Aliso imperial - Alnus glutinosa Imperialis

El Alnus glutinosa Imperialis, también llamado Aliso común o Aliso negro, se distingue de nuestro aliso común de Europa por un follaje muy bello, dividido en lóbulos estrechos y puntiagudos, que recuerda al de los helechos. Sus ramas marrones se adornan desde el mes de marzo con numerosos amentos amarillo-verdosos a marrones y colgantes, muy decorativos. Adaptado a jardines de tamaño medio, este pequeño árbol de porte piramidal muy elegante también resiste muy bien a enfermedades y parásitos. Destaca en suelos encharcados y pobres, donde a veces es el único capaz de crecer.

En clima riguroso y en suelo pobre, pantanoso y asfixiante, el Aliso común, con su madera imputrescible y ligera, reina como amo. Este árbol caducifolio de la familia de las betuláceas está muy extendido en la flora indígena de Europa, hasta en Escandinavia. Es una de las pocas especies capaces de crecer desde el norte de Francia hasta las orillas del Mediterráneo, siempre cerca del agua. A veces recibe el nombre de verne o vernegue. La variedad Imperialis, de la que procede, se distingue principalmente por un follaje muy lacinado. Se trata de un pequeño árbol de porte piramidal y aireado, que alcanza 8 a 10 m de altura en madurez para unos 3 m de envergadura. Su crecimiento es bastante lento. Su follaje es de color verde claro y vivo, más claro aún por el envés, un poco pegajoso al tacto, sobre todo en las hojas juveniles. Las yemas son de color violeta y también pegajosas, especialmente en invierno. La inflorescencia primaveral es una especie de pequeño cono llamado estróbilo, de 2 cm de largo, que contiene diminutos frutos alados que serán dispersados por el viento. 'Imperialis' parece menos sensible a la enfermedad del decaimiento de los alisos que la especie tipo. Este árbol conserva su follaje durante mucho tiempo.

Especie pionera, amante del agua sin importar su procedencia, el Aliso común se utilizará aislado, como árbol de alineación, en bosquete o para sujetar las orillas junto a arroyos, charcas naturales o en suelos encharcados con tendencia ácida de sotobosques húmedos. Convendrá alejarlo de cimientos y edificios, pues su sistema de raíz extremadamente desarrollado (hasta 4 m de profundidad) puede obstruir canalizaciones de agua potable. Combínalo, por ejemplo, con el Nyssa sylvatica o el Ciprés calvo (Taxus distichum), que requieren condiciones de cultivo similares. También se pueden plantar a sus pies dos especies de helechos como Onoclea sensibilis, en suelo neutro a ácido y húmedo, al sol o a media sombra, y el Dryopteris palustris (Thelypteris palustris). Un pequeño árbol elegante con apariencia de helecho gigante, ideal en escenarios de ribera o pantano, en sombra clara o al sol.

El Aliso común es también un árbol utilitario, utilizado en bosques para preparar y mejorar el suelo antes de plantar álamos. Considerado como abono verde por los forestales, desinfecta y enriquece el suelo donde se planta, pues sus raíces transforman el nitrógeno atmosférico en proteínas vegetales. Su madera, casi imputrescible en el agua, se usaba antiguamente para la instalación de conducciones de agua subterráneas y acequias. Gran parte de la ciudad de Venecia habría sido construida sobre pilotes de madera de Aliso.