Persicaria polymorpha

La Persicaria polymorpha forma un gran arbusto cespitoso, que no retoña por la raíz, de 2 m de altura, cubierto a mediados del verano de innumerables espigas ramificadas, de color blanco puro.

Esta gran vivácea polimórfica forma un tocón potente y grueso, pero sin chupones, del cual surgen en primavera tallos erectos y robustos, que portan un follaje lanceolado de verde intenso, formando un gran arbusto abierto. En verano, la Persicaria polymorpha produce innumerables flores en corimbos largos y grandes, de blanco puro con un extraño aroma a amoníaco.

Resistente hasta -20°C y de fácil cultivo, la renouée polimórfica se adapta bien al sol o a media sombra, crece en suelos ricos, pesados, frescos e incluso húmedos. Plántala en el fondo de un macizo, en un jardín exuberante y exótico junto a Gunnera, Astilboides tabularis, palmera de China y reinas de los prados.