Picea abies Wartburg - Pícea común

El Picea abies 'Wartburg' es un cultivar de pícea común que destaca por su porte plástico, más o menos postrado o llorón según cómo se conduzca. Dispone de largas ramas rastreras que pueden cubrir el suelo o cascar sobre un tutor. Como la pícea común clásica, luce una larga cabellera verde abeto y su base desaparece totalmente bajo una falda densa. Esta conífera perenne crece lentamente y se mantiene compacta. Úsala para adornar una rocalla o un talud. Tutorada, constituye un ejemplar pintoresco en el centro de un macizo.

La pícea común 'Wartburg', de origen incierto, probablemente debe su nombre al castillo homónimo, situado en Turingia (Alemania). La especie tipo, Picea abies, también llamada pícea común o pícea roja, es una conífera perenne perteneciente a la familia de las Pináceas, originaria del norte de Europa. En su entorno natural, presenta un porte típicamente cónico y piramidal, y puede alcanzar 30 m de altura, incluso más en Europa del Este. Esta especie se utiliza tradicionalmente como árbol de Navidad en Europa. Aprecia los suelos drenados y frescos y no teme las temperaturas muy bajas. La variedad 'Wartburg' forma naturalmente un montículo postrado, pero su vegetación puede dirigirse hacia arriba. De un verde oscuro intenso, sus agujas cortas y apretadas en las ramas acentúan su aspecto compacto y denso. Su tronco soporta ramas superiores fuertemente colgantes. Con una altura y anchura que alcanzan respectivamente 1 m a 1,75 m y 1m a 1,50 m en 10 años, muestra un crecimiento bastante lento, lo que permite integrarla incluso en espacios pequeños. Esta conífera es extremadamente versátil, capaz de adoptar varias formas. Cuando se tutora, puede alcanzar 3 m de alto, incluso más. El sistema radicular de las píceas es superficial y rastrero, lo que las hace difíciles de trasplantar cuando son adultas y especialmente sensibles al viento.

La pícea 'Wartburg', por sus dimensiones modestas y su temperamento caprichoso, permite numerosos usos en espacios reducidos. Su fuerte personalidad, de la que se disfruta todo el año, la destaca como centro de un macizo, en ejemplar aislado, en una rocalla o sobre un talud. Su silueta alargada se destaca admirablemente en el jardín. También puede instalarse cerca de un punto de agua, ya que se comporta muy bien en suelo húmedo. Las cualidades gráficas de los coníferas enanas destacan en un decorado contemporáneo o de estilo japonés. Estas plantas perennes estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza. Para acompañarlas, piensa en las brezos cuyas flores se escalonan durante casi todo el año.