Ciruelo Quetsche d'Alsace

El Ciruelo 'Quetsche d’Alsace' es una variedad autopolinizante, específica de las regiones de Alsacia y Lorena. Muy productiva y robusta, esta variedad produce frutos alargados, maduros a principios de septiembre. La piel es fina, de color rojo púrpura violáceo, cubierta de una cera blanquecina llamada polvillo. La pulpa es verde-amarilla, firme, poco jugosa, ligeramente acidulada, con el aroma característico de los ciruelos. Si bien se consumen bien frescos, serán aún mejores secos. Se conservan muy bien después de la cosecha.

La palabra Quetsche significa, en alsaciano, Ciruela de Damasco. Los ciruelos Quetsche provienen, por tanto, de Siria, país que desde la Edad Media suministra numerosas variedades de ciruelas. La variedad Quetsche d'Alsace se cultiva desde hace mucho tiempo en Francia.

Este árbol frutal alcanza naturalmente hasta 6 m de altura en su madurez. La silueta esbelta y tupida que le confiere su porte erguido-arbustivo es apreciada en el jardín. Es muy poco exigente en cuanto a la naturaleza del suelo, excepto por la ausencia de caliza.
Sus hojas son ovaladas, casi oblongas, crenadas-dentadas y ligeramente pubescentes.
La floración ocurre en el mes de abril, lo que le permite escapar a las heladas primaverales. Es poco extendida. El árbol se cubre entonces completamente de flores blancas que aparecen en las ramas del año anterior. Son autopolinizantes.
Los frutos, los ciruelos, famosos en el este de Francia, alcanzan su madurez a principios de septiembre.

Las ciruelas se consumen crudas al pie del árbol, en ensaladas de frutas, pero también en postres, repostería, como acompañamiento de carnes y platos. Se transforman en mermeladas, por supuesto, pero también en frutas en almíbar, compotas... También se obtiene un aguardiente de ellas. Puedes secarlas al sol durante el verano, deshuesadas y colgadas en guirnaldas en un hilo, o en el horno.