Escallonia C.F. Ball

La Escalonia 'C.F. Ball' es una variedad apreciada por su floración de verano ininterrumpida de racimos cortos de flores tubulares de un rojo cereza brillante ¡Forma un hermoso arbusto de porte tupido y compacto que ofrece en todas las estaciones un follaje coriáceo denso, de un verde oscuro brillante. Perfectamente resistente a las condiciones a orillas del mar, es una especie que adora el sol y los suelos drenados e incluso secos, calizos, pero que gracias a su robustez y buena rusticidad encuentra su lugar también en jardines alejados de la costa. Al no superar los 2 m, es una excelente selección para crear setos cortavientos floridos de tamaño mediano o para complementar un macizo de arbustos en un pequeño jardín urbano.

La Escalonia 'C.F. Ball' es una producción hortícola vigorosa que destaca por su larga floración rojo brillante. Las escalonias pertenecen a la familia de las escalloniáceas y son originarias de las zonas templadas de América del Sur y Chile. En la naturaleza, estos arbustos crecen entre los matorrales que cubren las colinas o en las costas expuestas a los vientos salinos.

La variedad 'C.F. Ball' forma un arbusto ramificado de porte tupido y denso, de crecimiento bastante rápido, que alcanzará en promedio 2 m de altura en madurez por 2 m de anchura. Sus hojas pequeñas, de 2 a 6 cm de longitud, coriáceas, alternas, ovaladas, con bordes dentados, son de un verde oscuro brillante. Están implantadas de manera muy densa hacia la parte terminal de las ramas. La floración ocurre de junio-julio a septiembre, durante aproximadamente un mes, más o menos temprano según el clima, a veces desde mayo en climas cálidos. En el extremo de cada ramificación nace un racimo de 3 a 10 cm, compuesto por pequeñas flores de cinco pétalos, en forma de campanillas rojo cereza brillante tirando a rosa carmín oscuro, de 1 a 2 cm, encerradas en la base en un cáliz rojo a marrón púrpura.

La Escalonia 'C.F. Ball', excelente arbusto de contraste y realce para rosales blancos o rosados, solo teme los vientos helados y los inviernos excesivamente rigurosos. Bien conocido por los jardineros bretones, irlandeses o ingleses, también se adapta bien al clima mediterráneo, tras una plantación cuidadosa y un riego regular los dos o tres primeros años. No teme ni el calor, ni los veranos secos una vez establecido, ni los suelos calizos, y logra florecer incluso en situaciones muy soleadas o, por el contrario, sombreadas. Es indispensable en los jardines a orillas del mar, ya que su floración, al igual que la de las Olearias, alegra el follaje gris de los Atriplex, el Bupleurum fruticosum o la Correa alba rosea, por ejemplo. En un gran macizo, se puede combinar con cistus, lavandas, Hebe Verónica o incluso con arbustos de floración primaveral como los lilas, el Kolkwitzia amabilis o las deucias.