
Metrosideros: plantar, cultivar
Contenido
El Metrosideros en pocas palabras
- El Metrosideros es un magnífico árbol neozelandés
- Florece con grandes pompones rojos, de ahí su apodo de árbol de Navidad
- Sensible al frío, es un gran arbusto de hoja perenne para climas templados
- En regiones más frías, se cultivará en maceta para poder resguardarlo en invierno
- Es una planta ideal para jardines a orillas del mar y del sur, pero también una hermosa planta para veranda
La palabra de nuestra experta
El Metrosideros, apodado metrosidero en sus tierras de Nueva Zelanda, es un hermoso arbusto de hoja perenne ideal para climas templados y costeros. De hecho, es muy sensible al frío y sufre daños a partir de -3/-4°C aproximadamente. En verano, su follaje de un bonito verde intenso o delicadamente abigarrado se cubre de una profusión de flores rojo vivo que evocan pequeños pompones incandescentes, como el Metrosideros excelsa. En su país de origen, florece en Navidad, de ahí su otro apodo de árbol de Navidad.
Debido a su baja rusticidad, su modo de cultivo varía según la región. Su cultivo en terreno abierto está reservado para climas templados, oceánicos o mediterráneos. En cualquier otro lugar, se cultivará en grandes contenedores para poder invernarlo libre de heladas al estilo de una planta de naranjal. En regiones no demasiado frías, en el jardín, le gusta el sol, tolera la brisa marina y aprecia los suelos frescos pero bien drenados.
¡Descubre este arbusto de aspecto increíblemente exótico!

Metrosideros polyphorma (© Forest and Kim Starr)
Descripción y botánica
Documento de identidad
- Nombre latino Metrosideros
- Familia Mirtáceas
- Nombre común Metrosidero
- Floración junio a agosto
- Altura 1 a 3 m
- Exposición Sol
- Tipo de suelo Ligero, fresco, bien drenado
- Rusticidad -3-4 °C
El género Metrosideros incluye alrededor de cincuenta especies de árboles, arbustos y lianas pertenecientes a la familia de las mirtáceas, como elEucalipto, elCallistemon, y el Leptospermum. Son principalmente originarios de Nueva Zelanda pero algunas se han naturalizado en muchas regiones con clima subtropical, y en las islas del Pacífico donde crecen en matorrales, bosques, en costas volcánicas, habiendo colonizado la lava y hasta los 1.000 m de altitud. De sus orígenes, los Metrosideros han conservado cierta sensibilidad al frío. El Metrosideros excelsa (apodado Metrosidero o pohutukawa en maorí) y sus cuarenta cultivares e híbridos es la especie más extendida en nuestros jardines que conocen inviernos suaves. ElMetrosideros kermadecensis o Metrosidero de Kermadec es otra especie para climas templados, originaria de las islas volcánicas Kermadec. El Metrosideros umbellata es la especie que mejor resiste al frío (-12 °C) y por tanto la más adaptada a nuestros climas frescos y suelos húmedos. En cuanto a la Metrosideros carminea, se trata de una especie trepadora sensible al frío que alcanza 15 m de altura.

Metrosideros robusta, lámina botánica de 1840
En su medio natural, los Metrosideros forman arbustos o hermosos árboles que a veces alcanzan hasta 20 m de altura con un tronco que puede medir 2 m de diámetro. Raramente son muy grandes. En nuestras regiones y jardines del sur o de la costa atlántica, mantendrán dimensiones mucho más reducidas, raramente superando los 6 m de alto por 5 m de ancho, en edad adulta. Los ejemplares cultivados en maceta, ya que son buenos candidatos para cultivar en contenedores, muestran un desarrollo aún más modesto. El crecimiento es lento (unos 3 m en 10 años), lo que permite acogerlos en maceta sin problema.
Viven mucho tiempo, ¡más de 200 años! El porte es variable según las especies y variedades pero la vegetación es naturalmente densa. Erguidos y compactos en su juventud la mayoría, adquieren un porte en parasol con la edad. Algunos presentan un porte rastrero o trepador. Se desarrollan sobre una raíz potente y profunda. Poseen una bella corteza corchosa, de color gris-marrón con un tronco y ramas nudosas. La madera es oscura y muy dura, lo que ha valido a estos árboles su nombre que proviene del griego «metra» (corazón de la madera) y «sideros», el hierro. Desde siglos, los maoríes lo utilizan para confeccionar sus esculturas. El Metrosideros excelsa y su descendencia tienen la particularidad de poseer raíces aéreas, que a veces acaban enraizando en el suelo. Algunas especies son además epífitas, naciendo sobre las ramas del árbol-huésped para generar luego raíces.
Los Metrosideros son hermosos arbustos perennes decorativos en todas las estaciones. Portan hojas pequeñas perennes y coriáceas, suaves y blancas por el revés. Son simples, opuestas, lanceoladas u oblongas, con márgenes ligeramente ondulados, largas y estrechas de 2 a 10 cm. A veces toman un aspecto sedoso, pubescente y tras el brote primaveral, se vuelven glabras. De color verde oliva oscuro en la mayoría, adoptan una tonalidad irregularmente abigarrada de amarillo en algunos cultivares como ‘Sunninghill’ y ‘Aureomarginata’ (syn. ‘Variegata’).
Los Metrosideros son notables por su floración tan original como deslumbrante, que tiene lugar en época navideña en el hemisferio sur, lo que les ha valido el nombre vernáculo de «Metrosidero». Sin duda también por sus flores en forma de grandes pompones escarlatas semejantes a bolas de Navidad. Incendiando el árbol entero, estas inflorescencias erguidas confieren a la planta un aspecto espectacular. De mayo a agosto, bajo nuestras latitudes, pequeñas flores agrupadas en cimas en los extremos de las ramas exhiben sus ramilletes de estambres salientes y coloreados, mayormente escarlatas, de unos 3 cm de largo. Como escobillones compactos, evocan las del Callistemon. Estas espigas florales plumosas, al borde de lo fluorescente, lucen más raramente tonalidades más suaves o diferentes, del blanco al naranja.
Sus largos estambres elegantemente empolvados de polen amarillo dorado son melíferos y nectaríferos, atrayendo a numerosos insectos libadores y polinizadores como abejas así como ciertas aves. Las flores se transforman luego en pequeños frutos de 8 mm de diámetro en forma de cápsulas dehiscentes que encierran numerosas semillas aladas que transporta el viento.
El pōhutukawa en flor simboliza el verano en Nueva Zelanda. ¡El más famoso del país tendría unos 800 años! El M. excelsa es un árbol sagrado para los maoríes para quienes el espíritu de los muertos desciende por sus raíces para unirse a la isla de sus ancestros.

Metrosideros excelsa a la izquierda, y a la derecha Metrosideros kermadecensis (© Forest and Kim Starr)
Principales especies y variedades

Metrosideros carmineus Ferris Wheel
- Periodo de floración Junio hasta Agosto
- Altura en la madurez 90 cm

Metrosideros excelsa
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 2 m

Metrosideros kermadecensis Sunninghill
- Periodo de floración Agosto, Septiembre
- Altura en la madurez 3 m

Metrosideros Mistral
- Periodo de floración Julio hasta Septiembre
- Altura en la madurez 2,50 m

Metrosideros kermadecensis Aureomarginata
- Periodo de floración Junio hasta Agosto
- Altura en la madurez 2 m
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Plantación del Metrosideros
¿Dónde plantarlo?
De sus orígenes neozelandeses, el Metrosideros ha conservado una gran sensibilidad al frío. Su cultivo en terreno abierto se reservará para jardines a orillas del mar y del sur donde las heladas no son fuertes ni duran mucho tiempo. Esta baja rusticidad (generalmente -3 a -5°C, -6°C puntualmente) limita su implantación a las zonas costeras de Bretaña y el Atlántico sur, y a la Costa Azul. Su resistencia al frío se ve comprometida en suelos húmedos o si está expuesto a vientos gélidos. Por eso, fuera de los jardines más protegidos, se cultiva como planta de invernadero, en grandes macetas para poder invernarlo libre de heladas. Es una excelente planta para invernaderos o verandas sin calefacción, o en interior, colocada detrás de un ventanal bien orientado, que podrá sacarse al exterior en la temporada cálida.
Apodado por los maoríes «salpicado por el mar», es un árbol que resiste perfectamente a la brisa marina y se aclimata sin problemas en jardines a orillas del mar. En regiones donde las heladas son breves y poco intensas, lo plantarás en terreno abierto en un suelo rico, normal (sin exceso de caliza), fresco pero bien drenado. Aunque puede crecer en suelos relativamente secos, preferirá tierras que permanezcan suficientemente frescas en verano. Habrá que vigilar los riegos en climas secos. Una vez bien establecido, mostrará mayor resistencia a la sequía. Necesita sol para florecer bien, aunque acepta la media sombra en nuestras regiones más expuestas. Resérvale un lugar cálido y protegido de los vientos fríos.
¡Prevé un espacio a su medida! Aunque su crecimiento sea lento, piensa bien en su ubicación al plantarlo, pues algunas variedades podrían alcanzar 6 m de altura y 5 m de envergadura en su madurez. Al tener un sistema radicular muy desarrollado y potente, soportará con más dificultad un trasplante.
En jardines mediterráneos, el Metrosideros se colocará en el centro o al fondo de un macizo exótico o aislado para destacarlo. En climas fríos, situado en maceta en una terraza o balcón bien expuestos, aportará un toque exótico.
¿Cuándo plantarlo?
La plantación de un Metrosideros se realiza preferentemente en abril-mayo cuando ya no hay riesgo de heladas, lo que le permitirá enraizar bien antes del invierno.

Metrosideros excelsa
¿Cómo plantarlo?
En terreno abierto
Si tu suelo es muy calcáreo, te aconsejo añadir un poco de tierra de brezo a la tierra de tu jardín.
- Sumerge el cepellón en un cubo de agua durante 15 minutos para rehidratarlo bien
- Cava un hoyo de al menos 80 cm en todas direcciones
- Extiende una capa gruesa de bolas de arcilla o grava en el fondo
- Planta el arbusto bien recto en el centro del hoyo
- Rellena con una mezcla de tierra de brezo, compost y tierra de jardín a partes iguales. Añade unos puñados de arena de río.
- Apisona con el pie
- Riega abundantemente tras la plantación
En maceta
Un buen drenaje es imprescindible.
- En el fondo de una maceta de al menos 50 cm de diámetro, extiende una buena capa drenante de grava, pozzolana o bolas de arcilla
- Planta en un sustrato ligero compuesto de arena de río, tierra de brezo y tierra de hoja para macetas
- Riega
Mantenimiento, poda y cuidados
El Metrosideros, al ser muy sensible al frío, es fácil de cultivar en las regiones mediterráneas o del litoral atlántico con inviernos suaves.
- En terreno abierto, aprecia tener las raíces frescas en verano: los riegos (preferiblemente con agua de lluvia) deben ser abundantes y regulares (en promedio una o dos veces por semana) para mantener frescura en la base, sin excesos. El suelo no debe secarse en verano durante los primeros años tras la plantación. Un mantillo en la base puede ser útil para reducir los riegos y conservar suficiente humedad. Posteriormente, es un árbol que tolerará bien cierta sequía del suelo. Los primeros inviernos, protege el tocón con un mantillo orgánico grueso y, si es necesario, cubre las partes aéreas con un velo de invernada.
- En macetas, requerirá más cuidados y atención. Riega muy regularmente con agua no calcárea durante todo el verano, pero sin saturar nunca el sustrato. La tierra tampoco debe secarse por completo. No dudes en rociar el follaje en días muy calurosos. En primavera y otoño, para favorecer el crecimiento, aplica un buen fertilizante de liberación lenta. Ante los primeros indicios de frío, guarda la maceta en un invernadero frío o en una habitación luminosa libre de heladas donde la temperatura no baje de los 5°C. Adaptable, también podrá pasar el invierno en interiores, en una habitación con calefacción. Reduce los riegos a una vez al mes aproximadamente, dejando que la tierra se seque bien entre cada aporte de agua. Saca las macetas al exterior cuando ya no haya riesgo de heladas. Trasplanta una vez al año, en primavera; luego, cuando sus dimensiones hagan el trasplante demasiado complicado, bastará con renovar el sustrato mediante un acolchado superficial anual.
¿Cuándo y cómo podar un Metrosideros?
Una simple poda de mantenimiento anual es suficiente para este arbusto de crecimiento lento. Estimula la floración, el crecimiento y mantiene una silueta densa y bien formada.
- En otoño o después de la floración, con unas tijeras de podar, elimina las ramas muertas y mal situadas.
- Los ejemplares demasiado voluminosos pueden controlarse con una poda severa anual, lo que facilitará su traslado.

¡Una floración de gran belleza!
Enfermedades y parásitos eventuales
Poco sensible a plagas y enfermedades, cultivado en interior, el Metrosideros puede mostrarse vulnerable a las cochinillas. En este caso, realiza pulverizaciones de aceite de colza que deberás repetir dos o tres veces con intervalos de 15 días. En caso de invasión de pulgones, pulveriza agua jabonosa.
En suelo demasiado calcáreo o por exceso de agua, su follaje podría amarillear. Un buen drenaje y un abonado regular con tierra de brezo mediante escardado al pie del arbusto pueden evitar este inconveniente.
Propagación
Para perpetuar el Metrosideros, la propagación se realiza mediante siembra en caliente, en primavera, pero la floración no ocurrirá hasta pasados muchos años. Te recomendamos más hacer esquejes en verano, el método más sencillo y rápido para propagar tu árbol.
- A finales de verano, toma esquejes semi-leñosos (que se estén endureciendo) de 10 a 15 cm
- Elimina las hojas del tercio inferior de los tallos
- Plántalos en una mezcla ligera y bien drenante de arena y mantillo
- Riega
- Colócalos en un ambiente húmedo hasta el enraizamiento
- Mantén el sustrato húmedo
- Trasplanta tus esquejes a macetas individuales cuando estén suficientemente enraizados
- Plántalos en macetas o en terreno abierto la siguiente primavera
- Para favorecer el arraigo, riega bien durante el primer año de plantación
Asociar
Con su floración incandescente que ofrece todo el verano y su apariencia tropical, el Metrosideros es un arbusto imprescindible en los jardines mediterráneos, del litoral con clima atlántico o en decoraciones de aspecto exótico. Será sensacional en el corazón de una escena estival original y muy colorida.
Instalado al fondo o en el centro de un macizo de plantas bajas, será espectacular rodeado de viváceas de pleno sol como la flor ave del Paraíso, equináceas, coréopsis y arbustos exóticos como la palmera Syagrus, bananeros resistentes, o incluso el Eucalipto ‘Baby Blue’. Piensa en las plantas tapizantes que colocarás a sus pies, como un ceanoto rastrero y romeros rastreros.
Combínalo con sus parientes australianos como el Phormium y el Grevillea, o neozelandeses como el Callistemon y los Leptospermum, que lucen una floración igualmente vibrante.

Metrosideros excelsa, Phormium ‘Apricot Queen’, Leptospermum scoparium y Grevillea
Recursos útiles
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