Ficus Golden King - Ficus benjamina

El Ficus benjamina ‘Golden King’, o higuera llorona abigarrada, es una planta de interior que cautiva por su follaje luminoso y refinado. Vestida de hojas brillantes bordeadas de amarillo crema, esta variedad aporta un toque de elegancia atemporal y se integra tanto en decoraciones modernas como clásicas. Versátil, puede colocarse como ejemplar aislado en un salón o para adornar un rincón luminoso. Fácil de cuidar, solo necesitas ofrecerle a este ficus una luz suave sin sol directo para que florezca. Evita las corrientes de aire, ya que pueden comprometer su desarrollo.

El Ficus ‘Golden King’, de la familia de las Moráceas, es un cultivar ornamental derivado de la famosa especie Ficus benjamina. Este pequeño árbol vivácea de porte erecto y ramas ligeramente colgantes puede alcanzar una altura de 1,50 m a 2 m en interior, con una envergadura de hasta 1,50 m. Sus ramas finas y arqueadas presentan hojas ovaladas, lisas y brillantes, de 5 a 10 cm de largo. Estas hojas están delicadamente bordeadas de amarillo crema sobre un fondo verde oscuro. Su crecimiento es rápido en condiciones favorables.

Originario de los bosques tropicales de Asia y Australia, el Ficus benjamina crece de forma natural bajo frondosos ramajes donde disfruta de luz tamizada y humedad constante. En interior, prefiere temperaturas moderadas (entre 18 y 25 °C) y un riego regular sin excesos. Atención, esta planta es tóxica para animales y humanos en caso de ingestión y puede causar irritaciones cutáneas. Además, es conocida por sus propiedades depurativas, que ayudan a purificar el aire ambiente. Aunque poco resistente (soporta hasta -2 °C), este ficus puede cultivarse en exterior durante el verano en regiones de clima muy suave.

Luminoso, grácil y fácil de cuidar, el Ficus Golden King es muy valorado en la decoración de interiores. Colocado en una maceta de diseño, se convierte en una pieza central en un espacio habitable o una veranda. Para mantenerlo en plena forma, elige un sustrato rico y bien drenado, y considera trasplantarlo cada dos años. Una brumización regular de sus hojas ayuda a reproducir la humedad de su hábitat natural y evita que se oscurezcan. Por último, gira la maceta con regularidad para que la luz se distribuya uniformemente en todo el follaje. Así disfrutarás de un compañero vegetal elegante y duradero. Colócalo junto a un Ficus exotica, de follaje más clásico pero con porte llorón.