Gladiolo Traderhorn

Las grandes flores del Gladiolus 'Traderhorn' son de un hermoso color rojo escarlata iluminado por una garganta blanca. Florecen tardíamente en los macizos soleados, permitiendo prolongar la temporada de ramos en casa. Sus tallos son fuertes, rechonchos, cubiertos de numerosos botones. Te los entregamos de grande calibre para la mejor de las flores.

Los gladiolos cultivados, pertenecientes a la familia de las iridáceas, son híbridos. Se dividen en 3 grandes grupos: Grandiflorus (de grandes flores), Primulinus (precoz) y Nanus (mariposas). 'Traderhorn' forma parte de los Grandiflorus. Es una planta herbácea vivácea, de hojas anchas, en forma de espada, dispuestas en abanico y formando una mata de 80 cm de alto. Las hojas están coronadas por una inflorescencia en espiga cuyas flores en forma de embudo muy abierto, de 10 cm de largo, están sostenidas por tallos sólidos. Aquí son de un rojo brillante, y su garganta salpicada de blanco, el borde de los pétalos está ligeramente festoneado. El órgano de reserva es un cormo, se trata de un pseudobulbo correspondiente a un tallo engrosado provisto de escamas.

Los gladiolos y sus largos bohordos floridos, son el símbolo de los años 70 y de las composiciones florales un tanto rígidas. Si bien son insustituibles en ramos, en los jardines, su silueta necesita la compañía de plantas de follaje abundante, o por el contrario de gramíneas, que resaltarán su floración cargada, pero locamente romántica. Combina los colores vibrantes de 'Traderhorn' con los de las helenias y las gaillardas, y plántalos junto a salvia anual por ejemplo. Son habituales de los pequeños jardínes amurallados, donde acompañan a las hortalizas incluso en el huerto. Para la confección de ramos, corta los bohordos floridos cuando el primer ramillete comience a abrirse. Plántalos con un intervalo de dos semanas desde el inicio de la primavera hasta finales de junio para llenar de flores la casa y el jardín todo el verano.

El gladiolo debe su nombre a la forma de sus hojas en espada, derivado del latín gladius. Sus formas silvestres solían representarse en joyas o sobre tapices y tejidos que realizaban los semitas antes de la era Cristiana.