Clematis Joséphine

Coloca la Clematis Josephine con los pies a la sombra, manteniendo la frescura con un mantillo aplicado en febrero de compost de jardín o estiércol bien descompuesto, evitando el contacto con el tallo. Esto limitará los riesgos de marchitamiento y permitirá la llegada de nuevos retoños vigorosos desde el tocón. También puedes mantener el pie fresco con una planta tapizante o un geranio viváceo. Coloca la cabeza de la Clematis al sol. Instala tu planta cubriendo el cepellón con 3 cm de tierra, en un suelo trabajado a 20 cm de profundidad, aligerado con un buen sustrato. El enemigo de la clemátide es el exceso de agua, por lo que debes regar regularmente pero poco y no hacerlo directamente sobre el pie. Poda los tallos muertos o débiles a principios de marzo antes de la reanudación del crecimiento y recorta los demás a unos 30 cm por encima del suelo. Esto permitirá densificarla y aumentar su floración. Elimina las flores marchitas para una floración más prolongada. Las clemátides se sujetan solas gracias a sus zarcillos. Para favorecer su crecimiento, ofréceles un soporte en espaldera o déjalas vestir el tronco de un árbol colocando una malla. A las clemátides también les gusta crecer en libertad sobre las plantas vecinas.