Colección de salvias exóticas blanco/azul

La Salvia patens requiere una situación muy soleada para florecer. Su raíz tuberculada le permite resistir al calor y a la sequía, pero por otro lado, es sensible a la humedad invernal. Se instala la genciana en primavera en un suelo bastante rico, perfectamente drenado, con tendencia neutra. Su floración es más generosa con aportes de fertilizante para flor cada 15 días en verano. Los bohordos florales marchitos podrán eliminarse para prolongar la floración.

En las regiones con inviernos rigurosos, se cultiva como una anual. Es posible retirar los tubérculos de la tierra y invernarlos como los de los Dahlias. En las regiones más clementes, su supervivencia en invierno depende sobre todo del drenaje del suelo. La planta gana entonces al ser podada completamente en primavera. Rechaza vigorosamente y florecerá antes que las plantas cultivadas como anuales.

Para aumentar la rusticidad de esta genciana, puede ser útil extender una buena capa de arena gruesa o grava en el fondo del hoyo de plantación (40 cm de profundidad). Para evitar que el tocón reciba demasiada humedad en invierno, se puede cubrir con un colchón de hojas secas protegidas por un 'techo' formado por una teja grande, un plexiglás, o cualquier otro material impermeable que se mantendrá encima del montón de hojas, para la aireación. Con esta técnica, la planta podrá resistir hasta -10°C.

En macetas, la genciana demanda un volumen de tierra suficiente para desarrollar sus raíces. Elige una maceta de 20 a 30 litros que podrá guardarse en un lugar fresco y seco en invierno, protegido de las heladas. Riega con una solución nutritiva cada 15 días en verano para sostener la floración.