Ciruelo Reine Claude de Bavay

El Ciruelo Reina Claudia de Bavay es una variedad bastante vigorosa, muy productiva, con una fructificación rápida y regular. Produce frutos grandes, redondos, de color amarillo-verde. Su pulpa es firme, jugosa, dulce y aromática. La cosecha tiene lugar a mediados de septiembre. El Ciruelo Reina Claudia de Bavay es autopolinizante. Es sensible al frío: no se recomienda su cultivo al norte del Loira, excepto en posiciones soleadas y protegidas del viento. Es resistente a enfermedades.

El origen de los ciruelos se situaría en Siria, y no en China. En la época de la hegemonía romana en la región, se introdujeron en Roma diversos frutos locales, entre ellos la ciruela. El Ciruelo Reina Claudia de Bavay fue seleccionado en 1843 en Malinas. Fue dedicado al Sr. de Bavay, director de los viveros reales de Vilvorde en Bruselas, Bélgica.

Este árbol frutal alcanza naturalmente hasta 7 m de altura en su edad adulta. Su silueta libre y erguida, que le confiere su porte, es apreciada y, bien podado, será fácil de cosechar. Aprecia el sol o la media sombra y crece en todo tipo de suelo rico, fresco, profundo e incluso pesado, pero sin caliza.
Sus hojas son ovaladas, casi oblongas, crenadas-dentadas y ligeramente pubescentes.
La floración ocurre a mediados de marzo. El árbol se cubre entonces completamente de flores blancas que aparecen en las ramas del año anterior. Son autopolinizantes. Esta variedad es un muy buen polinizador.

Las ciruelas se consumen crudas al pie del árbol, en ensaladas de frutas, pero también en postres, repostería, como acompañamiento de carnes y platos. Se transforman en mermeladas, por supuesto, pero también en frutas en almíbar, compotas... También se obtiene un aguardiente de ellas.