
Cultivar la cúrcuma por sus beneficios para la salud
Consejos de uso del rizoma de cúrcuma para el bienestar
Contenido
Cultivado desde hace milenios en Asia por sus virtudes medicinales y culinarias, la cúrcuma (Curcuma longa) se ha instalado ahora en nuestros huertos, balcones o terrazas. Su raíz, a menudo llamada «oro amarillo», es apreciada por su riqueza en curcumina, un compuesto con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y digestivas reconocidas. Aunque es fácil encontrarla en forma de polvo en el comercio, cultivarla uno mismo permite preservar su frescura, intensidad aromática y eficacia terapéutica. Siempre que se le ofrezcan condiciones de cultivo favorables, este rizoma tropical puede prosperar en terreno abierto en regiones cálidas o en macetas en otros lugares, aportando un toque exótico tanto al jardín como a la cocina.
Descubre cómo cultivar y utilizar el rizoma de la cúrcuma por sus beneficios medicinales.
La cúrcuma, una planta exótica fácil de cultivar en nuestras latitudes
Curcuma longa es una planta herbácea perenne rizomatosa de la familia de las Zingiberáceas, como el jengibre.
Presentación de la planta cúrcuma
Originaria del sur de la India y Sri Lanka, se desarrolla bien en climas cálidos y húmedos, con temperaturas superiores a 18 °C. Se trata de una planta sensible a las heladas, resistente hasta solo -5 °C. Produce largas hojas acuminadas, oblongas y lanceoladas de un verde intenso, que pueden alcanzar 60 a 100 cm de alto, e inflorescencias zigomorfas, en espigas erectas, rodeadas de brácteas amarillo pálido o verdes, a veces teñidas de rosa.
La parte subterránea, el rizoma, es la más buscada. Es él quien concentra los principios activos, en particular la curcumina, un pigmento polifenólico responsable de su color naranja intenso.

Flor de Curcuma longa
¿Cómo cultivar la cúrcuma?
Para cultivar la cúrcuma en el jardín, hay que respetar su ciclo vegetativo y su necesidad de calor. Se planta a partir de pequeños trozos de rizoma fresco, enteros o divididos, que contengan al menos una yema.
En clima templado, se recomienda el cultivo en maceta para poder resguardarla en invierno. Utiliza un contenedor ancho, profundo y con agujeros, relleno con una mezcla ligera a base de sustrato, compost maduro y arena para asegurar un buen drenaje. Coloca la maceta en un lugar cálido y luminoso, sin sol directo abrasador. El riego debe ser regular durante el periodo de crecimiento, de marzo-abril a septiembre-octubre, evitando los excesos de agua que pudrirían los rizomas. La plantación se realiza en febrero-marzo.
En la cuenca mediterránea y la costa atlántica, la cúrcuma puede plantarse en terreno abierto en abril-mayo, cuando se descartan los riesgos de heladas, en una situación muy soleada, protegida de vientos e inclemencias, en una tierra rica en materia orgánica, ligera y perfectamente drenada.
¿Cómo cosechar y utilizar la cúrcuma?
En otoño, cuando las hojas se vuelven amarillas y se secan, la planta entra en periodo de latencia. Entonces se pueden recolectar los rizomas que se utilizan frescos y secos. En primer lugar, hay que remojar el rizoma una noche en agua a temperatura ambiente. Luego, el rizoma se corta en rodajas y se tritura para obtener un polvo fresco, que solo se conserva una semana en el refrigerador.
Para aumentar el tiempo de conservación de este polvo, sécalo en el horno durante 20 minutos a una temperatura de 110 °C. Después, puedes guardarlo en un frasco hermético.
Este polvo de cúrcuma es muy rico en curcumina, con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. La cúrcuma también contiene otros curcuminoides, aceites esenciales (zingibereno, turmerona), polisacáridos y minerales. Estos componentes actúan en sinergia.

Rizomas de cúrcuma recién cosechados
¿Cómo usarla para sus beneficios terapéuticos?
- En infusión: 2 cucharas de café de rizoma de cúrcuma en polvo en 250 ml de agua que se hierve durante cinco minutos y luego se deja infusionar cinco minutos. De 1 a 3 tazas al día al inicio de las comidas.
- En cataplasma: mezclar una cuchara de café de polvo de cúrcuma con un poco de agua para obtener una pasta. Aplicar localmente 3 veces al día.
- En mascarilla: mezclar dos cucharadas de miel con una cucharada de polvo fresco de cúrcuma y dos gotas de aceite esencial de geranio rosado. Aplicar en el rostro durante 10 a 30 minutos y enjuagar con agua tibia.
¿Cuáles son los beneficios reconocidos de la cúrcuma?
Los beneficios de la cúrcuma son múltiples, siempre que se use de manera regular y adecuada. Es muy utilizada en la medicina ayurvédica, entre otros. Sin embargo, no debe reemplazar un tratamiento médico convencional. Por eso, se recomienda consultar a un profesional antes de comenzar un consumo regular de cúrcuma.
Un antiinflamatorio reconocido
La cúrcuma es especialmente eficaz contra la inflamación crónica. Varios estudios han demostrado que la curcumina reduce los mediadores inflamatorios implicados en la artrosis y la artritis, los dolores musculares, las tendinitis y algunas enfermedades autoinmunes.
Pruebas clínicas han mostrado que puede aliviar los dolores articulares con la misma eficacia que el ibuprofeno, pero con menos efectos secundarios gástricos.
Un antioxidante potente
La curcumina también es un excelente antioxidante. Neutraliza los radicales libres y reduce el daño oxidativo en las células. Esta acción preventiva es útil contra el envejecimiento celular, las patologías degenerativas y algunas afecciones cutáneas. También podría desempeñar un papel en la prevención de ciertos tipos de cáncer.

El polvo de cúrcuma posee numerosos beneficios medicinales
Un estimulante digestivo y hepático
La cúrcuma es colerética y colagoga, es decir, estimula la producción y evacuación de la bilis. Esto facilita la digestión, especialmente de las grasas, y mejora las funciones hepáticas. Como aliado digestivo, está indicada en casos de trastornos digestivos funcionales: hinchazón, flatulencias, dispepsias, náuseas, pesadez después de las comidas, así como diarreas y síndrome del intestino irritable.
También puede reducir las inflamaciones del hígado y la vesícula biliar y tendría la capacidad de disminuir el riesgo de cálculos biliares o úlceras gástricas.
Asociada con plantas como el diente de león o la alcachofa, suele utilizarse en curas depurativas durante los cambios de estación.
Propiedades cicatrizantes
Usada en mascarillas, la cúrcuma sería beneficiosa para la piel gracias a sus propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias. Podría mejorar problemas cutáneos como el acné, el eccema, las micosis y la psoriasis, así como cicatrices y quemaduras.
¿Cuáles son las precauciones de uso y efectos secundarios de la cúrcuma?
A pesar de sus numerosas virtudes, la cúrcuma no está exenta de efectos secundarios, especialmente cuando se consume en dosis altas o en forma de suplementos concentrados. Una suplementación excesiva puede provocar trastornos gastrointestinales como náuseas, diarreas o dolores abdominales, e incluso úlceras digestivas.
Debido a su efecto estimulante sobre la vesícula biliar, se desaconseja en caso de litiasis biliar u obstrucción de las vías biliares. También se recomienda precaución en personas que padecen úlcera gastroduodenal activa, gastritis o reflujo gastroesofágico, ya que la raíz puede irritar las mucosas digestivas sensibles.
La cúrcuma también tiene una ligera acción fluidificante de la sangre, lo que puede interactuar con ciertos tratamientos anticoagulantes o antiplaquetarios. Asimismo, su uso se desaconseja antes de una operación quirúrgica o un parto.
En caso de tratamiento médico prolongado, especialmente para trastornos hepáticos, cardiovasculares o endocrinos, se recomienda consultar a un médico antes de iniciar un consumo regular de curcumina en forma concentrada.
Durante el embarazo, se desaconseja su consumo en dosis altas, ya que podría tener un efecto emenagogo (estimulante de la circulación uterina).
¿Lo sabías?
Mucho antes de ser reconocido por la ciencia moderna, la cúrcuma (Curcuma longa) ya era considerada una planta sagrada en el sur de Asia. Su uso se remonta a más de 4000 años en la medicina ayurvédica, donde se menciona en tratados antiguos como remedio purificador de la sangre, estimulante digestivo y tónico general.
En la India, también es inseparable de los ritos religiosos: aplicado en pasta sobre la frente de los fieles durante las ceremonias hindúes, simboliza la prosperidad y la protección divina. Utilizado para teñir tejidos, especialmente las túnicas azafrán de los monjes budistas, también servía como pigmento natural en frescos y manuscritos.
Desde la Antigüedad, los mercaderes árabes lo introdujeron en Oriente Medio, dándolo a conocer a médicos griegos y persas. En la época medieval, la cúrcuma a veces se confundía con el azafrán en Europa, de ahí su apodo de «azafrán de las Indias». Aparece en los tratados de farmacopea árabes y en las colecciones botánicas de los boticarios del Renacimiento. Una anécdota cuenta que Marco Polo, al descubrir la planta en el siglo XIII, se sorprendió de su parecido con el jengibre, pero anotó su color dorado y sus usos medicinales.
En muchas culturas, la cúrcuma también se ha utilizado como cosmético: las mujeres indias la aplicaban sobre la piel para aclarar el cutis antes del matrimonio o para calmar las irritaciones cutáneas.
- Suscribirse
- Contenido

Comentarios