¿Cómo multiplicar las Crassulas?

La Crásula es una planta suculenta muy apreciada por su follaje carnoso y decorativo. Existen numerosas especies de crásulas, como la Crásula ovata o árbol de jade, la Crásula arborescens y la Crásula perforata. Fácil de cultivar y con pocos cuidados, es ideal para jardines secos e interiores luminosos.

Multiplicar las crásulas es una excelente manera de obtener nuevos ejemplares, compartir con seres queridos o experimentar con diferentes métodos de propagación. La propagación es sencilla y accesible, incluso para jardineros principiantes. Descubre las mejores técnicas para multiplicar con éxito esta planta suculenta.

Para saber más sobre el cultivo de esta planta de interior, consulta nuestro dossier completo: Crásula - Árbol de jade: plantar y cuidar.

¿Por qué multiplicar las crásulas?

Multiplicar las crásulas ofrece varias ventajas:

• Ahorro: no es necesario comprar nuevos ejemplares, basta con tomar esquejes.
• Preservación de la variedad: el esquejado garantiza una reproducción fiel de la planta madre.
• Adaptación al entorno: al multiplicar tus crásulas, obtienes plantas aclimatadas a tus condiciones de cultivo.

¿Cuándo multiplicar las crásulas?

El momento ideal para multiplicar la crásula en interior es en primavera y verano, cuando la planta está en pleno crecimiento. Las temperaturas suaves (entre 18°C y 24°C) y la luz solar favorecen el enraizamiento de los esquejes. Evita los periodos de reposo vegetativo en invierno, ya que el crecimiento se ralentiza.

Dato útil: es posible multiplicar una crásula en invierno en interior. Sin embargo, el proceso será más lento debido al crecimiento reducido de la planta durante su periodo de reposo vegetativo. Las temperaturas más frescas y la menor luz natural también frenarán el enraizamiento.

Material necesario para multiplicar el árbol de jade

• Tijeras de podar afiladas y desinfectadas para cortar los tallos.
• Sustrato especial para cactus y suculentas o mezcla arenosa (50% de sustrato universal + 50% de arena o perlita).
• Macetas pequeñas de barro o plástico con agujeros de drenaje.
• Pulverizador para humedecer ligeramente el sustrato.
• Activador radicular (opcional) para facilitar el enraizamiento.

¿Qué método usar para multiplicar las crásulas?

Existen varias técnicas para multiplicar las crásulas:

1. Esqueje de tallo (método más sencillo y rápido)

1. Elige un tallo sano de unos 10 cm de largo.
2. Córtalo justo debajo del punto de inserción de las hojas con unas tijeras limpias y afiladas.
3. Deja secar el corte durante 2 o 3 días para evitar la pudrición.
4. Retira las hojas inferiores, dejando solo 2 o 4 hojas en la parte superior del esqueje.
5. Introduce el esqueje de 2 a 3 cm en un sustrato ligero y drenante (mezcla de sustrato y arena).
6. Riega ligeramente y coloca en un lugar luminoso sin sol directo.
7. Las raíces aparecerán en 3 o 4 semanas.

2. Esqueje de hoja (técnica más lenta)

1. Desprende una hoja carnosa y sana.
2. Deja secar la base durante 2 o 3 días.
3. Coloca la hoja sobre un sustrato seco (sustrato y arena).
4. Pulveriza un poco de agua sin encharcar la tierra.
5. Al cabo de unas semanas, aparecerán pequeñas raíces y rosetas.

El consejo de Oli : es frecuente que las hojas se desprendan de la planta y caigan sobre el sustrato. Nueve de cada diez veces, esta hoja echará raíces por sí sola. ¡Voilà! Una nueva planta gratis.

3. División de retoños

1. Busca los pequeños retoños que crecen en la base de la planta madre.
2. Sepáralos con cuidado, conservando algunas raíces.
3. Plántalos en una maceta con sustrato drenante.
4. Riega ligeramente y mantén en un lugar luminoso.

Después de la multiplicación: cuidados y mantenimiento

Una vez enraizados, los jóvenes ejemplares de crásula necesitan:

• Riego moderado, aproximadamente cada dos semanas.
• Exposición luminosa, pero sin sol abrasador.
• Sustrato drenante para evitar el exceso de humedad.
• Trasplante anual, si es necesario, para estimular el crecimiento.

Observa los signos de éxito: aparición de nuevos brotes, crecimiento estable y hojas firmes. En caso de fracaso, verifica que la tierra no esté demasiado húmeda y que el esqueje no se haya podrido.

Mi esqueje de crásula no prospera. ¿Qué ocurre?

Si tu esqueje de crásula no enraíza, puede deberse a un exceso de humedad que favorece la pudrición de tallos u hojas o a un sustrato mal drenado que impide un buen desarrollo radicular. Falta de luz, temperaturas demasiado bajas o un corte mal cicatrizado también pueden dificultar el enraizamiento.