Fabiana imbricata Alba

El Fabiana imbricata 'Alba' es un arbusto de tamaño mediano con porte irregular, de aspecto un poco salvaje. Parecido a un brezo blanco arborescente, produce en primavera una floración muy ornamental, compuesta por una miríada de pequeñas flores alargadas y tubulares, que forman un manguito alrededor de las ramas. Su follaje persistente en pequeñas escamas adopta un hermoso verde brillante. Fácil de cultivar en clima suave, solo requiere un suelo bien drenado y preferiblemente no calcáreo, y una situación soleada para prosperar.

Aunque se asemeja a los brezos, el Fabiana no pertenece a la familia Ericácea, sino a la familia Solanácea, como la berenjena y la patata, y también a muchas plantas ornamentales, como el Brugmansia con flores en largas trompetas, o el clásico Petunia. Se cuentan alrededor de una veintena de especies de Fabiana, originarias de las regiones templadas de América del Sur, desde Bolivia hasta Chile y la Patagonia. La planta fue nombrada en honor a Francisco Fabiana y Puero, un arzobispo español del siglo XVIII que fomentó el estudio de las plantas. Localmente, se le llama pichi pichi.
La especie Fabiana imbricata es originaria de los Andes de Bolivia, Argentina y Chile, y forma un arborito muy ramificado, con ramas erguidas, de una altura de 1 a 2 m y un ancho equivalente. En su hábitat natural, la planta produce flores que varían de blanco a lavanda. Se utiliza localmente como planta medicinal para tratar cálculos biliares y cistitis, y se extrae de ella un aceite esencial.
La variedad 'Alba', como su nombre indica, es una forma cuyo color de flores es blanco (albus en latín). Dejado a su aire, el arbusto puede alcanzar 1,80 m a 2 m en todas direcciones, pero puede ser fácilmente mantenido en 1,50 m si es necesario, mediante una ligera poda anual después de la floración. Denso y ramificado, emite numerosas ramas un poco desordenadas, que finalmente le dan un aspecto de cúpula un poco irregular a la planta. Las ramas están llenas de pequeños brotes apretados, delgados, de 15 a 25 mm de longitud. Estos están cubiertos de pequeñas hojas escamosas puntiagudas, triangulares, de 2 a 5 mm de longitud, en posición alternada y superpuestas. En primavera, a partir del mes de mayo, cada uno de estos brotes emite una flor de un blanco puro, formada por pétalos soldados que forman un tubo que se ensancha ligeramente hacia el extremo. Por lo tanto, cada flor es solitaria, pero su disposición alrededor de las ramas en unos treinta centímetros da la impresión de un largo racimo de flores.

Este arbusto persistente, bien adaptado a los climas costeros suaves, que también soporta las condiciones mediterráneas, es poco conocido pero merece ser plantado más frecuentemente. Su aspecto un poco salvaje permite plantarlo tanto en un jardín de espíritu natural como integrarlo en un macizo variado. Así, puedes asociarlo con el Grevillea juniperina, un arbusto persistente australiano de follaje verde oscuro y floración duradera en racimos rojo vivo muy gráficos. El Acacia pravissima, un mimosa con curioso follaje triangular gris verdoso y exuberante floración perfumada amarillo limón en primavera, también será un buen compañero para tu Fabiana. Y para añadir un toque de dulzura a tu escena, nada mejor que un Guayabo como el Acca sellowiana 'Gemini', cuyas magníficas flores bicolores rojas y blancas te deleitarán con frutos verdes de sabor exótico.