Echinacea purpurea White Swan

La Echinacea purpurea 'White Swan' es una delicada variedad muy blanca con lígulas satinadas y muy caídas hacia un centro verde bronce con toques anaranjados. Es de menor estatura que la mayoría de los representantes de su familia y podrá ser utilizada con hierbas de escobillones en un jardín naturalista o romántico.

La Echinacea purpurea o Equinácea púrpura es una vivácea herbácea endémica de América del Norte. Se encuentra en las grandes llanuras secas del este de Estados Unidos o en los bosques poco densos. Su hábitat natural incluye brezales pero también terrenos cultivados. Esta gran asterácea se caracteriza por amplios capitula rosa pálido a violeta, a veces blancos, sostenidos por tallos muy rígidos, verde oscuro a púrpura, que se ramifican en su extremo. Generalmente, mide entre 60 cm y 1,20 m. Cuando la flor es inmadura, las lígulas del cuello se despliegan horizontalmente para luego adoptar un porte ampliamente involuto (inclinado hacia abajo o hacia el tallo). Los colores de la flor palidecen con el tiempo. Los floretes centrales forman un domo cónico erizado de tubulos ásperos, ámbar y punteados de marrón-rojo, volviéndose más prominentes y oscuros a medida que la flor se abre. Esta originalidad le valió el nombre Echinacea, que proviene del griego 'Ekhinos', el erizo. Las hojas verde oscuro son lanceoladas, pubescentes y se vuelven sésiles en la parte superior del tallo.

La Echinacea purpurea White Swan es una delicada variedad muy blanca con lígulas satinadas y muy caídas hacia un centro verde bronce con toques anaranjados. Es de menor estatura que la mayoría de los representantes de su familia y podrá ser utilizada con hierbas de escobillones en un jardín naturalista. Con toda su sencillez natural, podrás asociarla con su extravagante prima Echinacea purpurea 'Sundown' en medio de un macizo.

Por supuesto, prefiere suelos ricos, arenosos y bien drenados pero no se ve afectada en lo más mínimo por el pH del suelo. Le gusta el sol y la media sombra ligera. Es resistente y soporta largos periodos de sequía. La equinácea se naturaliza muy fácilmente. Así podrás utilizarla con otras viváceas en una pradera que colonizará espontáneamente. Asóciala con phlox, alliums o incluso grandes eupatorios.

Muy melífera y nectarífera, su aroma atrae mariposas; colocando mantos púrpuras cerca de huertos contribuirás sin duda a la polinización de tus frutales. En bordes de césped dentro de praderas, o en rocallas, es con la mayor naturalidad que esta bella margarita se apropiará del lugar. Podar severamente las flores marchitas estimula nuevas floraciones. Sin embargo, puedes dejar algunos tallos y capitula en invierno: son muy gráficos pero, sobre todo, las semillas son muy apreciadas por aves, jilgueros y pardillos hambrientos, en particular. Las flores causan sensación en ramos dentro de composiciones florales.

Las diferentes especies de Equinácea, especialmente la purpurea, pallida y angustifolia, son panaceas en la farmacopea amerindia. Son reputadas por ser inmunoestimulantes y favorecer la curación de enfermedades invernales (resfriado, gripe, afecciones respiratorias). Todos los cultivares han conservado las propiedades de su especie de origen.