
La gomosis de los frutales de hueso
Identificación, prevención y tratamiento
Contenido
¿Alguna vez has observado una sustancia extraña, espesa y translúcida en el tronco o en una rama de uno de tus árboles? Esto significa que está afectado por la gomosis, un fenómeno que afecta principalmente a los árboles frutales de hueso. Así, es común ver la gomosis del guinda o la gomosis del albaricoquero.
Descubre qué hay detrás de la gomosis: ¿por qué aparece, cómo evitarla y cómo tratar un árbol afectado? Te lo explicamos todo y te damos las claves para cuidar de tus árboles.
La gomosis: ¿qué es?
La gomosis no es una enfermedad en sí misma, sino más bien un mecanismo de defensa creado por el árbol. Se caracteriza por la secreción de un exudado que aparece en la corteza del árbol. Este fenómeno puede ser causado por heridas, infecciones fúngicas o condiciones ambientales desfavorables. El reconocimiento temprano de esta afección es crucial para la salud y la productividad del árbol.
Los árboles más afectados son los frutales de hueso, en particular los guindos, albaricoqueros, melocotoneros, ciruelos… Los cítricos también pueden verse afectados en ocasiones. Se trata principalmente de árboles de los géneros Prunus y Citrus.

Los guindos son uno de los árboles más frecuentemente afectados por la gomosis.
¿Cuáles son los síntomas de la gomosis?
La gomosis del guindo, del albaricoquero o de otros frutales se reconoce fácilmente: una sustancia espesa y viscosa, de color ámbar, fluye del tronco o de las ramas del árbol. El árbol parece perder savia. La producción de esta sustancia es en realidad un mecanismo de defensa del árbol contra una agresión externa, una herida causada por el viento, el granizo o las heladas, o un parásito. En el mismo lugar, la corteza o la rama tiende a necrosarse, volverse abultada y ponerse marrón… El árbol también puede mostrar signos de debilidad, como un crecimiento ralentizado y una disminución en la producción de fruta. En casos graves, la corteza puede agrietarse, exponiendo el árbol a infecciones secundarias. Es fundamental estar atento a estos signos para actuar con rapidez.
¿Cuáles son los tratamientos naturales?
Para combatir la gomosis, varios tratamientos naturales son eficaces. En primer lugar, se recomienda mantener una buena higiene alrededor del árbol, eliminando los restos vegetales que puedan favorecer infecciones. Las pulverizaciones con mezcla bordelesa, un fungicida natural, pueden aplicarse para prevenir y tratar infecciones fúngicas. También es importante evitar heridas innecesarias en el árbol durante la poda.
La gomosis aparece tras una herida, que puede tener un origen natural (rama rota por vientos fuertes, grieta en la corteza debido al granizo o heladas…) o ser causada por la poda (herida mal cicatrizada…). Bacterias u hongos pueden entonces atacar el árbol al entrar por esta herida y multiplicarse bajo la corteza. El árbol se defiende engrosando sus tejidos, lo que hace estallar la corteza y provoca el flujo de goma. No retires la goma, ya que es el mecanismo de defensa del árbol.
Si notas que el árbol está debilitado, que las puntas de las ramas se marchitan o que las hojas amarillean, probablemente se trate de un ataque parasitario causado por un hongo o bacteria: Phytophtora, pseudomonas, moniliosis, cribado, cancro… Vigila otros signos característicos de estas enfermedades y trátalas adecuadamente.
También te aconsejamos aplicar un emplasto sobre la herida, a base de arcilla mezclada con mezcla bordelesa, por sus propiedades fungicidas.
Si la gomosis afecta una rama pequeña, puedes cortarla directamente, aplicar mezcla bordelesa y luego un sellador cicatrizante.
La gomosis también se ve favorecida por un suelo demasiado pesado o impermeable, poco drenante, o por un exceso de abono nitrogenado, que acelera el crecimiento y debilita la corteza. Asegúrate de que el suelo sea suficientemente drenante y evita aportes excesivos de nitrógeno.

La gomosis suele aparecer en el lugar de una herida
¿Cómo prevenir la aparición de la gomosis?
Prevenir la gomosis implica cuidar el árbol durante todo su crecimiento. Garantizar un riego adecuado, evitar heridas durante la poda y mantener un suelo bien drenado son medidas clave. Un aporte regular de compost o fertilizante orgánico puede fortalecer la resistencia del árbol. Además, una vigilancia regular permite detectar precozmente los signos de la enfermedad e intervenir rápidamente.
- De antemano, es importante cultivar una variedad adaptada al clima y al terreno.
- Los suelos pesados y la humedad estancada favorecen la gomosis. Si tu terreno tiende a retener agua, trabaja el drenaje al momento de la plantación, aportando arena gruesa, grava, compost bien descompuesto… Planta también preferiblemente sobre un montículo o en la parte alta de tu terreno, ya que el agua a veces tiende a estancarse en las zonas más bajas.
- Evita el riego excesivo.
- Planta tu árbol en un lugar protegido de vientos fuertes.
- Evita las podas severas, especialmente en árboles frutales de hueso.
- Cuando podes, hazlo en otoño, realizando una poda ligera con herramientas desinfectadas. Trata las heridas de poda usando pasta cicatrizante.
- Igualmente, si ves una rama rota, pódala limpiamente y luego aplica pasta cicatrizante.
- Evita el exceso de abonos nitrogenados, pero aporta de vez en cuando compost bien descompuesto o estiércol.
- Vigila regularmente tus árboles para detectar los primeros signos de gomosis.
- En otoño y a finales de invierno, aplica cal en el tronco del árbol. También llamada «blanco arbóreo», la cal permite desinfectar el tronco, sanear los árboles y prevenir el desarrollo de enfermedades y plagas.

El encalado de los árboles ayuda a prevenir la aparición de la gomosis
- Suscribirse
- Contenido

Comentarios