Corylus avellana Contorta - Avellana

El Corylus avellana 'Contorta' es una forma muy curiosa pero atractiva de nuestra avellana silvestre. Se le llama avellano tortuoso, debido a su porte inusual, intensamente retorcido, coronado por ramas sinuosas y entrelazadas de color oscuro, muy visibles y extraordinariamente gráficas después de la caída de las hojas en otoño y durante todo el invierno. En febrero-marzo, sus ramas desnudas se adornan con gatitos amarillos y colgantes que se balancean con la más leve brisa. Luego aparece su follaje, también inusual, más rizado y enrollado que el del avellano común. No cuentes con 'Contorta' para ofrecerte una buena cosecha de avellanas, ¡las suyas son escasas! Sin embargo, es una pieza poco común para regalar a un jardín original.

El Corylus avellana pertenece a la familia de las Betuláceas, al igual que el abedul. Es originario de las zonas templadas del hemisferio norte y está presente en la mayor parte de nuestro territorio metropolitano, aunque parece estar en retroceso en el sur debido al calentamiento global. Se trata de un pequeño árbol frutal monoico, que porta en el mismo individuo inflorescencias masculinas distintas de las inflorescencias femeninas. El avellano común es una especie de luz y suelo más bien neutro, bastante fértil, no demasiado seco.

'Contorta' fue descubierto alrededor de 1863 en Inglaterra en el seto de un jardín. Se distingue del avellano común por un crecimiento más lento, un desarrollo un poco más reducido y sus ramas muy tortuosas. El arbusto desarrolla uno o varios troncos igualmente tortuosos, coronados por una corona densa y redondeada. A los 10 años, alcanzará aproximadamente 3 m de altura por 2 m de envergadura. No superará los 5 m de altura a término y podrá vivir unos 60 años. Sus jóvenes ramas cubiertas de pelos son de color verde, se cubren de una corteza de color marrón claro que se volverá muy oscura con el tiempo. La floración ocurre en dos etapas: en febrero-marzo aparecen las flores masculinas, de color amarillo pálido, agrupadas en gatitos colgantes de 5 cm de largo, muy visitados por las abejas. En un segundo momento eclosionan las flores femeninas, muy discretas, en marzo-abril. Tienen la forma de una yema de 6 a 8 mm que oculta parcialmente estigmas rojo vivo. El follaje aparece tardíamente en el mes de mayo. Muy abundante, confiere su aspecto tupido al Corylus Contorta. Las hojas son de forma redondeada, fuertemente acanaladas, ligeramente rizadas y enrolladas, y miden de 6 a 10 cm de largo. Los pocos frutos que se forman en los brotes de 1 año en ejemplares maduros son aquenios que llamamos avellanas. Son blancas y luego se vuelven marrón-rojizas al madurar. Agrupadas de 1 a 4, miden 2 cm de diámetro, maduran a finales de agosto o principios de septiembre. El follaje se vuelve amarillo antes de caer en otoño.

Este avellano tortuoso deleitará a los amantes de las plantas originales. Fácil de cultivar en suelo ordinario, no se recomienda en situaciones demasiado áridas. Es evidentemente magnífico plantado aislado, y así es como se destacará, especialmente en invierno cuando su silueta tan particular surja sobre un fondo de cielo plomizo. También se podría instalar en un jardín de estilo japonés, en una exposición soleada. Se permite imaginar una pequeña clematis extendiéndose al pie de un árbol ya maduro mientras asalta sus ramas. El cultivo en una maceta grande, en una terraza o balcón, también es posible. Los jardineros aficionados a las curiosidades también adoptarán, en un jardín de buen tamaño, el curioso Robinier Tortuosa.