
Melica: plantación, cultivo y cuidados
Contenido
La Melica en pocas palabras
- Es una pequeña gramínea perenne gráfica y luminosa
- Florece a finales de primavera y en verano con espiguillas ligeras
- Planta de sol o media sombra, según la especie, forma matas gráciles y fluidas con follaje fino
- Extremadamente rústica, muy fácil de cuidar, requiere pocos cuidados
- Se adapta bien a jardines naturales o contemporáneos, en macizos, rocallas e incluso en macetas
La palabra de nuestra experta
La Melica, también conocida como mélique, es una bonita gramínea apreciada por su floración de verano ligera en finas espigas florales. Blanco-crema y sedoso en el caso de la Melica ciliata (la espiguilla de seda), púrpuras en la Melica altissima ‘Atropurpurea‘, delicados como una lluvia de arroz en la Melica uniflora var. albida, dominan la masa movediza de un fino follaje gráfico que persiste con un invierno suave.
Forma matas bien delimitadas de 20 cm a 1,20 m de altura en flor para la Melica altissima, la más grande del género. Es una hierba de grácil y delicado porte.
Es una gramínea de fácil mantenimiento, muy resistente y de gran facilidad de cultivo: simplemente hay que podar severamente el follaje a finales del invierno, hacia el mes de marzo. Entre las méliques encontramos especies de sol, media sombra o incluso de sombra, algunas resisten la sequía, otras aprecian un suelo que permanece fresco.
Con su silueta grácil y movediza, aportará estructura, poesía y volumen a los macizos naturalistas, rocallas, en bordillos de camino pero también en macetas. ¡Elige la que más te convenga!

Melica ciliata
Descripción y botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Melica
- Familia Poaceae
- Nombre común Melica
- Floración Mayo a agosto
- Altura 0,20 a 1,20 m
- Exposición Sol, media sombra, sombra
- Tipo de suelo Arcillo-limoso (rico y ligero), Pedregoso (pobre y filtrante)
- Rusticidad –15 °C y más allá
La Melica, la mélique, es una gramínea vivácea de la gran familia de las Poáceas. Se encuentra de forma espontánea en las praderas y zonas rocosas de las regiones templadas del planeta. El género cuenta con más de 70 especies entre las que destacan la Melica ciliata o espiguillas de seda, la Melica nutans o mélique penchée, la Melica altissima o mélique élevée, la más alta del género y su variedad ‘Atropurpurea‘ con magníficas espigas marrón-púrpura, son las más comunes en nuestros jardines. También se encuentra la Melica uniflora o mélique à une fleur.
El tamaño de las melica varía de una especie a otra, desde 20 cm hasta 1,20 m de altura en flor. Esta gramínea rizomatosa crece en matas densas pero que dejan pasar la luz. El porte es erizado, manteniendo un aspecto flexible, ligeramente suelto y colgante.

Melica ciliata, Melica nutans, Melica uniflora, lámina botánica hacia 1903
El follaje es de hoja caduca a semiperenne según la rigurosidad del invierno. También difiere según las variedades. Las hojas son largas, estrechas, lineales, arqueadas, a veces ligeramente enrolladas sobre sí mismas y un poco ásperas al tacto, similares a la hierba. Son de color verde fresco a verde claro u oscuro o verde grisáceo. Son hojas bastante características de las poáceas.
De esta masa de follaje graminiforme, emergen inflorescencias en panículas de mayo a julio-agosto. Se balancean con la más leve brisa. Mientras que en la Melica uniflora la floración está compuesta por espiguillas finas y blancas que evocan una lluvia de granos de arroz, la Melica ciliata luce espigas florales plumosas de color blanco crema de más de 10 cm de longitud provistas de numerosos cilios sedosos, mientras que la Melica altissima ‘Atropurpurea’ se distingue por sus espiguillas brillantes de color púrpura que pueden alcanzar hasta 25 cm de largo.
Muy gráficas, son muy apreciadas para composiciones de flores secas e incluso frescas durante la temporada estival.
Plateadas, beige nacarado, marrones o púrpuras al final de la floración, estas delicadas espigas fructifican y se convierten en semillas que producen siembras naturales. Esta gramínea se naturaliza fácilmente en suelo ligero.

Melica ciliata a la izquierda y Melica uniflora a la derecha
Principales especies y variedades
Pleno sol, media sombra o incluso sombra, existe al menos una para cada situación.

Melica ciliata - Espiguillas de seda
- Periodo de floración Junio hasta Agosto
- Altura en la madurez 80 cm

Melica altissima Atropurpurea
- Periodo de floración Junio hasta Agosto
- Altura en la madurez 80 cm

Melica uniflora var. albida
- Periodo de floración Junio hasta Agosto
- Altura en la madurez 45 cm
Más información Melica
Ver todos →Disponible en 2 tamaños
Disponible en 1 tamaños
Disponible en 2 tamaños
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Plantación de la Melica
¿Dónde plantarla?
La melica se caracteriza por una excelente rusticidad, del orden de -20-25°C. Es una gramínea muy fácil de cultivar en la mayoría de nuestras regiones. Crece en cualquier buena tierra de jardín, no demasiado ácida, que permanezca un poco fresca en verano y bien drenada en invierno, ya que solo teme el exceso de agua. Los suelos mal drenados suelen ser fatales para ella y limitan su longevidad. La mayoría de las melicas toleran bastante bien los suelos pedregosos y/o calcáreos. La Melica ciliata es la más adaptada a los suelos secos y a las exposiciones áridas, soportando bien la sequía. Encuentra su lugar en las rocallas y taludes secos difíciles de vegetar.
Generalmente, las melicas dan lo mejor de sí mismas en una exposición soleada, no abrasadora, o a la sombra ligera (Melica ciliata y altissima) y en cualquier suelo fresco. La Melica nutans prefiere las situaciones sombreadas, mientras que la Melica uniflora es capaz de crecer a la sombra. En las regiones muy cálidas, en caso de exposición demasiado abrasadora, el follaje puede entrar en periodo de latencia en verano, sin que esto perjudique a la planta.
La melica hace maravillas en grupos dispersos en los grandes macizos silvestres y campestres, en pradera natural, para bordear un camino, en el borde de un bosquecillo o plantada al pie de un seto de arbustos. Permite componer hermosos efectos gráficos y luminosos. Algunas especies pequeñas también constituyen hermosas plantas cubresuelos a media sombra. También se sentirá a gusto en una maceta grande en la terraza para poder disfrutar de sus espiguillas coloridas.
¿Cuándo plantar la Melica?
En las regiones más frías, instala tus plantas de Melica preferiblemente en primavera para darles una temporada para establecerse bien. Plántalas cuando ya no haya riesgo de heladas.

Melica ciliata en compañía de viváceas que toleran suelos pobres
¿Cómo plantarla?
En terreno abierto
Prevé 3 a 5 plantas por m² para un bonito efecto de masa. Añade una buena palada de grava en suelos demasiado pesados o compactos para favorecer el drenaje. Agrega un poco de compost bien maduro en caso de tierra poco fértil.
- Deshierba bien el suelo
- Afloja bien la tierra
- Haz un agujero equivalente a aproximadamente 2 veces el tamaño del cepellón
- Extiende un lecho de drenaje en el fondo del agujero
- Coloca el cepellón en el centro del agujero, con el collar a ras del suelo
- Rellena y aprieta ligeramente
- Riega abundantemente
- Acolcha para limitar los riegos
→ ¡Descubre también nuestra ficha consejo sobre la plantación de gramíneas!
En macetas
- Elige una maceta de al menos 50 cm en todas las direcciones, con agujeros de drenaje
- Coloca una capa de bolas de arcilla (o grava, mezcla de piedras…) en el fondo
- Mezcla a partes iguales tierra del jardín y sustrato
- Añade un poco de arena gruesa de río
- Instala tu melica sin enterrar el follaje
- Rellena con la mezcla, aprieta ligeramente
- Riega
- Coloca un acolchado orgánico o mineral
Consejos de mantenimiento y cultivo
En terreno abierto
Una vez establecida, es una gramínea ideal para jardines sostenibles, poco exigente en agua y sin mantenimiento. Sin embargo, asegúrate de regar regularmente el primer año después de la plantación, el tiempo necesario para garantizar que la planta se adapte bien. Posteriormente, excepto en casos de sequía severa y prolongada, la melica se conforma con el agua de lluvia.
A finales del invierno, limpia la mata eliminando las partes secas con una podadera o una tijera de podar. Puedes podar severamente la planta a 10-15 cm del suelo, desarrollará rápidamente un nuevo follaje.
En macetas
Recuerda regar las melicas cultivadas en macetas, necesitarán más agua especialmente durante el Tiempo muy caluroso. Deja que el sustrato se seque en la superficie entre riegos. Cada año en primavera, incorpora 2-3 puñados de compost rascando ligeramente. Trasplanta cada 2 o 3 años a un contenedor más grande y renueva la capa superficial en el intervalo.
La Melica no es susceptible a enfermedades ni plagas.
Propagación
Te recomendamos la división de matas, más sencilla, aunque también es posible sembrar la melica.
División
Se realiza cuando la planta está bien enraizada, después de 3 a 4 años de cultivo.
- En primavera o a principios de otoño, rodea la mata con una pala bien afilada
- Levanta el cepellón y divídelo en varios fragmentos
- Vuelve a plantar estas partes que contienen raíces inmediatamente en su ubicación definitiva después de preparar el terreno
- Riega abundantemente
→ Descubre cómo dividir una gramínea gracias a nuestro vídeo
Siembra
Las melica se siembran de manera natural sin ser invasivas. Puedes recolectar semillas y sembrarlas en primavera, en cajoneras o en macetas con una mezcla muy fina de sustrato y arena. Mantén el sustrato húmedo pero no encharcado, a una temperatura de 20 °C hasta que broten las plántulas. Trasplántalas a macetas individuales para fortalecerlas antes de plantarlas en el jardín a principios de otoño o la primavera siguiente.
Asociar
Con su porte aéreo y su facilidad de cultivo, las melicas ofrecen numerosas posibilidades de asociaciones, aportando un toque ligero y poético al jardín.
Son fáciles de integrar en una pradera naturalista. Colócalas en pequeños toques entre otras viváceas de floración estival, como las amapolas, los acianos, las nigelas, el Linum perenne, la Achillea millefolium.
Para un efecto naturalista, complementa la escena con otras gramíneas de espigas decorativas como las Eulalias y las Stipas.

Melica ciliata en el centro, acompañada de Achillea millefolium, nigela, lino, Stokesias y Eulalias
En un macizo campestre, asócialas con viváceas floridas de porte fluido como los cosmos y las Vervenas de Buenos Aires. Contrastarán con las formas más compactas y regulares de las Equináceas, los dalias, las Amapolas Orientales o suavizarán las de los Echinops ritro y Eryngium planum. Añade toques de color con Gauras y Ásteres de flores ligeras.
En un jardín de grava, combínalas con las cabezas redondas de los ajos ornamentales y otras hierbas silvestres como la Sericura.
→ Descubre nuestro vídeo ‘Gramíneas para el verano’
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