¿Hormigas en tus macetas o al pie de tus plantas: qué hacer?

¿Las hormigas: aliadas o enemigas a combatir?

¿Aliadas o enemigas a eliminar? Esa es la pregunta que puede hacerse el jardinero cuando ve hormigas moviéndose tranquilmente en las macetas de sus plantas perennes, anuales o del huerto, o al pie de aquellas cultivadas en terreno abierto. Y la respuesta no es categórica. En efecto, estos insectos sociales, al igual que las abejas o los avispones, desempeñan un papel en el ecosistema, siempre que no proliferen en exceso.

Útiles para el ecosistema

Las más de 200 especies de hormigas que viven en nuestro territorio y en nuestro jardín juegan un papel esencial en los medios naturales. Y por varias razones. En primer lugar, son insectos que consumen todos los insectos muertos que encuentran, e incluso restos orgánicos, actuando así como descomponedores. Otras atacan directamente a las larvas de numerosas plagas o a las arañas. En efecto, las hormigas necesitan proteínas y azúcar para sobrevivir. Azúcar que encuentran, entre otros lugares, en el néctar de algunas flores. Esta dieta implica que las plantas no les interesan en absoluto.

Las hormigas también son útiles para mantener un suelo vivo al airearlo con sus galerías. Asimismo, participan, directa o indirectamente, en el transporte de semillas y en la polinización de las plantas.

Las hormigas se alimentan de presas muertas

Algunas molestias también

Sin embargo, pueden volverse problemáticas. Cuando instalan sus colonias al pie de las plantas o en macetas, su actividad puede dañar las raíces y alterar la estructura del suelo. Del mismo modo, pueden resultar molestas cuando favorecen la proliferación de parásitos como los pulgones o las cochinillas. En efecto, estas hormigas crían y protegen a estas plagas, a cambio de su melaza que obtienen «ordeñándolas».

Por lo tanto, las hormigas no son dañinas por naturaleza, pero su presencia puede desequilibrar el balance natural alrededor de las plantas.

¿Por qué las hormigas se instalan alrededor de las plantas?

Existen varias razones por las que las hormigas pueden elegir establecerse en macetas, contenedores, huertos urbanos o incluso al pie de nuestras plantas. La primera razón no carece de interés: las hormigas que pululan alrededor de las plantas suelen ser indicadoras de una infestación de pulgones o de cochinillas. Si están ahí, es porque encontrarán exudados dulces, es decir, melaza.

Las hormigas crían y protegen a los pulgones y cochinillas que pueden ser perjudiciales para el crecimiento de las plantas

Además, en una maceta o contenedor, el sustrato suele ser más seco, más suelto o más arenoso, lo que, para una hormiga, es un terreno propicio para anidar. A este suelo ideal se suman el calor y una relativa tranquilidad, ya que la microfauna es menor. No hay depredadores a la vista que puedan perturbar la colonia. Además, al establecer su colonia en una maceta o al pie de una planta, se benefician de un refugio contra las inclemencias del tiempo gracias al follaje.

Por último, si el sustrato ha sido enriquecido con compost, podrán encontrar fácilmente materia orgánica en descomposición.

¿Qué riesgos para las plantas?

Si bien la presencia de hormigas puede parecer inofensiva a primera vista, puede afectar, directa o indirectamente, la salud de las plantas. Esto depende en gran medida de la densidad de la colonia, del medio de cultivo (en macetas o en terreno abierto) y de la convivencia con otros organismos, especialmente con plagas.

El primer impacto, a menudo subestimado, radica en la simbiosis con los pulgones y las cochinillas. Al protegerlos de posibles depredadores naturales como las mariquitas o las crisopas, fomentan su presencia y favorecen su reproducción. En un medio natural equilibrado, la infestación de pulgones suele desaparecer por sí sola en 2 o 3 semanas. Por el contrario, las cochinillas son más resistentes. La asociación entre las hormigas y los insectos chupadores aumenta la presión sobre las plantas, que ralentizan su crecimiento y se debilitan. Paralelamente, el follaje se deforma y puede aparecer la fumagina, o enfermedad del hollín.

En macetas y contenedores, las galerías excavadas por las hormigas pueden alterar el cepellón de raíz. Desplazan el sustrato, crean bolsas de aire y afectan la estabilidad de la planta. A largo plazo, y si las hormigas son muy numerosas, esto puede provocar estrés hídrico, una mala asimilación de nutrientes e incluso la muerte de algunas especies sensibles.

Soluciones naturales y eficaces para alejarlos

Si las hormigas se vuelven demasiado presentes alrededor de tus plantas, en macetas o en terreno abierto, y perjudican su crecimiento, puedes implementar algunas soluciones efectivas, siendo naturales y no letales:

• Barreras físicas con repelentes naturales pueden ayudar a mantener las hormigas alejadas de las plantas. Entre las defensas naturales más comunes, se pueden mencionar los posos de café, la canela en polvo, la tiza, las cortezas de limón, los clavos de olor… todos estos productos desprenden olores fuertes que desagradan a las hormigas. Cabe destacar que la tierra de diatomeas también es eficaz, pero mata a las hormigas, por lo que se recomienda reservarla para insectos como pulgas o ácaros de los gallineros.
• El riego dirigido también puede ayudar a desalojar a las hormigas, especialmente en macetas y contenedores.
• El trasplante de la planta si es posible. Es una solución sencilla, siempre que se elimine bien el sustrato antiguo enjuagándolo con agua.
• El uso de plantas repelentes alrededor de las macetas. Basta con plantar menta, lavanda, albahaca, tanaceto, claveles de la India, ajo o bien realizar maceraciones a base de algunas de estas plantas, que se pulverizarán.
  

  Plantas repelentes para hormigas: en el sentido de las agujas del reloj, la menta, el tanaceto, la lavanda, la albahaca y el clavel de la India

• El uso de aceites esenciales puede considerarse, pero con moderación. Los aceites esenciales de menta piperita o lavanda son los más efectivos.