Skimmia reevesiana

El Skimmia reevesiana es un adorable pequeño arbusto aromático que estructura e ilumina los espacios más pequeños, incluso en situaciones de sombra, gracias a su follaje perenne que se adorna con una espectacular fructificación rojo cereza.

Al igual que el boj, es una planta arquitectónica imprescindible, ya que su silueta naturalmente redondeada, su porte compacto y sus pequeñas dimensiones (no supera 1 metro de altura) lo convierten en el compañero ideal para pequeños jardines, terrazas y otros balcones (especialmente en macetas), donde aporta un decorado permanente.

El Skimmia reevesiana también forma una magnífica planta de acento. Posee un follaje verde oscuro, simple, coriáceo y brillante que se cubre de yemas florales blancas rosadas que perfuman a flor de azahar en primavera (abril-mayo), seguido de una miríada de bayas rojas en otoño e invierno.

Te recomendamos cultivarlo en un suelo rico en humus, en una ubicación ligeramente soleada o sombreada. Si es necesario, acidifica el suelo añadiendo tierra de brezo en el hoyo de plantación para favorecer su arraigo y cubriendo además su base con un mantillo de corteza de pino. Elimina las ramas superfluas que podrían desequilibrarlo justo después de su floración (marzo-abril).

Hemos imaginado un cuadro encantador con tonalidades vibrantes y cambiantes para enmarcar y animar sutilmente al Skimmia reevesiana, que puede usarse solo o en grupo como una cenefa vegetal. Imprime un fondo ligero, casi transparente, con un bambú sagrado cuya floración y fructificación rojas harán eco de las del Skimmia. En primer plano, compón manchas verde manzana y rojo oscuro con algunos pies de alquemila y bulbos de tulipán loro.