Hamamelis intermedia Westerstede

El Hamamelis x intermedia Westerstede, que también se conoce como Avellano mágico, se distingue de otros híbridos de hamamelis primero por su porte muy abierto que recuerda la forma de una gran copa cuando el arbusto alcanza la madurez. Vigorosa, esta variedad es también una de las últimas en florecer en el jardín, pero con una hermosa generosidad. Su floración, poco perfumada, es de un amarillo muy luminoso. También se apreciará por sus hermosos colores al final de la temporada. Este arbusto ilumina el otoño y marca el fin de los días tristes. Plántalo junto a otros arbustos de floración invernal, para crear un cuadro atemporal.

El Hamamelis (x) intermedia 'Westerstede' es una variedad hortícola obtenida en Alemania alrededor de 1977. Pertenece a un grupo de cultivares resultantes del cruce entre el Hamamelis japonica y el H. mollis, originarios respectivamente de Japón y China. Todas estas plantas pertenecen a la familia de las hamamelidáceas, entre las que se encuentran los Loropetalum, los Liquidambar y el Árbol de hierro, que se visten invariablemente de follajes con colores fantásticos. 'Westerstede' forma lentamente un gran arbusto, vigoroso, de porte erguido durante su juventud, luego muy abierto, con ramas ascendentes, alcanzando en la madurez aproximadamente 3.50 m en todas direcciones. Su follaje, caduco en invierno, está compuesto de hojas ovaladas, ligeramente brillantes, primero verde amarillento con reflejos bronce en primavera, volviéndose verde oscuro en verano, para luego colorearse en otoño de amarillo oscuro, bronce y anaranjado, llenando el jardín de tonos cálidos antes de caer. Sus flores, aunque poco perfumadas, deleitan por su cantidad. Abundan en las ramas desnudas durante los meses de febrero y marzo, compuestas por numerosos pétalos alargados y curiosamente arrugados, casi como dedos de bruja. Son visitadas por los primeros abejorros y abejas en busca de néctar.

El Hamamelis intermedia 'Westerstede' prefiere suelos ricos en humus, pobres en caliza, siempre frescos y ligeros. Una exposición a media sombra le vendrá perfectamente. Colócalo en el borde de un bosquecillo, al límite de un grupo de árboles grandes o junto a cornejos (Cornus mas, Cornus officinalis), Dafnes y Sarcococca. También quedará magnífico en un macizo, combinado con arbustos persistentes como un camelia de otoño o un Rododendro. A sus pies, podrás plantar, por ejemplo, brezos de invierno, heucheras o incluso eléboros.