Las mejores plantas anuales trepadoras para embellecer rápidamente tu jardín

Las ventajas de las plantas anuales en el jardín

Si te recomendamos que optes por las plantas anuales en el jardín, es porque tienen múltiples ventajas.

1. Se integran en cualquier espacio, tanto en pequeños rincones como en grandes jardines, en macetas o en macizos XXL. Además, son candidatas perfectas para rellenar huecos y aportar un efecto visual rápido.
2. Su gran diversidad es capaz de satisfacer todos los gustos, con flores que pueden ser ligeras, refinadas, campestres, sofisticadas, etc.
3. Florecen generosamente durante largas semanas, prácticamente desde finales de primavera hasta las primeras heladas en la mayoría de los casos. Esto se debe a su ciclo de vida muy corto (de un año), lo que las impulsa a ser lo más productivas posible, para poder perpetuar la especie.
4. Tienen muchas cualidades ornamentales: flora, por supuesto, pero también follaje, silueta, e incluso fructificación y aroma.
5. Las anuales son perfectas para jardineros principiantes o para iniciar a los niños en el placer de la jardinería. Son muy fáciles de sembrar y generalmente requieren pocos cuidados.
6. Permiten cambiar de decoración cada año. Si te has cansado de alguna de ellas, no hay problema, ya que terminará su ciclo al final del año.
7. Por otro lado, muchas de ellas también tienen la capacidad de sembrarse de manera natural y volver cada año sin intervención, si las dejas seguir su curso.
8. Son económicas de adquirir. Ya sea en forma de semillas, de mini macetas o de macetas, son más accesibles que las viváceas o los arbustos. Si recolectas tus propias semillas al final de la temporada, incluso puedes multiplicarlas gratis.
9. Muchas flores anuales favorecen la biodiversidad al atraer a toda una variedad de insectos libadores.

Los guisantes de olor permiten recolectar semillas de un año para otro

¿Por qué cultivar plantas trepadoras anuales?

Las plantas trepadoras anuales son sin duda algunas de las que crecen más rápido. Como hemos visto, al tener un ciclo de vida corto, solo disponen de unos meses para alcanzar la madurez. Por ello, las trepadoras son capaces de crecer varios metros en un tiempo récord. ¡Una verdadera suerte para cubrir rápidamente una estructura antiestética! Pero también representan una solución perfecta para crear una bonita pantalla de privacidad vegetal durante la temporada cálida. Esto permite disfrutar de la luz en invierno, pero estar resguardado de miradas indiscretas durante los días soleados.

Ya sea en una pérgola, una espaldera, un arco o una balaustrada, crearán rápidamente un decorado exuberante y florífero. Generalmente, utilizarán sus tallos volubles para elevarse verticalmente, por lo que ni siquiera necesitarán ser sujetadas a medida que crecen. Y si no tienen un soporte al que agarrarse, no hay problema: también pueden formar hermosas plantas cubresuelos o caer en cascada desde una suspensión.

Otra ventaja de las trepadoras es que ocupan muy poco espacio en el suelo. Por ello, pueden integrarse incluso en decoraciones reducidas, jugando con las alturas para crear una sensación de mayor amplitud.

¡El encanto de las trepadoras anuales actúa todo el verano!

¿Cómo elegir bien las anuales trepadoras?

Para asegurarte de elegir correctamente las trepadoras anuales, primero ten en cuenta tus limitaciones de cultivo. Cada planta tiene sus propias necesidades y, lógicamente, no todas son adecuadas para tu jardín.

Por lo tanto, debes definir:

• el tipo de suelo (pobre o rico en materia orgánica, arcilloso o arenoso, calcáreo o ácido…);
• la humedad del suelo (seco, húmedo o encharcado);
• las condiciones climáticas (frescor tardío, fuertes calores estivales, pluviosidad elevada, sequía frecuente, rocío marino, vientos fuertes, etc.);
• la exposición (soleada, tamizada, semisombra, oscura);
• el espacio disponible (en macetas o en terreno abierto, pequeño o grande).

Para ayudarte, descubre nuestra aplicación Plantfit, que permite crear el perfil específico de tu jardín y aconsejarte sobre las plantas que son o no adecuadas para él.

Luego, obviamente elegirás las trepadoras anuales según tus gustos. Colores de flores, formas, silueta, follaje, fructificación, fragancia… tendrás muchas opciones para crear un decorado que te guste y que te represente. ¡Y no olvides que una de las ventajas de las anuales es que puedes probar y cambiar el decorado al año siguiente!

Algunas flores se prestan más a un ambiente natural y campestre, otras tendrán un estilo más exótico, y otras aportarán una sofisticación bienvenida en un jardín de aire romántico, etc.

Las trepadoras anuales pueden combinarse perfectamente con plantas cubresuelos perennes, con gramíneas, o incluso utilizarse para dar volumen a un rosal o a un árbol envejecido.

Cabe destacar que algunas trepadoras son plantas perennes en su medio de origen. Pero, al ser sensibles a las heladas, se cultivan como anuales en nuestros climas. Sin embargo, nada te impide protegerlas del frío en invierno si deseas conservarlas por más tiempo.

Nuestras anuales trepadoras favoritas

La Susana de ojos negros

Las Susanas de ojos negros, o Thunbergia alata, forman parte de las trepadoras anuales más populares. En solo unas semanas, son capaces de cubrir cualquier soporte que se les proporcione. Generosas, florecen durante mucho tiempo de junio a octubre, regalándonos flores simples en tonos a menudo vivos, que contrastan con el famoso ojo negro que les da su nombre.

Son anuales perfectas para aportar un toque exótico. La especie tipo nos regala un hermoso color amarillo brillante, pero existen varias variedades. ‘Tangerine Slice’ muestra, por ejemplo, un tono bicolor rojo y amarillo poco común, mientras que ‘Sunny Suzy Cherry’ nos ofrece un magnífico rojo cereza.

Esta trepadora se sentirá a gusto al sol o a media sombra, en suelo fértil y bien drenado (rico en materia orgánica, pero lo suficientemente ligero para que el agua no se estanque en las raíces). Prefiere una situación protegida del viento.

A la izquierda, la especie tipo, y a la derecha ‘Tangerine Slice’ y ‘Suny Suzy Cherry’

La capuchina

La capuchina (Tropaeolum majus) tiene todo para gustar. Su floración, primero, generosa y en constante renovación, está formada por flores en forma de embudo muy coloridas. De un encanto exótico, aportan alegría y dinamismo tanto a las macetas como al jardín. Pero eso no es todo: el follaje también es muy ornamental, compuesto por hojas redondas que parecen mini nenúfares.

Y para rematar, es una trepadora anual que también tiene su lugar en la cocina. Hojas, yemas florales y flores son comestibles, perfectos para alegrar ensaladas con sus notas picantes.

Enamórate de las variedades amarillas manchadas de naranja (‘Baby Orange’), dobles (‘Red Wonder’) o en mezcla (‘Jewel of Africa’).

Las capuchinas prosperan en suelos arenosos, incluso pobres y secos, en situaciones cálidas y soleadas.

En naranjas más o menos oscuros y con follajes a veces abigarrados, las capuchinas siguen siendo clásicos entre las trepadoras anuales (arriba a la derecha la variedad ‘Baby Orange -Banana Split’)

La ipomea

Otras imprescindibles cuando hablamos de trepadoras anuales: las ipomeas o Volubilis! Se caracterizan por sus flores en forma de trompeta que animan el espacio durante largas semanas. Se aferrarán a cualquier soporte cercano, gracias a sus tallos volubles. Aquí también, son plantas perfectas para aportar un toque de color y exotismo.

Opta, por ejemplo, por:

• ‘Heavenly Blue’, que muestra un hermoso azul celeste;
• ‘Flying Saucer’, con sus trompetas blancas rayadas de azul;
• ‘Grandpa Ott’, con una floración azul púrpura intenso;
• ‘La Vie en Rose’, que mezcla, como su nombre indica, varios tonos de rosa, del más claro al más vivo;
• la sorprendente ‘Star of Yelta’, de un azul violeta especialmente oscuro.

Cabe destacar que el follaje en forma de corazón también es muy estético y exuberante.

Las ipomeas se cultivan sin problemas en macetas o en terreno abierto. Les gustan los suelos fértiles y ligeros, en exposición soleada.

Las ipomeas muestran, según la variedad, azules matizados: arriba a la derecha, ‘Heavenly Blue’

El guisante de olor

Uno de los principales atractivos de los guisantes de olor es su aroma. Esta trepadora anual nos regala de hecho una gran variedad de colores y tamaños de flores, a menudo muy fragantes. De crecimiento tan rápido como sus compañeras, se lanzan sin dificultad a conquistar cualquier soporte disponible, enroscándose gracias a sus tallos flexibles.

Disfruta de sus flores papilionáceas desde finales de primavera hasta otoño. Entre las variedades que nos gustan, destacamos, entre otras, ‘Prince of Orange’ (floración naranja y rosa), ‘Blue Ripple’ (floración azul claro y blanca), ‘Beaujolais’ (floración rojo granate) y ‘Spencer Old Times’ (floración blanco crema muy fragante).

Para cultivarlas, elige suelos ricos, profundos y que mantengan la frescura, en exposición a la luz. Para sacarles el máximo partido, consulta nuestra guía Cómo cultivar guisantes de olor, desde la siembra hasta el cuidado.

¡Los guisantes de olor, indispensables en el jardín inglés! A la derecha, las variedades ‘Spencer Old Times’ y ‘Beaujolais’

Otras trepadoras anuales muy ornamentales

Esta lista de trepadoras anuales con múltiples atractivos no es exhaustiva. También puedes optar por:

• la judía de España, tan bonita como sabrosa;
• la Mina lobata, con su sorprendente floración tubular;
• las cobaeas, trepadoras vigorosas y exuberantes con flores en forma de campanillas;
• las calabazas ornamentales, muy originales por su fructificación en forma de calabazas coloridas y variadas (no comestibles), que pueden conservarse durante mucho tiempo.

Judía de España, Mina lobata y Cobea scandes ‘Alba’