Mangave Inkblot

La Mangave Mangavé Inkblot es una planta suculenta original y muy decorativa que forma parte de una serie de híbridos resultantes del cruce entre Manfreda y Agaves. De los agaves hereda una vegetación persistente notablemente arquitectónica así como un temperamento bien viváceo, mientras que las Manfreda le han legado colores únicos, espinas menos afiladas y un crecimiento más rápido. Esta variedad Inkblot, baja y ancha, está bellamente manchada de púrpura sobre un fondo verde azulado. Resistente a la sequía pero poco rústica, constituye un ejemplar muy hermoso para cultivar en macetas en la terraza. En jardines costeros o de clima cálido, prosperará en una rocalla. 

La Mangave Mangavé Inkblot pertenece a la familia de las Agaváceas, ahora incluida por los botánicos en la mucho más amplia de las Asparagáceas. Esta planta se desarrolla en una roseta de 20 a 30 cm de altura por 50-60 cm de anchura, compuesta por numerosas hojas suculentas. Las largas hojas son bastante anchas, en forma de canalón, afiladas en punta y bordeadas de pequeñas espinas poco punzantes. Su lámina foliar gruesa, brillante, de color verde azulado con reflejos grises, fuertemente manchada de púrpura si la planta está expuesta al sol. La floración aparecerá en climas favorables en plantas maduras, de agosto a octubre. Del centro de la roseta emerge un bohordo floral ramificado que porta pequeñas flores blancas estrelladas. Las Mangave Mangavé son plantas de terreno seco, muy bien drenado, capaces de resistir breves heladas del orden de -5 a -7°C según las variedades. Se instalarán al sol o, en su defecto, a media sombra en clima cálido. La vegetación persiste en invierno.

Para componer escenas exóticas en clima cálido, la Mangave Mangavé Inkblot se plantará en una rocalla, acompañada de otros pequeños magueyes como Agave montana, otras Mangaves de diferentes colores, pequeñas lirios africanos, o gramíneas como los Carex comans Milk Chocolate o la Stipa tenuifolia. Los coleccionistas de cactus y otras plantas suculentas podrán realzarla en la terraza o el balcón rodeándola de macetas llenas de siemprevivas.