Judía enana Bravo

La judía enana de filamento 'Bravo' produce generosos racimos de vainas gruesas y de un verde intenso. Esta variedad resiste bien a las altas temperaturas y desarrolla sus vainas lentamente, lo que permite escalonar las cosechas y concentrar el sabor de la hortaliza. Puedes disfrutarla joven, en la etapa de filamento, o más tarde como una judía verde, ya que no forma filamentos ni pergamino. Siembra de abril a julio para disfrutar de una cosecha de julio a septiembre.

La judía es una hortaliza imprescindible en el huerto debido a su facilidad de cultivo. Ya sea cosechada por sus vainas o por sus semillas, es tan puntual que el jardinero puede prever la fecha de la primera cosecha, aproximadamente 60 días después de la siembra.

Las vainas inmaduras son ricas en vitaminas A, B9 y C, así como en oligoelementos y minerales. Las judías secas también son muy ricas en vitamina C, en oligoelementos y, sobre todo, en proteínas vegetales.

La cosecha:
Las vainas jóvenes o los granos frescos pueden cosecharse 60 días después de la siembra. Para las vainas, la cosecha debe realizarse cada 2 o 3 días, especialmente en el caso de las judías de filamento.

La conservación:
El método más común para conservar las vainas es la congelación. Solo tienes que despunarlas, lavarlas, escaldarlas durante 5 o 6 minutos en agua hirviendo y luego sumergirlas en agua fría antes de secarlas. Las judías pueden congelarse a -18°C. La conserva en tarro también gana popularidad por sus cualidades gustativas. Al igual que con la congelación, las vainas deben despuntarse, lavarse y escaldarse, y luego sumergirse en agua fría. Las judías se colocan en tarros llenos de agua hirviendo salada y se esterilizan a fuego medio durante 1 hora y 30 minutos.

Consejo de jardinero:
Las judías, como todas las Fabáceas, tienen la capacidad de fijar el nitrógeno del aire en el suelo gracias a una simbiosis con bacterias. Por lo tanto, ayudan a regenerar los suelos y pueden integrarse en una rotación de cultivos después de enterrar abonos verdes. Las judías se asocian bien con calabazas, maíz y hortalizas como berenjenas, zanahorias, coles, patatas y rábanos. Evita plantarlas cerca de ajos, cebollas o del hinojo, ya que estos inhiben el crecimiento de las judías.

Un tratamiento con purín de ortiga no solo ayuda a combatir los pulgones, sino que también fortalece las plantas, haciéndolas más vigorosas.