Pera Sucrée de Montluçon

El Peral ‘Sucrée de Montluçon’ es una variedad descubierta alrededor de 1812, entre las cualidades que la hacen apreciada hoy en día se encuentra una muy buena tolerancia a la sarna, un hongo que daña los frutos de los perales y manzanos. Estas peras también son apreciadas por su sabor dulce y aromático, muy jugosas y tiernas, se pueden consumir tanto crudas como cocidas. La cosecha tiene lugar en octubre, la conservación es relativamente corta, guárdalas bien almacenadas en un lugar fresco hasta diciembre como máximo.

El peral es un árbol originario del centro de Asia, cultivado en China desde hace 6.000 años. Fue introducido en Europa alrededor del siglo VI. Las hojas con lámina foliar ovalada, finamente dentadas en el borde, tienen un peciolo tan largo como la lámina foliar. La floración blanca es tardía, ocurre en abril, lo que la protege de las heladas. Sus flores están formadas por 5 pétalos blancos. Las del peral ‘Sucrée de Montluçon’ no son autopolinizantes. Williams, Beurré Hardy, Conférence, así como Delbard d’Automne® y Fertilia Delbard® son buenos polinizadores, planta uno de estos árboles cerca o asegúrate de que haya alguno en los jardines cercanos.

El Peral ‘Sucrée de Montluçon’ es perfectamente resistente y de buen vigor, sin embargo, no tolera los suelos calcáreos, sigue siendo fácil de cultivar, prefiere suelos frescos y profundos. Añádele en invierno una palada de ceniza de madera, rica en potasa, mejorará la floración y la calidad de los frutos.

Esta variedad produce peras con piel moteada de bronce sobre fondo verde que se vuelve amarillo al alcanzar la madurez completa. La pulpa es fina, tierna y muy jugosa, el sabor dulce es agradablemente aromático. Consumida cruda, es refrescante, pero cocida hace deliciosas compotas.

Este árbol frutal se entrega en cepellón "listo para plantar". Durante la plantación, el cepellón debe plantarse tal cual. La tontina biodegradable que rodea el cepellón y protege las raicillas se descompondrá por sí misma durante el crecimiento de la planta. Al proceder así, aseguras un mejor arraigo.