Campanula carpatica Albas

A menudo plantada al pie de los rosales, la campanilla de los Cárpatos o Campanula carpatica 'Alba' es una pequeña planta perenne tapizante que te cautivará con sus corolas blancas, tan numerosas entre junio y agosto que ocultan su bonito follaje de un verde muy intenso. Es una planta con follaje semi-perenne, muy resistente que se adapta a todos los suelos bien drenados pero que permanecen frescos en verano. Es ideal en rocallas, bordillos y en la parte superior de los muretes.

La Campanula carpatica pertenece a la familia de las Campanulaceae. Es originaria, como su nombre lo indica, de Europa central, y más específicamente de los Montes Cárpatos donde crece en los escombros calcáreos.

La variedad 'Alba', en todos los aspectos similar a la especie tipo, es la forma con flores blancas. Es una planta baja, que alcanza aproximadamente 20 a 30 cm de altura en flor, con una extensión de 30 cm. Al ser estolonífera, forma con el tiempo grandes matas. Sus rosetas de hojas basales se extienden sin límite teórico a través de tallos ramificados y rastreros que enraízan en el suelo. La floración ocurre de junio a agosto, en forma de pequeñas campanas bien abiertas, que miden de 2.5 a 5 cm de diámetro. El follaje, semi-perenne, de un verde muy vivo y brillante, se compone de hojas cordiformes redondeadas y muy dentadas.

La Campanula carpatica Alba aprecia los suelos frescos, ligeros incluso calcáreos, pero teme la humedad estancada que pudre las raíces. Esta planta de montaña no disfruta ni de climas demasiado cálidos, ni de veranos demasiado secos. Es ante todo una planta de rocalla y bordillos. Rellenará rápidamente las grietas en los pavimentos, los muros viejos y los muretes. También es perfectamente adecuada para un jardín silvestre. Se adapta muy bien al cultivo en macetas o en contenedores, en un sustrato ligero y perfectamente drenado.