Prunus yedoensis Shidare Yoshino - Cerezo Yoshino

El Prunus (x) yedoensis Shidare Yoshino es un guinda de flor japonés con un porte llorón extendido, dotado de una floración blanca y perfumada, espectacular a principios de primavera antes de la aparición de las hojas. A menudo más alto que ancho, este pequeño árbol de ramaje tortuoso lleva en marzo-abril innumerables yemas florales de un rosa intenso que se abren en flores simples de un rosa muy pálido, volviéndose blancas al alcanzar la madurez. Espectacular en marzo-abril, es magnífico en otoño bajo su follaje amarillo dorado. Su estatura moderada y su silueta gráfica le permiten integrarse en un pequeño jardín, urbano, de estilo romántico o japonés, en terreno abierto o incluso en maceta.

El Prunus (x) yedoensis Shidare Yoshino, perteneciente a la gran familia de las rosáceas, es un pequeño árbol generalmente injertado en cabeza. El Prunus (x) yedoensis, del que procede, es el resultado del cruce entre el Prunus speciosa y P. subhirtella. El cultivar 'Shidare Yoshino' se distingue por su porte llorón, su crecimiento rápido y su floración primaveral abundante y fragante.  Se trata de un árbol caducifolio con un desarrollo moderado, alcanzando en promedio 6 m de altura por 8 m de envergadura tras 20 años de cultivo. Il desarrolla un tronco de 1,20 m a 1,40 m, algunas ramas principales ligeramente erguidas y ramas colgantes en forma de fuente. La floración tiene lugar en marzo-abril según la región, antes de la aparición del follaje. Las flores, agrupadas en pequeños ramilletes, suspendidas por un corto pedúnculo, son simples. Nacen de yemas alargadas de rosa intenso y se abren en corolas de 5 pétalos, evolucionando del rosa muy pálido al blanco puro. Esta floración, con un  delicado aroma a almendra, es muy visitada por las abejas. Este cultivar estéril no produce frutos. El follaje, caduco, está compuesto por hojas alternas, ovaladas, de 6 a 12 cm de largo por 4 cm de ancho, con bordes gruesamente dentados. La lámina foliar, de color verde vivo hasta el verano, se vuelve amarillo dorado en otoño. La corteza, lisa, es de color gris-marrón claro y las ramas jóvenes son de color marrón claro.

Su línea tortuosa dibujada por ramas sinuosas hace del guinda de flor ideal para el cultivo como bonsái. 'Shidare Yoshino', realmente espectacular desde los primeros días bonitos de primavera, con su estatura modesta y su porte singular, es adecuado para pequeños jardines, donde quedará especialmente realzado aislado o en el centro de un macizo de viváceas cuyas floraciones tomarán el relevo, desde primavera hasta verano. También puedes plantarlo en una maceta grande, para colocarlo en una terraza o en un jardín urbano. Perfectamente resistente, es cultivable en numerosas regiones, pero detesta los suelos compactos, arcillosos y demasiado húmedos, así como las situaciones demasiado áridas. En macizo, se puede asociar, por ejemplo, con otros arbustos de floración primaveral, simultánea o escalonada como los forsitias, membrilleros de Japón, madreselvas de los setos (Lonicera xylosteum), manzanos ornamentales, melocotoneros de flor, ciruelos de flor, espinos, albaricoqueros japoneses (Prunus mume)...Un tapiz de jacintos, hepáticas o incluso muscaris rosas, blancos o azules quedaría de lo más bello a sus pies. En un jardín japonés, un Ophiopogon negro o una hierba de Hakone (Hakonechloa macra Aureola) formarán un bello tapiz que realzará su silueta original, durante todo el invierno.