Milenrama Red Velvet - Achillea millefolium

Achillea millefolium Red Velvet, también llamada Milenrama, o herba de las cortaduras, es una variedad reciente que destaca por su floración rojo terciopelo muy abundante, sin perder intensidad. De buena presencia, las flores se renuevan durante todo el verano. Su follaje ligero, muy plumoso, verde oscuro, es abundante, aromático y caduco o semiperenne. Es una vivácea ideal para colonizar taludes difíciles y zonas algo salvajes del jardín. Exuberante y frugal, esta habitual de los pequeños jardínes amurallados aporta un encanto añejo a los macizos sin pretensiones. Fácil de cultivar en todas las regiones.

La Milenrama Red Velvet es una planta vivácea estolonífera, que presenta, a partir de la primavera, un porte en matas compactas y erguidas. Pertenece a la familia de las asteraceae. Es uno de los numerosos cultivares de la Achillea millefolium originaria de Europa y Asia Menor. La planta alcanzará 60 cm de altura en flor, 10 a 20 cm para el follaje. Se extiende sobre 60 cm y más. La inflorescencia es un corimbo aplanado, de 10 cm de diámetro. La floración, notablemente larga, se extiende de junio a octubre. Las flores son en realidad capitula, con los floretes del disco central tubulares y de un rojo intenso, mientras que los floretes periféricos son lígulados, también rojos. Estos capitula, que aparecen en los extremos de los tallos, forman corimbos en la parte superior aplanada o ligeramente abombada. Dan lugar a frutos llamados aquenios. El tallo es estriado y velloso. El follaje es caduco o semiperenne, aromático y muy finamente dividido en tiras. Las hojas son pennatilobuladas, plumosas y de color verde oscuro, mate. Esta planta se desarrolla bien en la superficie del suelo mediante estolones que le permiten colonizar áreas extensas.

La Milenrama Red Velvet se integrará bien en una rocalla, en lo alto de un muro, en bordillos o sobre un talud que ayudará a fijar y proteger de la erosión. Esta planta estolonífera puede utilizarse como plantas cubresuelos en grandes superficies. Permite así prescindir del corte necesario para un césped sustituyéndolo en zonas poco transitadas. Soporta la competencia radicular de los árboles, lo que la convierte también en un buen cubresuelos en el borde de sotobosque. Como es fácil de cultivar y tolera bien la sequía, es perfecta para vestir la base de rosales arbustivos o para bordear un macizo soleado.

Según Plinio, naturalista romano del siglo I d.C., su nombre proviene de Aquiles, héroe de la mitología griega, que la usó para curar heridas. Aquiles habría descubierto el poder cicatrizante de esta planta durante la guerra de Troya, al tratar una herida siguiendo el consejo de Venus.
De hecho, la planta tiene propiedades medicinales reconocidas: es hemostática, las hojas cicatrizantes y las flores tienen una acción estimulante, tónica y, en alta concentración, febrífuga. Se pueden utilizar sus brotes jóvenes en tortillas o ensaladas.