¿El Oxalis está invadiendo tus macizos o macetas? Nuestras soluciones para eliminarlo.

¿Cuáles son las variedades de Oxalis invasoras?

Existen diferentes variedades de Oxalis, que se distinguen por el color de su follaje o de sus flores. Se contabilizan alrededor de 500 especies, a menudo originarias de América del Sur o de África del Sur. Ocho especies están Naturalmente presentes en Francia, como el Oxalis acetosella o acederilla y el Oxalis corniculata o Oxalis corniculado. Al crecer de forma silvestre en nuestro territorio, forman parte de las especies que pueden resultar invasoras y que son difíciles de eliminar. Prefieren lugares con sombra, bajo los árboles. Así, se encuentran de forma espontánea en tierras sin cultivo, al borde de los caminos o incluso al pie de los muros.

Entre otras especies consideradas hoy como malas hierbas, también podemos mencionar el Oxalis stricta (que prolifera mucho en céspedes de suelos ácidos), el Oxalis articulata y el Oxalis pes-caprae (muy presente en la región mediterránea).

A largo plazo, los Oxalis pueden extenderse por el jardín asfixiando otros cultivos.

Arriba a la izquierda, Oxalis corniculata; arriba a la derecha, Oxalis acetosella. Abajo a la izquierda Oxalis pes-caprae y abajo a la derecha Oxalis stricta

¿Cómo se multiplican los Oxalis?

En primer lugar, los Oxalis son plantas de cultivo fácil y tolerantes, que se adaptan rápidamente en suelo ligero, más bien húmedo y fresco en verano. Pueden prosperar tanto al sol como a media sombra. ¿Su principal debilidad? Una rusticidad limitada, entre -4 y -9°C de media. Por lo demás, serán capaces de desarrollarse bien en numerosos jardines de nuestro territorio.

Si el Oxalis tiene fama de ser a veces demasiado expansivo, es porque es una planta bulbosa que se multiplica con gran facilidad. Estas plantas rastreras constituyen además excelentes plantas cubresuelos, que se extienden con facilidad. Aunque apenas superan los 30 cm de altura, pueden formar verdaderos cojines vegetales. Los Oxalis producen de hecho numerosos bulbillos a nivel de sus raíces, que naturalmente «tendrán crías» al generar la aparición de nuevos brotes. El sistema radicular de la pequeña acedera también tiene la particularidad de desarrollarse más bien en horizontal. Por su parte, el Oxalis corniculado también produce unos nudos a partir de los cuales aparecen pequeños retoños aéreos.

Por último, los Oxalis tienen la capacidad de proyectar sus semillas a unos centímetros de distancia para multiplicarse. Producen en efecto cápsulas que contienen muchas semillas, las cuales se dispersan así de forma incontrolada.

Oxalis corniculata

Prevenir la expansión de los Oxalis

Para prevenir la proliferación de Oxalis, existen varias soluciones.

1. Si deseas cultivarlas por sus cualidades estéticas, prefiere las variedades poco invasivas. Algunas incluso son sensibles a las heladas, por lo que se cultivan como anuales en nuestros climas, lo que limita los riesgos de proliferación. Es el caso, por ejemplo, de la Oxalis triangularis, gráfica y colorida con su hermoso follaje púrpura. También podemos mencionar la Oxalis deppei, con su follaje de trébol de cuatro hojas bicolor. No olvidemos la Oxalis versicolor, con su sorprendente floración blanca y roja, cuyos capullos parecen auténticos caramelos.
2. Especialmente si vives en un clima favorable (con inviernos suaves), prefiere el cultivo en maceta, para controlar mejor la expansión de los Oxalis.
3. Corta las flores antes de que se marchiten, para evitar la producción de semillas. Esto limitará la propagación de las plantas.
4. Evita dejar el suelo desnudo. El Oxalis es una planta bioindicadora, es decir, que proporciona información sobre el estado del suelo. Tiende a desarrollarse bien en suelos erosionados y lixiviados por las lluvias, más bien arenosos y limosos. Como prevención, instala un acolchado orgánico (compuesto por paja, heno, corteza, hojas secas…) en el suelo o cultiva otras plantas tapizantes.

Oxalis triangularis

Deshacerse de forma natural de los Oxalis demasiado invasivos

Si deseas eliminar Oxalis demasiado invasivos en el jardín, existen algunas soluciones naturales. Como siempre, te desaconsejamos recurrir a productos químicos. Suelen ser contaminantes, nocivos para los seres vivos y no siempre efectivos a largo plazo.

Si los Oxalis se han desarrollado en zonas pedregosas, por ejemplo al pie de un muro, en una terraza o entre los adoquines de un patio, puedes usar simplemente agua hirviendo. Después de cocinar pasta o patatas, reutiliza el agua de cocción aún caliente para verterla directamente sobre las plantas no deseadas. Por supuesto, esta técnica solo debe aplicarse en zonas no cultivadas, para no alterar la vida del suelo ni afectar a otras plantas cercanas.

En otras áreas, no hay milagros: el arranque manual sigue siendo la solución más efectiva. Aunque requiere tiempo, permite eliminar los Oxalis de forma duradera. Para ello, utiliza una horca o un cuchillo desherbador. Asegúrate de retirar bien los bulbos. Si dejas alguno en el suelo, la planta podría rebrotar. Lo ideal es hacerlo en primavera, al inicio del periodo de vegetación, antes de que la planta recupere fuerza y florezca. Eso sí, no tires estos restos vegetales al compost, llévalos a un punto limpio (recordemos que la quema está prohibida). Otra solución consiste en cortar regularmente el follaje al ras del suelo, para agotar la planta. Sin embargo, este método es más laborioso y deberá repetirse con frecuencia para ser efectivo.

Olvida el uso del motocultor: como con muchas «malas hierbas», solo contribuiría a dispersar los bulbos, y por tanto la planta, por todo el jardín. Para zonas grandes, prefiere la grelinette o la horquilla, que te permitirá extraer el sistema radicular de los Oxalis.

Si los Oxalis se han extendido por una zona amplia, también puedes privarlos de luz de forma prolongada para que se marchiten. Para ello, coloca una lona opaca sobre la zona y déjala durante varios meses. Asegúrala con piedras grandes o grava para que no se mueva.

¡No esperes a que los oxalis estén demasiado establecidos! Se propagan rápidamente en la grava (foto Gwenaëlle Authier)