Eucalyptus glaucescens Central Victoria

El Eucalipto glaucescens es un hermoso árbol de crecimiento bastante rápido, de tamaño variable según el lugar donde se encuentre, entre 15 y 40 metros. Sin embargo, bajo nuestros climas, rara vez supera los 15 metros de altura. Más comúnmente conocido como Goma Tingiringi, pertenece a la familia de las Mirtáceas. La especie glaucescens es originaria de las zonas montañosas del extremo sureste de Australia, a ambos lados de la frontera entre Nueva Gales del Sur y el estado de Victoria en las zonas de altitud representadas por The Great Dividing Range, los montes Erica, Hotham, Brumby Point, Tingiringi o Tinderry y Tidbinbilla Ranges cerca de Canberra. El color verde azulado del follaje de este eucalipto da nombre a la especie: glaucescens, que proviene del latín "glaucus" por el color azul verdoso y " -escens" que significa "volviéndose". Es reconocible por la cera blanca que recubre las ramas, los botones florales y las frutas.

La variedad Central Victoria lleva el nombre de una región rural del estado australiano de Victoria, que se encuentra al sur de Nueva Gales del Sur y al norte de Gran Melbourne. En esta región de clima templado con inviernos húmedos y veranos calurosos y secos, se encuentra en suelos frescos pero bien drenados. Vigoroso y de rápido crecimiento, este gomero desarrolla varios troncos desde su base, pudiendo alcanzar una altura de unos 15 metros en la madurez con una envergadura de 7 a 9 metros, dependiendo del tipo de suelo y del clima. Su estructura ramificada, alrededor de uno o varios troncos, forma una corona ancha, bastante densa, con un porte extendido. Un ejemplar bien establecido puede resistir breves heladas del orden de -15°C, pero esto varía según la edad del árbol, la duración de la helada y el aumento de las temperaturas durante el día, así como la humedad del suelo.

Cuando es joven, el Eucalipto glaucescens Central Victoria tiene numerosas ramas rosadas y rojizas que llevan un follaje juvenil densamente implantado, compuesto por hojas redondeadas de color azul plateado. En esta etapa, de rápido crecimiento, la corteza se vuelve verde plateada. A medida que se desarrolla, las hojas adquieren una forma lanceolada, de 8 a 15 cm de largo por 3 cm de ancho, brillantes o mates, glaucas (verde azulado). Las hojas coriáceas son ligeramente aromáticas y desprenden aromas afrutados al aplastarlas, ricas en eucaliptol. Con el tiempo, la corteza, de un blanco tiza en la parte superior, se desprende en largas tiras, dejando al descubierto una capa lisa multicolor de café, estaño, naranja, verde, crema y rosa salmón. La corteza madura de la parte inferior del árbol suele ser fibrosa y de color café. La floración ocurre en febrero-marzo bajo nuestros climas, en plantas de unos pocos años. La inflorescencia, sostenida por un corto pecíolo, está compuesta por 3 botones florales, glaucos o verde-amarillos, cilíndricos de 3 a 5 mm, delicadamente perfumados y muy atractivos para las abejas.

Este eucalipto posee un lignotúber, un engrosamiento rico en almidón que se forma en las raíces justo debajo de la superficie del suelo. Este órgano le permite rebrotar desde la cepa en caso de heladas severas, incendios o podas drásticas. La planta también produce numerosos retoños a partir de yemas dormidas debajo de su corteza, lo que le permite responder perfectamente a operaciones de recorte, desmoche o poda más severa. Cabe destacar que el gomero alpino soporta perfectamente la nieve, el viento y las salpicaduras marinas. Su sistema radicular poco extendido es menos peligroso para las construcciones y compite menos con otras plantas del jardín. Además, su vegetación ofrece una sombra muy ligera.

El Goma Tingiringi encuentra su lugar en el jardín, plantado de forma aislada, en un espacio despejado, para apreciar la belleza de sus cortezas y la elegancia de su follaje. Para resaltar su porte arquitectónico, se puede llevar a un tronco único o a varios troncos. Tolera tanto climas semimontanos como semisecos en verano, y su resistencia al frío llega hasta -15°C. Cómodo en suelos húmedos pero no encharcados, tiene la capacidad de poder secarlos.