia rigens (Hierba del venado): más rígida, con tonos dorados, adaptada a ambientes más secos.
- Muhlenbergia lindheimeri: gramínea azulada con espigas plateadas, muy utilizada en jardinería paisajística.

Muhlenbergia capillaris, Muhlenbergia rigens (foto Wikimedia Commons- Stan Shebs), y Muhlenbergia lindheimeri
El porte de las Muhlenbergia es grácil y erguido. Estas gramíneas adoptan una forma tupida y erguida, creando a menudo matas redondeadas. La altura de la planta varía según las especies, desde 60 cm hasta 1,20 m de media. El porte suave y ligero de las hojas y panículas les confiere un aspecto muy aéreo y elegante, perfecto para aportar movimiento al jardín, especialmente cuando son acariciadas por el viento.
Las Muhlenbergia poseen un sistema radicular fibroso y denso. Estas raíces rastreras permiten a la planta anclarse firmemente en suelos pobres y secos. Sus raíces están bien adaptadas a ambientes áridos, permitiéndoles captar rápidamente el agua tras las lluvias. Este sistema contribuye a su resiliencia en condiciones de sequía.
El follaje de las Muhlenbergia constituye uno de sus principales atractivos decorativos. Las hojas son largas, finas y en forma de cinta, con una longitud que varía entre 30 y 90 cm según la especie. Su textura es generalmente suave, ligeramente áspera al tacto. En cuanto al color, presentan tonalidades que van del verde al verde azulado, a veces con reflejos plateados. En otoño, se visten de tonos dorados o marrones, reforzando así su interés ornamental. Además, la mayoría de las especies son persistentes, conservando su follaje durante todo el año y ofreciendo atractivo visual incluso en invierno.
Las inflorescencias de las Muhlenbergia son a menudo espectaculares y aéreas, manifestándose en forma de panículas vaporosas y delicadas. Las espigas florales, extremadamente finas, casi filiformes, aportan una ligereza visual única. Los colores varían según las especies, desde el rosa intenso en Muhlenbregia capillaris hasta tonalidades plateadas o doradas en M. rigens y M. lindheimeri. La floración ocurre a finales de verano y principios de otoño, creando un magnífico efecto brumoso que aporta movimiento al jardín. Las flores, pequeñas y discretas, se agrupan en espigas apretadas, pero es sobre todo la finura y elegancia de las inflorescencias lo que capta la atención, especialmente cuando están presentes en gran número.

Muhlenbergia rigens (foto Matt Lavin)
Nuestras variedades favoritas

Muhlenbergia rigens
- Flowering time Octubre hasta Diciembre
- Height at maturity 1,50 m

Muhlenbergia capillaris
- Flowering time Octubre hasta Diciembre
- Height at maturity 1 m
Plantación de un Muhlenbergia
¿Cuándo plantar?
El mejor momento para plantar un Muhlenbergia es en primavera u otoño, cuando las temperaturas son suaves y el suelo aún está bastante húmedo. Esto permite que las raíces se fijen bien antes de los períodos de calor intenso o frío. Evita plantar en verano, ya que la sequía y el calor podrían estresar la planta antes de que esté bien enraizada.
¿Dónde plantar?
Los Muhlenbergia aprecian una exposición soleada, ideal para favorecer una floración abundante y un follaje denso. Pueden tolerar una ligera media sombra, pero una exposición demasiado sombreada podría limitar su floración y reducir la calidad estética de la planta.
Los Muhlenbergia son muy tolerantes a los suelos pobres, lo que los hace adaptables a muchas situaciones. Crecen bien en suelos secos a moderadamente secos, bien drenados. El suelo ideal debe ser ligeramente arenoso o pedregoso, con un buen drenaje. No soportan los suelos encharcados, lo que podría provocar la pudrición de las raíces. Toleran cierta salinidad, lo que los hace adecuados para jardines costeros.

Un macizo opulento, donde los Muhlenbergia se mezclan con otras gramíneas
¿Cómo plantar un Muhlenbergia?
En terreno abierto
- Preparación del suelo: afloja bien el suelo a una profundidad de unos 20-30 cm para permitir un buen enraizamiento. Si tu suelo es pesado o arcilloso, añade grava para mejorar el drenaje.
- Espaciado: planta tus Muhlenbergia respetando un espacio de 50 a 60 cm entre cada planta. Esto permite que la planta se expanda y evita una competencia excesiva entre las raíces.
- Plantación: cava un agujero dos veces más ancho que el cepellón y con una profundidad equivalente a la del cepellón. Coloca la planta en el agujero y rellena con sustrato mezclado con tierra de jardín. Compacta ligeramente y riega bien después de la plantación.
- Riego: riega regularmente durante las primeras semanas para ayudar al enraizamiento, especialmente si los plantas en primavera. Posteriormente, los Muhlenbergia son plantas muy resistentes a la sequía y requieren poco riego.
- Acolchado: para limitar la competencia de malas hierbas y mantener la humedad, puedes añadir una capa de acolchado alrededor de la base, sin asfixiar la corona de la planta.
En macetas
Los Muhlenbergia se adaptan bien al cultivo en maceta. Elige una maceta de 30 a 40 cm de profundidad y diámetro para especies pequeñas como Muhlenbergia capillaris, o 50 cm para las más grandes, como M. lindheimeri. Prefiere macetas de barro para una mejor aireación del suelo, o de resina por su ligereza. Asegúrate de que haya agujeros de drenaje y añade grava o bolas de arcilla en el fondo para evitar el exceso de agua.
Utiliza un sustrato universal o para plantas mediterráneas, añadiendo un 30 % de arena o pozzolana para mejorar el drenaje. Mezcla también un poco de tierra de jardín con compost ligero para enriquecer el sustrato sin volverlo demasiado compacto.
El Muhlenbergia tiene un sistema radicular denso, por lo que puede permanecer en la misma maceta durante algunos años, pero después de 2 a 3 años, se recomienda trasplantar la planta para renovar el sustrato y ofrecer más espacio a las raíces. Opta por una maceta ligeramente más grande en ese momento.
Mantenimiento y poda del Muhlenbergia
Riego
- Primer año: regar regularmente después de la plantación para favorecer un buen enraizamiento, especialmente en época de sequía.
- Posteriormente: una vez establecido, el Muhlenbergia es resistente a la sequía. En macetas, vigila con más frecuencia la humedad del sustrato.
Fertilizante
El Muhlenbergia no necesita fertilizante. Un aporte de compost al inicio de la primavera es suficiente.
Poda
A finales de invierno o principios de primavera, podar la planta a unos 10 cm del suelo para estimular un nuevo crecimiento y limpiar las hojas secas. No es necesario podar durante la temporada, excepto para retirar las partes muertas o dañadas.
Plagas y enfermedades posibles
Los Muhlenbergia son plantas especialmente robustas y resistentes, y rara vez se ven afectadas por enfermedades o plagas. Sin embargo, algunas situaciones pueden ocasionar problemas.
La pudrición de las raíces
Esto puede ocurrir si el suelo o la maceta están mal drenados, lo que provoca una acumulación de agua alrededor de las raíces. Los síntomas incluyen hojas amarillentas y un crecimiento ralentizado. Para evitarlo, asegúrate de que el suelo esté bien drenado y no riegues en exceso.
Los pulgones
Aunque rara vez son un problema grave, a veces pueden infestar los brotes jóvenes. Los pulgones se alimentan de la savia de las hojas, lo que provoca su deformación. Un chorro de agua fuerte o un tratamiento con jabón negro puede eliminarlos.
Las cochinillas
Estos insectos pueden atacar ocasionalmente los tallos o las hojas, formando pequeñas protuberancias blancas o marrones. Las cochinillas se combaten con aceites vegetales y jabón negro.
¿Cómo multiplicar tus muhlenbergias?
Propagación por siembra
La siembra es más complicada que la división, pero permite multiplicar un gran número de plantas a la vez. Las características (forma y color de la planta) pueden variar ligeramente.
- Recolección de semillas: las semillas pueden recolectarse después de la floración, en otoño. Espera a que las espigas florales estén secas para cortarlas.
- Época de siembra: la siembra se realiza generalmente en primavera (abril-mayo), cuando las temperaturas empiezan a subir.
- Sustrato: utiliza un sustrato ligero y bien drenado, idealmente mezclado con un poco de arena para facilitar la germinación.
- Profundidad de siembra: siembra las semillas en la superficie del suelo o apenas cubiertas, ya que necesitan luz para germinar.
- Condiciones: mantén el sustrato húmedo (pero no encharcado) y coloca la siembra en un lugar luminoso. La germinación puede tardar de 2 a 4 semanas, según las condiciones.
- Trasplante: una vez que las plántulas tienen algunas hojas y son lo suficientemente robustas, trasplántalas a macetas individuales o directamente en terreno abierto.
Propagación por división
La división es el método más rápido, especialmente si se desea reproducir una planta específica (mismo color, misma forma).
- Época ideal: la división se realiza preferiblemente en primavera u otoño, cuando la planta está en reposo vegetativo.
- Preparación: elige una mata bien desarrollada, de al menos 2 o 3 años. Saca con cuidado la planta de la tierra usando una pala, evitando dañar las raíces.
- División: utiliza un cuchillo bien afilado o una pala para dividir la mata en varias secciones. Cada sección debe tener varios tallos y un buen sistema radicular.
- Replantación: replanta inmediatamente las divisiones en un suelo bien drenado o en macetas, asegurándote de extender bien las raíces. Riega generosamente después de la plantación para favorecer el enraizamiento.
Asociación del Muhlenbergia
Para crear un macizo armonioso con Muhlenbergia, una buena idea sería mezclar los tonos rosados de las Muhlenbergia con flores azules y algunos toques amarillos, para crear un contraste impactante. Es recomendable alternar plantas de follaje fino y ligero con especies de follaje más denso, que produzcan flores compactas, como los sedum. También es importante dejar suficiente espacio alrededor de las Muhlenbergia para destacar sus panículas aéreas y evitar que sean sofocadas por plantas demasiado voluminosas.
En este macizo, se puede crear una armonía sutil jugando con las texturas, los colores y los movimientos de las diferentes plantas. En el centro, las Muhlenbergia capillaris, con sus inflorescencias vaporosas de un rosa delicado, aportarán una ligereza impresionante. Alrededor de estas gramíneas, la adición de algunos grupos de Gaura lindheimeri ‘Rosy Jane’, con sus flores rosadas flotando sobre el follaje, reforzarán esta sensación de suavidad y movimiento.
Para estructurar el conjunto, la inserción de 4 o 5 Equinácea purpurea ‘Summer Cocktail’ ofrecerá un contraste interesante con sus grandes flores púrpuras y sus centros anaranjados, aportando un toque más sólido. A su lado, los Hylotelephium spectabile ‘Autumn Joy’, con sus inflorescencias carnosas y rosadas, añadirán volumen y estabilidad visual, equilibrando la ligereza de las otras especies.
Finalmente, las Verbena de la Patagonia ‘Lollipop’, cuyos tallos finos y aéreos coronados por pequeñas flores malva se elevan con gracia, se armonizarán perfectamente con las Coreopsis verticillata ‘Zagreb’, que, con sus flores amarillo brillante, aportarán toques luminosos y atraerán a los polinizadores.

Gaura ‘Rosy Jane’, Muhlenbergia capillaris, Coreopsis verticillata ‘Zagreb’, Orpin ‘Autum Joy’, Verbena de la Patagonia ‘Lollipop’ y Equinácea ‘Summer Cocktail’
También te puede interesar
Si los Muhlenbergia te fascinan y deseas profundizar tus conocimientos sobre estas magníficas gramíneas o descubrir otras plantas adaptadas a jardines secos y soleados, el sitio promesse de fleurs ofrece numerosos artículos que te guiarán en la elección y el cuidado de gramíneas ornamentales y plantas resistentes a la sequía.
→ Para saber más, consulta artículos como «10 gramíneas que debes tener en tu jardín» o «5 viváceas cubresuelos para suelo seco«.
- Suscribirse
- Contenido

Comentarios