Anemone coronaria Mr Fokker

¿Quién no conoce la Anémona de Caen, con su Carpe un tanto anticuado, y sus hermosas flores de corazón negro, en una paleta de colores vivos que van del violeta al blanco, pasando por el rosa y el rojo? Aquí la tienes puesta al día con esta Anemone coronaria Mr Fokker, de un magnífico azul intenso, que resalta el lado gráfico de su flor. ¡Plantada en masa, iluminará el jardín, la terraza o el balcón con su generosa y encantadora floración primaveral!

Planta vivácea bulbosa erguida, la Anemone coronaria es originaria de la cuenca mediterránea hasta Asia Occidental. De cultivo muy fácil y bastante resistente, se colocará idealmente al sol, aunque también se adapta bien a media sombra, donde sus colores iridiscentes harán maravillas. Del tocón tuberoso de esta Anemone Mr Fokker, se alzan uno o varios bohordos floridos, ligeramente vellosos, de 30 a 40 cm, terminando cada uno en una flor simple de 3 a 7 cm de diámetro, bajo la cual tres hojas largas y estrechas forman una gorguera dentada. Su follaje basal, en roseta, es caduco. Está compuesto por hojas verde oscuro, profundamente divididas, que miden de 5 a 15 cm de largo. De abril a mayo, las flores, de un notable azul violáceo, con el corazón adornado por una corona de estambres negros, aparecen. El color de los pétalos tiende a palidecer al final de la floración. Una vez marchita, la flor produce frutos en aquenios y puede así naturalizarse en el jardín. Luego, la planta muere, pero reaparecerá la siguiente primavera, y así durante aproximadamente 5 años seguidos.

Esta Anémona coronada es la más extendida entre los floristas, debido a su excelente duración como flor cortada, su estética y sus colores atractivos. Aprovecha, por tanto, el brillante florecimiento de esta Anemone Mr Fokker para componer espléndidos ramos azules aterciopelados, cortando las flores apenas abiertas.

La Anémona coronaria está presente en campos, olivares, viñas y cultivos abandonados, desde el entorno mediterráneo hasta Asia Occidental. En Francia, esta Anémona, que crece espontáneamente en Provenza, Córcega, Charente Marítimo y Languedoc, está protegida en todo el territorio.