Physocarpus opulifolius

El Physocarpus opulifolius o Physocarpe à feuille d'obier es un arbusto caducifolio de porte natural colgante muy grácil que posee un follaje trilobado, muy colorido a lo largo de las estaciones. Ilumina con esplendor el jardín al despertar de la primavera con bonitos colores rojo púrpura o amarillo dorado y nuevamente en otoño con un follaje matizado de amarillo, naranja, rojo y púrpura antes de caer. El resplandor del follaje se acompaña de una fructificación rojiza. A principios del verano aparecen capullos púrpuras que se abren en umbelas de flores blanco-rosadas. Cultivo fácil en seto libre o al borde de un bosquete en tierra de jardín no demasiado seca.

El Physocarpus opulifolius pertenece a la familia de las Rosáceas, es originario del este de Estados Unidos, hasta Quebec y Manitoba. El crecimiento de este arbusto es medio a rápido y su tamaño adulto puede alcanzar 1,50 a 3 m en todas direcciones en la naturaleza, con un porte tupido bien denso, que tiende a retoñar por la raíz. Las ramas, inicialmente erectas, se arquean con la edad dando un aspecto grácil muy natural al arbusto. Notable por sus hojas jóvenes que brotan en un tono rojizo, sorprende aún más cuando resplandecen en otoño. Las hojas trilobadas, profundamente recortadas y dentadas, de 5 a 8 cm de largo, recuerdan al viburno obier, de ahí su nombre específico opulifolius. Tras el enrojecimiento primaveral, adoptan un tono verde amarillento luminoso. Son caducas, alternas, con nervaduras bien marcadas. El espectáculo del follaje continúa cuando la floración se manifiesta, de mayo a julio. Toma la forma de inflorescencias en corimbos aplanados llenos de capullos púrpuras que se abren en pequeñas flores blancas a rosadas, nectaríferas, muy visitadas por insectos libadores. Son seguidas de frutos rojos en forma de pequeñas vejigas apreciados por los pájaros en otoño. El arbusto, desprovisto de hojas en invierno, sigue siendo decorativo por su corteza que se exfolia en placas beige a marrón rojizo.

El Physocarpe muy gráfico encontrará su lugar en un macizo, para crear contrastes con arbustos de follajes claros o dorados. Será encantador dentro de un seto libre, en compañía de espireas (Spirea arguta, Spirea x billardii), de viburnos, del evónimo alado (Euonymus alatus) o de un Neillia affinis que iluminará. Para acompañar sus colores cambiantes, se pueden plantar a sus pies Heucherella, por ejemplo.

El nombre del Physocarpus opulifolius proviene del griego 'phusa' que significa burbuja de aire o vesícula, y 'karpos' que designa el fruto, en referencia a la forma del fruto. El parecido de su follaje con el del Viburno obier le valió su nombre específico "opulifolius". Introducido en Europa hacia 1687, los numerosos cultivares cambiantes creados en los últimos años han permitido su regreso con fuerza a los jardines.