Carex foliosissima Irish Green

El Carex morrowii 'Irish Green', también llamado Laiche del Japón, es una pequeña gramínea cubresuelos que destaca por su follaje perenne de un verde muy brillante, con reflejos azulados. Esta vivácea forma una mata grácil, a la vez erizada y colgante, de aspecto flexible. Su floración de verano se manifiesta en forma de pequeñas espigas blanco-crema, que se vuelven marrones con la edad. Es una planta resistente y robusta, que nada desanima en zonas sombreadas, ni siquiera las raíces de los árboles. Debes plantarla en suelo neutro a ácido, preferiblemente fresco a húmedo, incluso en sombra densa.

El Carex morrowii subsp. foliosissima 'Irish Green' es una laiche perteneciente a la gran familia de las Cyperaceae, originaria de Japón. Esta pequeña gramínea con rizomas cortos forma una mata suave, de porte compacto, erguido y colgante, de aproximadamente 35 cm en todas direcciones. Sus hojas, persistentes, arqueadas, envainadas en la base, miden 3 mm de ancho y unos 40 cm de largo. Sus bordes son afilados y su punta colgante. Su tono es un verde medio, particularmente brillante, con reflejos azulados a contraluz. En julio-agosto aparecen, entre el follaje, pequeñas espigas crema de 2 a 4 cm, sostenidas por tallos delgados de 35 cm de altura. En la madurez, adquieren un color marrón.

La laiche del Japón 'Irish Green' es una pequeña 'hierba' de follaje refinado, de estilo depurado, que formará en la sombra un denso ramo de hojas que cubrirá el suelo y desalentará las malas hierbas. En este uso, puedes combinarla con el Milium effusum 'Aureum', el Geranio vivaz 'Czackor' o incluso con la vinca 'Atropurpurea'. Su grafismo no exige la presencia de otra planta a su lado, pero, en cambio, esta planta aportará mucha ligereza a los follajes exuberantes de los rodgersia, a las plumas de los helechos, y también combina muy bien con las heucheras coloridas. Como esta gramínea aprecia los suelos frescos a húmedos, encontrará naturalmente su lugar en los jardines de agua, entre piedras musgosas, dispuestas en las orillas o en bordillos de estanques, a los que ayudará a estabilizar. Colócala también en los bordes de los macizos de viváceas. Para un bonito efecto salvaje, plántala en masa, en un jardín contemporáneo o campestre.