
Las arañas en el jardín: ¿por qué hay que dejarlas tranquilas?
Descripción de las diferentes especies de arañas, su modo de vida y su utilidad en el jardín
Contenido
Aracnófobos, ¡mejor pasen de largo, porque este texto podría provocar algunos escalofríos! Las arañas (que, recordemos, no son insectos sino arácnidos) suelen despertar un miedo irracional e injustificado en los más temerosos. Una mala reputación totalmente inmerecida, ya que, en nuestras latitudes, ninguna araña es peligrosa (excepto la viuda negra europea). Ya sea que vivan principalmente en el interior de nuestras casas, en nuestros jardines, huertos, o bien en balcones y terrazas, las arañas están omnipresentes a nuestro alrededor, generalmente invisibles, pero de gran utilidad.
Descubre las especies más comunes de arañas que podemos encontrar en el jardín, su papel en el ecosistema y por qué es esencial preservarlas.
Las principales especies de arañas presentes en los jardines franceses
Existen alrededor de 1600 arañas diferentes en nuestro territorio. Y esta diversidad está ciertamente subestimada. ¡Podríamos decir que su inventario podría ser muy extenso! Sin embargo, estas arañas se clasifican en diferentes familias que permiten distinguirlas.
Las arañas de jardín
Las arañas de jardín, entre las que se encuentra la muy común araña de la cruz (Arameus diadematus), son muy frecuentes en nuestro entorno. Son arañas que construyen telas verticales en forma de espiral en cuyo centro esperan a sus presas, cabeza abajo. Si la tela se rompe, la reconstruyen por completo, no sin antes comerse la antigua para nutrirse de los aminoácidos que contiene.
Las arañas de jardín son relativamente grandes (¡hasta 5 cm en algunas!) y presentan colores y patrones diferentes según la especie.
Las arañas domésticas
Si la araña doméstica común (Tegeneria domestica) vive en nuestros hogares, muchas otras especies de esta familia prefieren refugiarse en rincones oscuros del jardín, como pilas de leña, hojas secas, muros bajos, hierbas o vegetación baja… Allí tejen telas horizontales, reconocibles por el embudo en el que se esconden.
Las arañas domésticas suelen impresionar por sus largas patas y su cuerpo oscuro. Pero solo atacan a pequeñas presas.
Las arañas verdes
Como su nombre indica, estas pequeñas arañas de la familia Sparassidae tienen un cuerpo verde esmeralda que las hace prácticamente invisibles cuando acechan sobre una hoja. No tejen telas, sino que esperan pacientemente a sus presas entre la vegetación. Son arañas errantes.

En el sentido de las agujas del reloj, una araña de jardín, una araña doméstica y una araña verde
Las arañas cangrejo
También llamadas tomísidas, estas arañas tienen la particularidad de tener las patas delanteras más largas que las traseras. Esta característica las obliga a moverse de lado, como un cangrejo. No tejen telas, sino que suelen posarse en flores, adoptando su color.
Las argiopas
Las argiopas son arañas de la familia Araneidae, a menudo de color negro y amarillo. Tejen telas verticales y circulares, generalmente pegajosas, en cuyo centro esperan a sus presas. Prefieren zonas soleadas y húmedas, como praderas, bosquetes o tierras sin cultivo.
Las arañas saltadoras
Son pequeñas arañas de la familia Salticidae, sin telaraña. Destacan por su excelente vista para cazar. Incluso pueden memorizar su entorno. Por su pequeño tamaño, a veces se hacen pasar por hormigas. Además, tienen la capacidad de saltar, ya sea para cazar o para huir.
Las arañas lobo
También llamadas licósidas, estas arañas se desplazan por el suelo para cazar y no tejen telas. Son de color beige o marrón. Las hembras transportan sus huevos sobre su cuerpo.

En el sentido de las agujas del reloj, una araña cangrejo, una argiope, una araña saltadora y una araña lobo
El caso de la viuda negra europea
Todas las arañas presentes en Francia son inofensivas, excepto la viuda negra europea (Latrodectus tredecimguttatus), también llamada malmignatte o viuda negra mediterránea. Un último nombre vernáculo que se explica por su localización. Se encuentra en el sur y en Córcega, pero también ha sido avistada en la costa atlántica. Vive bajo piedras, en raíces de árboles o en plantas.
Es una araña venenosa que se reconoce por su vestido negro, salpicado de puntos rojos, a veces naranjas o amarillos. Por lo general, muerde cuando se siente perturbada o atacada. Su veneno, que contiene alfa-latrotoxina, provoca diversos síntomas como náuseas, edemas, dolores abdominales, dolores de cabeza, sudoración excesiva…

La viuda negra europea
Este veneno, inyectado en pequeña cantidad, no es mortal, excepto en personas alérgicas. Sin embargo, se recomienda encarecidamente consultar a un médico en caso de mordedura confirmada o sospechada.
El papel esencial de las arañas en la regulación de plagas
En un jardín saludable, la presencia de arañas es un indicador valioso de diversidad. De hecho, las arañas son depredadoras puras que nunca dañan las plantas del huerto, el jardín ornamental o el frutal. Por el contrario, cumplen un papel central: el de depredadoras generalistas, interviniendo constantemente en la regulación de las poblaciones de insectos. A diferencia de otros auxiliares especializados como las larvas de mariquitas o las crisopas, las arañas no se centran en un solo tipo de presa. Capturan lo que está a su alcance, siempre que el tamaño sea adecuado a su propia morfología. Esta falta de especialización las convierte en depredadoras de plagas, oportunistas y eficaces.
Su dieta es amplia: moscas y mosquitos, pequeños coleópteros, moscas blancas, psílidos, trips, áfidos alados y cochinillas, mariposas y orugas jóvenes, tipúlidos, e incluso algunos individuos de plagas temidas como las cigarras, las polillas del boj, las polillas del boj o ciertas noctuas. Por ello, limitan las infestaciones de insectos dañinos y participan activamente en el equilibrio biológico del jardín. Su presencia en invernaderos, parterres o árboles frutales es, por tanto, una ventaja considerable, aunque muy discreta.
El impacto de esta depredación es aún mayor porque las arañas están activas en períodos en los que otros auxiliares aún son escasos. Desde los primeros días de primavera, se pueden observar ciertas especies cazando al acecho en el follaje o en la hojarasca, mucho antes de que las poblaciones de escarabajos sírfidos o carábidos estén plenamente establecidas. Por el contrario, varias especies continúan su actividad hasta finales del otoño, prolongando la regulación más allá de la temporada alta.
También son importantes porque tienen su lugar en la cadena alimentaria. Muchas aves, mamíferos, anfibios y reptiles también se alimentan de ellas.
Las arañas, cazadoras eficaces con estrategias variadas
La diversidad de las arañas no se limita solo a sus formas o colores. Se manifiesta especialmente en sus estrategias de caza, notablemente adaptadas a los diferentes medios del jardín. Esta diversidad comportamental permite a las arañas ocupar todas las capas ecológicas, desde el suelo hasta las alturas de los árboles, desde el huerto hasta los muros de piedra seca.
Las arañas orbitelas, como la araña de la cruz, construyen telas circulares suspendidas entre tallos o estructuras verticales. Estas trampas son letales para capturar insectos voladores. El hilo central de la tela, sensible a las vibraciones, alerta a la depredadora que espera apartada. Este método es especialmente efectivo a finales del verano, cuando las poblaciones de moscas o pulgones alados alcanzan su apogeo.
Otras especies, llamadas cazadoras, adoptan un enfoque móvil. No tejen telas para atrapar, sino que localizan, persiguen y capturan activamente a sus presas. Es el caso de las pequeñas arañas saltadoras que se mueven a la vista sobre muros, hojas o piedras calientes. Su excelente visión y agilidad las convierten en depredadoras que se enfocan en insectos rápidos como las moscas de la fruta, hormigas aladas o chinches jóvenes.
Algunas arañas prefieren el acecho. Es la estrategia de la araña cangrejo, que se camufla en una flor o follaje, inmóvil, esperando que un polinizador descuidado pase al alcance. A pesar de una depredación ocasional sobre abejas solitarias o escarabajos sírfidos, su impacto sigue siendo marginal y contribuye a la regulación de insectos dañinos.
Por último, un gran número de especies adoptan técnicas mixtas u oportunistas. Las arañas de sótano, por ejemplo, tejen mantos de tela densa en lugares oscuros o poco frecuentados. Su estructura en forma de embudo permite atrapar insectos rastreros o voladores débiles.
¿Cómo favorecer la presencia de arañas en el jardín?
La presencia de arañas en el jardín es un gran aliado en términos de control biológico. Los más temerosos deben ser razonables y aceptar su presencia. Y los demás pueden crear las condiciones propicias para su llegada:
- La eliminación de productos fitosanitarios, incluso de origen Natural, ya que son muy perjudiciales para las arañas. Los Insecticidas y Fungicidas no selectivos reducen los recursos alimentarios al matar a sus presas o alterar su comportamiento.
- El mantenimiento de zonas de refugio. Las arañas son sensibles a la estructura de su medio. Los montones de madera, pilas de piedras, muros antiguos, Tocones y setos densos ofrecen microhábitats donde pueden desarrollarse bien, reproducirse e invernar. Estos elementos deben permanecer en su lugar varias temporadas para ser realmente efectivos. También se puede adoptar el principio de la siega diferenciada
- La preservación de la Vegetación en invierno, especialmente de los Tallos huecos, viváceas marchitas o hierbas altas en los Bordillos. Estos soportes sirven de escondite para muchas especies, en particular para los huevos en capullo o los juveniles en fase de crecimiento. Una poda tardía, realizada a finales del invierno, permite que las poblaciones sobrevivan sin ser molestadas.
- La conservación de las telarañas en cobertizos, áticos, garajes, gallineros, leñeras… y de los nidos en forma de capullo de seda.
- La diversificación de los medios mediante la Alternancia de zonas secas y húmedas, rincones sombreados y espacios soleados, Vegetación densa y áreas abiertas… para complacer a todos.
- Suscribirse
- Contenido

Comentarios