Cedro del Himalaya - Cedrus deodara Feeling Blue - Cedro del Himalaya

El Cedrus deodara, más conocido como cedro del Himalaya, especie fina y aromática, es también el cedro sagrado de los templos hindúes. Aunque a veces se planta en parques, es menos frecuente que sus primos el cedro azul del Atlas o el emblemático cedro del Líbano, este majestuoso conífero convierte sus diferencias en ventajas. Su porte cónico inalterable, más fino, más ligero, elegante hasta el final, nunca se aplana en la copa. Sus ramas escalonadas con extremidades ligeramente lloronas lucen un follaje en forma de cortina de un verde claro, a la vez suave, sedoso y luminoso. El cedro deodara, si no es el más espectacular del género, se convierte en pocos años en una de las estrellas del jardín.

El Cedrus deodara pertenece a la familia de las pináceas. Es originario de los bosques templados de alta montaña (entre 1500 y 3000 m de altitud), que cubren las estribaciones meridionales del Himalaya. Su área de distribución abarca desde Afganistán hasta el Tíbet, pasando por India, Nepal y Pakistán. En nuestros climas, alcanza en promedio entre 20 y 35 m de altura y 8 m de envergadura. Su crecimiento es rápido en suelos profundos y frescos. Su porte es generalmente cónico y aireado. Desarrolla un tronco muy vertical, cubierto por una corteza grisácea, oscura, agrietada en grandes escamas irregulares. Sus ramas, casi horizontales, sostienen ramillas secundarias colgantes. Los brotes terminales, también colgantes, le confieren un aspecto ligeramente llorón. La copa de este cedro no se aplana con los años. Sus acículas se agrupan en ramilletes. Miden entre 3 y 5 cm de largo, son flexibles y de un verde tierno. Conos femeninos y masculinos coexisten en el mismo individuo. Miden de 7 a 12 cm de largo y de 5 a 9 cm de ancho. Están compuestos por escamas finas, cada una albergando una semilla prolongada por un ala. Estas grandes semillas germinarán con mucha facilidad después del invierno y el paso del frío.

El Cedrus deodara es un conífero majestuoso, de tamaño bastante imponente, que requiere ser plantado aislado para disfrutar de su hermosa silueta. También se pueden plantar varios ejemplares a lo largo de un paseo en un jardín muy grande. Este recorrido adquirirá entonces una dimensión completamente diferente y un estilo a la vez original y romántico. Separa los árboles lo suficiente para que no se estorben en el futuro. El cedro sagrado, de manera bastante sorprendente, también se presta muy bien al cultivo como bonsái.