¿Cómo utilizar el bicarbonato de sodio en el jardín?

¿Qué es exactamente el bicarbonato de sodio?

Sin entrar en explicaciones demasiado científicas, debes saber que el bicarbonato de sodio y el bicarbonato sódico designan exactamente el mismo producto, es decir, un polvo blanco, inodoro y soluble en agua. Este término se refiere a un compuesto natural cuya fórmula es NaHCO3. Se encuentra en estado natural en ciertos yacimientos minerales, especialmente en forma de nahcolita, un mineral presente en formaciones sedimentarias. También se fabrica químicamente mediante una mezcla de sal (cloruro de sodio) y tiza (caliza). El bicarbonato es, por tanto, una sal alcalina con un pH básico (de alrededor de 8,3).

Se trata de un producto totalmente natural y tradicional, biodegradable, inofensivo para la naturaleza, los seres humanos y los animales. En el comercio, se pueden encontrar diferentes denominaciones, siendo el bicarbonato de sodio doméstico, destinado a la cocina, la higiene o la belleza, más puro y de mayor calidad.

El bicarbonato de sodio es ampliamente conocido por su uso doméstico

El bicarbonato de sodio puede utilizarse en el jardín, no solo para limpiar herramientas, sino también como fungicida natural, repelente, herbicida o por su efecto en suelos ácidos. Además, está autorizado, desde 2019, en la agricultura ecológica.

El bicarbonato de sodio no debe confundirse con el percarbonato de sodio o los cristales de soda, que también son productos naturales, pero de uso diferente.

El uso del bicarbonato de sodio como fungicida natural

El bicarbonato de sodio puede ser un aliado en el jardín para combatir algunas enfermedades fúngicas, tanto de forma preventiva como curativa. Sin embargo, no es un producto milagroso y, en caso de un ataque grave o de humedad persistente, su acción puede ser limitada. Aun así, puede detener o reducir los síntomas de una enfermedad criptogámica.

La lucha contra las enfermedades criptogámicas

El bicarbonato de sodio se presenta principalmente como una alternativa más ecológica a la mezcla bordelesa, eficaz y permitida en agricultura ecológica, pero que puede tener efectos negativos en el suelo y el agua debido a la concentración de cobre.

Este bicarbonato de sodio tiene un amplio espectro. De forma preventiva y curativa, puede actuar sobre diversas enfermedades fúngicas, empezando por el oídio y el mildiu, pero también la roya, la sarna, las manchas negras del rosal, la abolladura del melocotonero… Sin embargo, no es una solución infalible y es preferible usarlo en combinación con otros tratamientos naturales como el purín de ortiga o la decocción de cola de caballo.

El bicarbonato de sodio puede usarse de forma preventiva contra enfermedades fúngicas como el oídio, la sarna y las manchas negras de los rosales.

Gracias a su pH alcalino, el bicarbonato puede aumentar el pH en las hojas de las plantas y, por tanto, impedir la propagación de la enfermedad, reducir la gravedad de la infección al secar algunas partes de las hojas y eliminar el exceso de humedad.

¿Cómo usarlo de forma preventiva?

Basta con disolver una cuchara de café (unos 5 g) de bicarbonato de sodio en un litro de agua y añadir una cuchara de café de jabón negro. Se pulveriza directamente sobre las plantas, evitando las flores. La operación debe repetirse cada dos semanas durante dos meses y después de cada episodio de lluvia (preferiblemente por la mañana o al final del día si actúas con tiempo soleado).

¿Cómo usarlo de forma curativa?

Se puede pulverizar la misma dosis, habiendo eliminado previamente las partes de la planta afectadas por la enfermedad fúngica.

En general, el bicarbonato de sodio se utiliza desde marzo-abril hasta septiembre-octubre.

Contra la caída de plántulas

La caída de plántulas, a menudo causada por hongos del suelo como Pythium, Rhizoctonia o Fusarium, puede diezmar plántulas jóvenes en pocas horas. Al igual que el carbón vegetal, el bicarbonato de sodio, gracias a sus suaves propiedades antifúngicas, puede usarse de forma preventiva para limitar el desarrollo de estos patógenos.

El bicarbonato de sodio es eficaz contra la caída de plántulas

En solución muy diluida (por ejemplo, 1 cuchara de café por 1 litro de agua), puede pulverizarse sobre el sustrato o usarse para regar ligeramente las siembras desde la aparición de las primeras hojas.

Actúa modificando localmente el pH de la superficie, haciendo el medio menos favorable para la proliferación de hongos. Sin embargo, este método sigue siendo complementario: una buena aireación, un riego moderado y un sustrato sano siguen siendo las claves de una prevención eficaz.

El bicarbonato de sodio como herbicida

¿Las malas hierbas te amarguan la vida, especialmente en los lugares más difíciles de acceder? ¡El bicarbonato de sodio puede ayudarte! De hecho, está considerado como un excelente herbicida para los caminos de grava, las losas del jardín, los adoquines, las terrazas o los patios. Puede hacer desaparecer durante la temporada las malas hierbas, pero también los musgos y los líquenes. Y todo ello sin ninguna toxicidad para el suelo o los animales, ya sean salvajes o domésticos.

El bicarbonato de sodio resulta eficaz para eliminar malas hierbas en terrazas, caminos, adoquines…

¿Cómo utilizar el bicarbonato de sodio para combatir las malas hierbas?

Tienes dos opciones: o bien espolvoreas el bicarbonato directamente sobre la zona a tratar, o bien diluyes 3 o 4 cucharadas soperas de bicarbonato en un litro de agua hirviendo y luego lo pulverizas. Para potenciar la eficacia de este herbicida natural, se puede mezclar un volumen de bicarbonato de sodio con dos volúmenes de vinagre blanco. La mezcla hará espuma durante unos minutos. Después, se puede pulverizar.

Es importante actuar un día de lluvia fina, preferiblemente por la mañana. La humedad ayudará a disolver los granos de bicarbonato, pero una lluvia demasiado fuerte podría lixiviarlo. El bicarbonato es más eficaz sobre los brotes jóvenes, por lo que conviene aplicarlo en primavera, cuando las malas hierbas despiertan. La operación debe repetirse varias veces.

Una acción sobre la acidez del suelo

Para conocer la naturaleza de tu suelo, puedes utilizar vinagre blanco y bicarbonato de sodio. El vinagre blanco reacciona al contacto con un suelo calizo, y el bicarbonato permite diferenciar entre un suelo neutro y un suelo ácido. Solo tienes que tomar una muestra de tierra y humedecerla para convertirla en barro. Luego, vierte un poco de bicarbonato: si se forman burbujas, la tierra es ácida con un pH inferior a 6,5. Si no ocurre nada, la tierra es neutra o alcalina (caliza).

Una vez que confirmes la acidez del suelo, el bicarbonato de sodio puede volver a ser útil. De hecho, el bicarbonato de sodio, como sal alcalina, tiene la capacidad de neutralizar la acidez del suelo gracias a su pH ligeramente básico. Cuando se introduce en pequeñas cantidades, puede corregir temporalmente un exceso de acidez, actuando como un agente amortiguador: limita las variaciones bruscas de pH, lo que puede ser beneficioso para algunos cultivos sensibles. Puedes espolvorearlo o mezclar algunas puñadas en la tierra.

Sin embargo, su efecto es puntual y superficial: a diferencia de la Cal agrícola (carbonato de calcio), el bicarbonato no penetra profundamente en el suelo ni actúa a largo plazo.

Un uso repetido o en exceso puede alterar el equilibrio biológico del suelo, afectando especialmente la actividad microbiano o la disponibilidad de ciertos nutrientes (como el hierro o el manganeso). Por lo tanto, se recomienda usarlo con moderación y más como tratamiento complementario que como enmienda principal.

¿Un repelente contra insectos plagas?

Algunos jardineros atribuyen al bicarbonato de sodio propiedades repelentes contra los insectos plaga como los pulgones, las Cochinillas, las arañas rojas o las Moscas blancas, todos ellos insectos chupadores de savia. En este caso, el bicarbonato de sodio actúa como repelente, no mata, pero ahuyenta y aleja. Una vez más, el remedio no es milagroso, pero se puede probar, sin efectos secundarios, para comprobar su eficacia.

¿Cómo usar el bicarbonato de sodio para ahuyentar las plagas?

Primero, hay que diluir una Cuchara de café de bicarbonato en tres cucharadas de aceite vegetal, luego añadir seis cucharaditas de esta mezcla en un litro de agua. Basta con pulverizar sobre el follaje, evitando las flores. Este tratamiento debe repetirse cada 3 semanas.

Contra las babosas y caracoles, hay que espolvorear directamente el bicarbonato de sodio en polvo alrededor de las plantas afectadas.