Galanthus nivalis - Campanilla de invierno

La Campanilla de invierno, en latín Galanthus nivalis, es una planta bulbosa que forma parte de la flora silvestre de nuestro país. Domesticada por el hombre desde tiempos inmemoriales, transmite un increíble poder de seducción, como lo demuestran las numerosas leyendas que la rodean; ¿no se dice que la primavera es sinónimo del renacer de la vida? La campanilla de invierno, pequeño bulbo lleno de vida, cuya campanita evoca una gota de leche, es como su promesa... Plántala antes del mes de diciembre, cuando está dormida, y te deleitará con sus bonitas campanitas blancas desde finales de enero, multiplicándose rápidamente y formando bonitos macollos de hojas en forma de cinta de un verde oscuro que desaparecen con las primeras calores. También puedes forzarla en macetas para una floración en Navidad. Colócala cerca de la casa para admirarla de cerca.

El Galanthus nivalis es una planta herbácea vivácea bulbosa de la familia de las amarilidáceas, originaria de Europa central y meridional, que anuncia la llegada de la primavera. Forma desde el invierno un bonito macollo de 15-20 cm de altura, compuesto por hojas en forma de cinta, de un verde bastante oscuro con un tono grisáceo, de donde emergen entre febrero y marzo, según el clima, uno o dos tallos por bulbo, cada uno portando una flor de 3 cm de ancho, orientada hacia el exterior del macollo e inclinada hacia el suelo. Las flores están formadas por 3 largos sépalos blancos, aéreos y abombados, que cubren una pequeña corola central blanca cuyo exterior presenta en la punta de los pétalos una mancha verde en forma de V, mientras que el interior está marcado de verde en casi toda su superficie. Las flores son ligeramente perfumadas y melíferas. El follaje amarillea y luego desaparece a finales de primavera. Las campanillas de invierno producen semillas, pero también numerosos bulbillos que les permiten expandirse con el tiempo. La dispersión de las semillas se realiza mayormente por las hormigas.

El Galanthus nivalis es una de las primeras flores en aparecer a finales del invierno, justo antes o al mismo tiempo que los crocos chrysanthus, las rosas de Navidad y las escilas. Se sentirá a gusto en una rocalla fresca, acompañada de ajugas rastreras, de la Anthyllis montana Rubra, o de un pequeño helecho de fácil cultivo llamado Blechnum penna-marina, plantas que ocuparán el terreno sin sofocar las campanillas de invierno cuando el follaje haya desaparecido. También es una buena planta para sotobosques claros, que precederá a la floración de los corazones de María y las corydalis. En climas frescos, tolera bien las exposiciones soleadas, en bordillos de césped. También se cultiva muy bien en macetas. Puedes plantar la Campanilla de invierno casi en cualquier parte de España, aunque resulta refractaria a los largos veranos áridos característicos del clima mediterráneo.