Narciso Lancaster

El Narciso ‘Lancaster’ seduce por su porte esbelto, su floración delicada y su paleta de colores suaves y matizados. Esta variedad de pequeña corona ofrece flores blancas con corazón amarillo verdoso, delicadamente rizadas en el borde, que iluminan las escenas primaverales desde el mes de abril. Resistente, se adapta bien a suelos ligeros, bien drenados, en exposición soleada o ligeramente sombreada. En bordillos, en rocalla o en macetas, estructura las composiciones mientras les confiere una elegancia natural. Solo hay que evitar los excesos de humedad en invierno, especialmente en terrenos arcillosos.

El Narciso o Narcissus 'Lancaster' es un cultivar hortícola de Narciso perteneciente a la familia de las Amaryllidáceas. El género Narcissus agrupa una gran diversidad de especies y variedades, ya sean botánicas, como el narciso de los poetas, o resultado de selecciones hortícolas. Entre ellas, el verdadero narciso (Narcissus jonquilla) se distingue por sus flores amarillas perfumadas y sus hojas finas que recuerdan a las del junco. Sin embargo, en algunas regiones, el nombre de narciso se utiliza comúnmente para referirse al narciso trompeta (Narcissus pseudonarcissus), lo que mantiene la confusión entre estas dos plantas claramente distintas. 'Lancaster' está clasificado en la División 3 de los narcisos según la Royal Horticultural Society, caracterizada por flores con pequeña corona. Este cultivar destaca por sus flores blancas con pétalos ligeramente curvados, rodeando una corona poco profunda, acanalada y rizada, de tono amarillo con base verde y borde anaranjado. Las flores, de aproximadamente 9 cm de diámetro, son ligeramente perfumadas y aparecen desde mediados de abril hasta finales de mayo. La planta alcanza una altura de 35 a 45 cm y presenta un porte erguido con hojas lineales, verdes y caducifolias. El sistema radicular es bulboso, con raíces fibrosas que se extienden de 15 a 20 cm de profundidad. El Narciso 'Lancaster' constituye una excelente flor cortada. Los Narcisos se utilizan a menudo en jardines por su capacidad para repeler animales nocivos, gracias a la toxicidad de los bulbos y hojas.

En un jardín de primavera, el Narciso ‘Lancaster’ aporta una nota delicada y brillante. Su porte grácil y su floración refinada combinan maravillosamente con la simplicidad azulada de las Brunneras, jacintos silvestres o de los muscaris, con el follaje finamente disecado de los helechos primaverales. Se integra con naturalidad en un bordillo informal o un sotobosque claro, y en maceta, colocado sobre un escalón o un alféizar. Para un cuadro floral lleno de matices, se puede combinar con la suavidad pastel del Narciso ‘Pink Charm’.

Para los ramos: Te aconsejamos no mezclar los Narcisos con otras flores, especialmente con tulipanes. Los tallos de los Narcisos contienen una sustancia que hace que otras flores se marchiten rápidamente. Puedes mitigar este efecto nocivo para otros géneros de flores sumergiendo la punta de los tallos de narcisos en agua caliente durante 1 o 2 minutos.